47. Encuentra a mi hija M. (2/3)

1.8K 194 84
                                    


Flavio acudió de nuevo a la delegación de policía, hoy de nuevo iría ver a Irina, no quería dejarla ni un momento a solas, esperó a que lo mandaran pasar y entonces entró en el calabozo, su rostro estaba ojeroso y pálido, asomó una leve sonrisa al verlo, pero él la conocía, no estaba nada bien.

Flavio: señorita...-la besó en los labios.

Irina: gracias por venir-se acurrucó en sus brazos-necesitaba verte urgentemente, esto es horrible.

Flavio: tenga paciencia...-de pronto vieron entrar al abogado con mala cara y los dos se agarraron de la mano esperando lo peor.

Abogado: lo siento, Irina van a trasladarte-Flavio entreabrió la boca e Irina comenzó a respirar agitadamente-han estado recopilando más pruebas y están acelerando todo el proceso...

Flavio: ¿¡Como puede ser eso!?-se apartó de ella encarando al abogado-esas pruebas pudo colocarlas cualquier con acceso a la empresa, ¡Solicite un análisis de las pruebas! ¡Hable con testigos! ¡¡¡HAGA ALGO!!!

Irina: Flavio...-él se giró respondiendo a su llamado y notó que algo en su cara no iba bien, se veía más pálida que cuando entro y alzó la mano para agarrarse a él, de pronto se desvaneció y Flavio alcanzó a agarrarla para que no se golpeara contra el suelo.

Flavio: ¡Irina! ¡Irina!-golpeó su rostro repetidas veces sin obtener respuesta por su parte.

Samuel sentía que la cabeza le iba estallar, abrió los ojos inundados por la claridad de un nuevo y tortuoso día, se ubicó en el sofá de la terraza y se maldijo por estar allí, todo lo que le rodeaba le recordaba a ella.

Samuel: Tu no pudiste hacerme esto-habló con una foto de ella-algo tuvo que ocurrir-negó con la cabeza.

José Antonio: lo que le ocurrió fue que despertó de su capricho y comprendió que no iba vivir amarrada a una vida adulta.

Samuel: ¿Cómo entraste?-se levantó inmediatamente.

José Antonio: ese no es el caso-lo señaló-mírate... tienes un aspecto espantoso estar aquí no te hace bien.

Samuel: nada me va hacer bien en estos momentos.

José Antonio: ven a la casa con nosotros, no puedes atormentarte tanto con sus recuerdos, así solo vas conseguir destruirte...

Samuel: tal vez tengas razón papá-soltó en un suspiro-tal vez lo mejor sea dejar de recordarla, así dejará de doler algún día-se frotó los ojos con intensidad-haré mis maletas.

Flavio salió de la celda de Irina arrastrado por la obligación de los policías que pensaban prepararla para el traslado, de pronto llegó Ignacio sobresaltado por recibir la noticia de que trasladaban a su hija a la cárcel, admiró el rosto pálido y descompuesto de Flavio.

Ignacio: hasta cuando vas a seguir callándote el amor que sientes por mi hija-Flavio lo miró y sus ojos brillaron rotos de dolor-ven aquí muchacho-abrió sus brazos y Flavio se refugió en ellos, una sensación paternal invadió su cuerpo sintiéndose consolado y aceptado por el padre de su novia.

Flavio: la van a trasladar... no puedo ni imaginarme lo mal que lo va pasar, ¡esa mierda de abogado no ha hecho nada!

Ignacio: conseguiremos una alternativa, tranquilo... -suspiró-esto parece una jugarreta del destino... Mi hija en la cárcel, otra a la fuga y el pobre de Samuel...

La puerta del calabozo se abrió y sacaron a Irina esposada con lágrimas en los ojos, Ignacio y Flavio la miraron destrozados ante aquella injusticia que se estaba cometiendo con Irina del Junco, su cabeza salió al exterior y tuvo que agachar la cabeza inundada por miles de fotógrafos que trataban de conseguir una exclusiva del hundimiento de los del Junco.

DESTINO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora