DESTINO O CASUALIDAD

2. Lencerias Gallardo

José Antonio: ¿entonces ya estás en el aeropuerto?

Samuel: si, papá-sonrió-justo Patricia y yo acabamos de llegar de Nueva York.

José Antonio: ¡estupendo! No sabes las ganas que tengo de verte y ponerte al tanto.

Samuel: me tienes muy intrigado con esta insistencia en venir a Houston.

José Antonio: te va encantar lo que te voy a proponer... no vengas a la casa, te mando la dirección a la que quiero que vengas, debéis venir de etiqueta, es una presentación.

Samuel: está bien, vamos ir a dejar las cosas al departamento y ya vamos, envíame la dirección.

Patricia: ¿a tu departamento de soltero? ¿Es en serio?

Samuel: nos vemos más tarde papá-suspiró a la vez que colgaba-¿Qué tiene de malo mi departamento de soltero?

Patricia: ¡Que es minúsculo! Será por sitio en la casa de tu padre.

Samuel: Patricia, somos un matrimonio, no pienso ir a casa de mi padre para incomodarlo.

Patricia: pues compra una casa-sentenció cruzando los brazos.

Samuel: no empieces con tus caprichos, ya te consentí bastante yéndonos a vivir a Nueva York.

Patricia: ¿y acaso no te fue bien allí? Conseguiste trabajo, tenemos un dúplex precioso en central Park-suspiró-eso sí que era buena vida, teníamos que volver aquí... a ver qué quiere tu padre, espero que sea importante.

Samuel: bueno, ya está bien de quejarse, no te soporto cuando te pones así.

Patricia: no empieces con tus historias por qué agarro mi maleta y me voy al spa de Costa Clara.

Samuel: haz lo que quieras...-metió las maletas en el coche, se subió en él y arrancó mientras Patricia se apresuraba a subir a su lado para que no la dejase allí en un arrebato.

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Andrea: por fin el último día de prácticas-alineó unos papeles en el escritorio y miró su reloj-en unas horas seré libre-dio palmaditas mientras sonreía, tocaron la puerta-Buenos días señora.

Leonor: siempre con tus formalismos-sonrió-siéntate, Andrea obedeció-me da tanta pena que te vayas, me has servido de mucha ayuda en la empresa, ¿en serio tienes que irte? Me gustaría que siguieras aquí en la empresa, tienes muchísimo potencial.

Andrea: me alaga con sus comentarios, pero debo responderle también a la empresa de mi padre, ya sabe por todo lo que pasamos y ahora las cosas se están poniendo cada vez más difíciles...

Leonor: entiendo, tu padre es un gran hombre, estoy segura que superara todo lo que le ha pasado, tu e Irina son unas hijas ejemplares, os tenéis mutuamente, no dejéis que ninguna competencia os haga sombra, sois los mejores en vuestro campo, yo seguiré comprando para vosotros-soltó una risa.

Andrea: muchísimas gracias por todo, por darme un hueco en su empresa y por ser tan amable conmigo, sé que en parte me aceptó por qué conoce a mi padre.

Leonor: si... pero tu eficiencia fue quien te puso la máxima nota en estas prácticas, espero que te conviertas en una exitosa empresaria por qué das la talla Andrea del Junco-se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo.

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Samuel y Patricia llegaron al que fue el departamento de Samuel antes de casarse y mudarse a Nueva York junto a su esposa, Patricia respiró con cierto desagrado mientras entraban en la habitación, se desplomó en la cama.