Y así me encuentro, presenciando la escena de lo que podría ser una devastadora confrontación.
-Lawrence, no te acerques -rompe el silencio.
-Oh no, Willis, no vengo a perder el tiempo contigo -sonríe- al parecer no aprendiste la lección del viernes, ¿eh? Siempre hay una moraleja.
La tensión la palpito con cada nervio de mi sistema, haciendo que mis extremidades se paralicen sin poder actuar; en modo vegetal, así estoy.
-Pues reescribamos el cuento, la moraleja podría ser diferente, maldito traidor -contraataca Jack, dando un paso adelante.
-Me parece bien, perfecto. De hecho hagamoslo ahora sí quieres, si no temes manchar tu linda camisita de sangre junto con tus calzones de marica -se acerca.
Al abrir y cerrar los ojos, Alex ya se encuentra acorralado contra la pared, justo como lo estaba Matt hace unos minutos. Juntos irradiando rabia por todo su cuerpo, con la mandíbula apretada, en silencio se observan queriendo acabar con el otro. Más son listos, saben que no pueden iniciar una pelea aquí en el instituto.
-Natalie -me sobresalto al escuchar mi nombre desde los labios de Jack mientras rechina sus dientes, pero permanezco en silencio- Ve a clase -dice demandante y gira a verme.
¿Ah? ¿Por qué? No pienso irme y permitir que estos dos acaben haciendo un completo escándalo.
-Obvio no -intento parecer molesta, pero estoy segura que pareció más una mueca mi rostro arrugado, la verdad es que estoy aterrada.
-Oh vaya, la pequeña salió de la cueva de el gran Jack Willis, que bien que hoy te sientas rebelde, linda. ¿O es porque ya eres una más de su lista? Déjame decirte que terminarás siendo un desperdicio más de los que siempre deja por ahí cuando se acuesta con todas las chicas. La verdad ya me lo esperaba, Natalie -sonríe egocéntrico y por un instante creo que voy a desmayarme.
-¡Hijo de perra! -se escucha una voz en todo el pasillo, en cada salón y probablemente en todo el colegio, pero es una voz singular. Esa es mi voz.
Ignorando el hecho de que toda la atención está puesta en mi, empujo con todas mis fuerzas a Jack, quedando yo en frente de Alex. Lo observo por un momento con el líquido salino brotando abundantemente de mis lagrimales, dándole a conocer el aborrecimiento que ha creado al tratarme así. Mis puños chocan un número incontable de veces contra el pecho duro de Alex. Los mismos brazos del Viernes me abrazan por la cintura, parando mi ataque de rabia.
-¿Así me crees? ¿Así crees que soy? Te diré algo maldito imbécil arrogante: soy virgen, sigo siendo virgen. No perdería mi puta virginidad con alguien que me ha lastimado tanto todos estos jodidos años. -suelto sin pensar- Tu capa exterior muestra a un chico bueno: Oh mirenme soy Alex Lawrence, el bueno, el tierno. ¡Pero en el fondo eres un asco! -Jack relaja sus brazos pero aún así no me suelta, y mejor que no lo haga, las ganas de seguir golpeando a Alex, aún siguen en mi.
-Natalie, no... -susurra el susodicho-
Por último -Creí que eras diferente, desde que te conozco siempre te vi como un ejemplo a seguir: buenas calificaciones, deportista, amable a diferencia de otras personas... Siempre te admiré y te tenía en un pedestal como el perfecto Alex Lawrence. Veo que fue mi error el pensar que resaltabas de los demás.
limpio las lágrimas restantes de mis mejillas calientes y empiezo a caminar, pensando como una idiota, que Alex tomará mi brazo y dirá que le gusto, que repetirá aquellas palabras antes de irme de su fiesta, que me besará como lo hizo una vez, que veré el mundo en sus ojos y de nuevo me vea a mi.
«Las siete maravillas las vi en ti»
¡Patrañas! De nuevo me siento ridícula. ¡Por favor! ¿Alex Lawrence fijándose en mi? Es más posible que un meteorito caiga en la tierra.
¿Será que le afectó en algo todas esas cosas que le dije?
No.
¿Me volvería a creer sus palabras?
Tal vez.
¿Quiero morir masticada por cocodrilos en este instante?
Definitivamente.
¿Jugaron con mis sentimientos una vez más, como alguien desechable?
Ya debería ser parte de la rutina diaria.
Al final de todo yo terminé en aquella confrontación, la cual me destruiría un poco más.
Alex Lawrence, fue un placer creer en tus mentiras, creer en tus sentimientos, creer en ti.
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• No hay final feliz •
Novela JuvenilNo merezco esto... Después de tantas experiencias vividas, esperando siempre lo mejor y siendo persistente, termino aquí. Se supone que en las historias de amor debe haber un buen desenlace, pero éste no es el caso, aquí No hay final feliz. ••• Bien...