Capítulo III

188 20 2
                                    



Se reanuda narración con Kelly adulta

Como ya les he mencionado, ahora vivo en un pueblo asolado al oriente de Venezuela para buscar tranquilidad y paz temporal, debo volver a Caracas en un año para empezar mi carrera universitaria, sin embargo congelé mis estudios para venir aquí para ver cosas nuevas. Por último, una cosa que posiblemente ya se han figurado y no les impacte es que el caso de mi padre ha sido oficialmente cerrado, ¿sus resultados? Que se ha suicidado. La familia de mi padre no ha mostrado ni empatía ni interés en saber sobre el asunto de mi papa, da igual. Aunque me siento decepcionada e impotente por no poder hacer nada, estoy totalmente en mi lugar por mantener a mis familiares en seguridad.

A pesar de todo, ha entrado una nueva persona a nuestra vida, llamada Melanie Trudeau, es una señora cuarentona, abogada y muy carismática que se ha hecho muy amiga de mi madre. De hecho, mi madre se enfermó en estos días de no sé qué, la servidumbre en ese momento no se hallaba disponible y por consiguiente, en una milagrosa visita, Melanie la pudo cuidar y dar su tratamiento para que sanara. Bien, ahora que lo pienso debería llamar a mí mamá, puesto que he llegado acá y no la he llamado desde hace dos días.

Descolgué el teléfono y marqué su número fijo.

-¡Hola!, ¿Quién habla? -respondía una voz desconocida para mí

-Yo. Kelly, ¿Quién eres tú?- pregunté.

-¡Ay! Soy Melanie, querida, tu madre está almorzando, se ha sentido de lo peor estos días, al parecer. -dijo con su chillona voz- ¡Y preocupada por no llamarle!

-Ash, sí, estuve ocupada desempacando, conociendo el pueblo y adaptándome. ¿Qué tiene mi mamá? Justo cuando me fui pensé que ya le había pasado su malestar

-Ni idea, es decir, la encontramos embriaga y desconsolada en el suelo, intentamos ayudarla a acostar pero se negó, después de varias horas la conseguimos dejar en cama. Al día siguiente se despertó con una resaca feísima, no obstante ya se siente mejor- me contó.

-¡Qué rareza! Ella nunca tomó cuando yo estuve allí con ella, ¿será que sucede algo?- enseguida comencé a inquirir que sigue afligida con la muerte de mí padre.

-Sinceramente no lo sé, Kelly- dijo por fin Melanie.
-Usted es abogada civil, ¿no?- cambié de tema drásticamente.
-Sí, también testamentaria... ¿A qué viene la pregunta?- se sentía un silencio profundo.
-Sólo tenía la duda. Tal vez mi madre esté cansada, ¿le puedes decir que estoy bien? Por favor. Gracias por cuidarla, Melanie.
-Descuida, le avisaré con gusto, adiós- se despidió alegre.

Acto seguido, salí afuera de la cabaña, observando el sol en su punto más alto, soplaba un céfiro cálido y puro, inhalé, sintiendo calma y sosiego, por un momento me sentí en otro mundo. A todo esto, traje muchos libros para distraerme y leer en total armonía. La cabaña en que me alojo estaba un poco lejos del pueblo, que de hecho, es algo amplio, también habían varios vecindarios que me parecieron acogedores, pero traté de alejarme un poco del gentío prefiriendo así a la naturaleza en el campo, el cuál detrás de él se halla un pequeño bosque. Por cierto, también hay un lago grandísimo, podría ir caminando sin problema alguno ya que está cerca. Ahora bien, por lo que he notado hay pocos niños acá o tal vez lo hallan pero estarán bien resguardados, el pueblo casi siempre está solo por las tardes y noches, no obstante en las mañanas te encuentras con adultos y ancianos. Aunque pude ver a un chico encantador, no sé cómo se llama pero parecía más o menos de mi edad; tenía hombros anchos, espalda y pecho robusto, cabello negro y ojos grises, es algo moreno y alto, y su voz, ¡Ah! No hay nada que le guste más a una mujer que la voz de un hombre, era un poco ronca y también gruesa, trasmitía seguridad y liderazgo, en síntesis, es atractivo. Creo que iré a aplastarme en mi cama y dormir una larga siesta, tengo un sueño inmenso.

***

Soñé algo que me hizo pensar mucho, les cuento:

Me encontraba en una especie de bosque paseando, en eso veo en una cabaña grande y con bastante similitud en la que vivo actualmente, junto a ella había un río del cual corría agua con una luz reflejada. Fui a la cabaña casi corriendo, todo se notaba oscuro y desordenado, como si hubiera pasado un tornado y dejara este chiquero. Por consiguiente, comencé a revisar una gaveta que se hallaba cerca, encontré una linterna, alumbrando así la habitación. Caminé despaciosamente y observando el lugar, como si fuera poco la apariencia tétrica del lugar empezaron a oírse pasos en el piso de arriba. Me escurrí abajo de una mesa apagando la luz para que no me consiguiera con lo que sea que halla arriba. Una silueta masculina, fue lo que logre ver bajar del piso de arriba, caminó justo a mi lado, sin embargo no me notó, saliendo por fin aquél tipo de la cabaña. No me pregunten por qué, pero le seguí. Le encontré apoyado en una roca del río, le volteé la cara y pude toparme con el rostro de mi padre. Como lo había visto hace 6 años en su habitación, muerto, tal cual. Sonreí, luego lo empujé al río y se lo llevó la corriente exageradamente. Acto seguido, me volteé y me conseguí con una especie de fenómeno, es decir, era un ser vivo muy alto, pálido y escuálido. Totalmente extraño. Me miró con sus ojos blanquecinos, lloré sin motivo, entonces sentí su mano en mi hombro, penetrando con una frialdad casi real, y habló:

ZenithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora