Capítulo 15

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Al instante me separo de su pequeña conexión. A pesar de que sus labios sean suaves y carnosos, no debo hacerlo. Agradezco la oscuridad de la madrugada por no dejar ver mi enrojecido rostro. 

-Oh vaya, disculpa. Me dejé llevar -ríe nervioso- ya sabes, el alcohol ¿eh? -de nuevo-.

Déjenme analizar esto: Jackson Willis me ha besado. ¿Jackson Willis me ha besado? ¿A mi? ¿La nerd? ¿El caramelo de brócoli? Qué está pasando doctor García. 

-Sí, eso es. Como sea, a dormir, ya deben ser pasadas las cuatro, tienes que cambiarte y... en fin- al final de todo, tendré que dormir en su cama y después de lo que pasó, ugh, no creo que sea muy placentero-.

Vamos escaleras arriba, yo en frente de el y me arrepiento de traer estos shorts morados. Al llegar al dormitorio, mi corazón empieza a palpitar fuertemente. Jack entra al baño a cambiar su ropa mojada mientras que yo me acomodo de nuevo en su agradable cama, pero igualmente la ansiedad no toma rumbo fuera de mi cuerpo.

Al salir del baño, Jack viste tan solo unas bermudas, dejando a vista el tronco que trabaja diariamente, junto con su sonrisa, se ve más comestible que un taco. Mi momento ha llegado en cuanto se dirige a apagar la luz, evitando el contacto visual tomo mi celular y veo que hay un mensaje de Chels: He legadu a casaa. Tonta borracha.

Todo queda oscuro así que pongo la linterna de mi celular. ¡No quiero dormir!

-Apaga eso, Natalie -su tono duro me hace obedecer-. 

La otra mitad del colchón se hunde indicando que ya ha entrado a la cama, así que me acuesto rápidamente. Dejo el celular en la mesa de noche y me volteo dándole la espalda, me empiezo a tranquilizar para poder dormir, pero su brazo aparece por mis caderas, atrayéndome a el, de nuevo. Me quedo estática. 

-¿Qué haces? -articulo lentamente-.

-Disfrutando el momento -responde sin titubear con su respiración en mi oreja-.

Sin poder decir nada ante eso, me quedo dormida en su poder.

-¡Dejen de gritar! Ninguno estará conmigo. Si algo pasara, toda nuestra amistad se iría al carajo y es lo que menos quiero -grito con los brazos hacia arriba totalmente molesta-.

-Natalie, ¿cómo quieres que sigamos así? Discutimos por ti la mayor parte del día -Jack se acerca pero me alejo-.

-Ustedes dos son mejores amigos, no pueden cambiar una amistad por una chica.

-Por ti sí lo haríamos, porque en realidad lo vales -Alex camina hacia mi y en reacción voy de nuevo hacia atrás-.

Despierto.

Una de las cosas que siempre se me ha dificultado, es separar mis sueños de la realidad, porque, en verdad puedo sentir que estoy en el mundo real cuando sueño, como si ya hubiera pasado, como si fuera un déjà vu.

Los brazos de Jack, están apoderados de mi pequeño cuerpo, el dolor de cabeza me aturde, las piernas me tiemblan a pesar de estar acostada, la garganta me arde... No vuelvo a hacer eso. Lentamente me libero de sus extremidades y voy al primer piso, necesito agua urgentemente.

Al llegar a la planta baja, sus padres están arreglados (demasiado para ser sábado) con una gran sonrisa me dicen buenos días a lo que yo respondo lo mismo. El ambiente se torna un poco incómodo cuando escucho a la señora Marcy.

-¿Qué tal la fiesta, linda? -su mirada expresa todo el amor maternal-.

Pues qué le digo, señora Willis, su hija trató de puta a mi madre y a mi, llegué sola a casa, lloré como siempre... Ay, muchas cosas.

• No hay final feliz •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora