Zenith

Capítulo V

Más tarde 

Llegué a Caracas. Melanie me esperó en la estación de buses para buscarme e ir directamente al hospital donde se hallaba mi madre. Al fin subiendo a su automóvil, me cuenta lo que sucedió. 

-Primero quiero que te calmes Kelly, por favor. Tu mamá fue accidentalmente atropellada por un auto. Se encuentra en un tipo de apoplejía, pero me parece que ya se le ha sanado un poquito. Sufrió fracturas bastante graves. Esto ocurrió ayer al mediodía, Mary no se sentía muy animada estos días, así que, desgraciadamente, le sugerí que diera una vuelta al parque al menos para que alimentara un poco su energía. No la acompañé, yo supongo que se distrajo y sufrió aquél accidente, de hecho, no estuve ni presente en él, y me enteré horas después puesto que me fui a mi oficina y organizar mi agenda, cuando me lo notificaron tres horas después, fui apurada al hospital. Pero esto es lo que yo se y lo que me contaron los dos vecinos que la encontraron y la llevaron inmediatamente al hospital. No se por qué me notificaron tan tarde y por qué no lo hicieron contigo, la verdad, me dio mala espina, pero le salvaron porque se desangró notablemente e inmediatamente quedó inconsciente en el suelo. Por cierto, lo que me comentaron los que salvaron a tu mamá es que no se escuchó absolutamente, ni un grito, un ruido, nada... no hubo ni testigos, sólo la encontraron tirada allí y, de milagro, la encontraron porque salieron a trotar- ahí fue cuándo terminó de contarme Melanie, esperando una respuesta viéndome. 

No tenia palabras que expresar, quedé en shock pensando en cada oración que salía de su boca. Mi tez comenzó a sudar frío mientras lágrimas se despedían de mis ojos. Sólo reparé segundos después, lograron decir con voz débil. 

-Melanie, acelera el motor.

***

A continuación llegamos al hospital, nos estacionamos. Inmediatamente abrí la puerta y corrí con ímpetu a las puertas del hospital, dejé atrás a Melanie, escuché palabras que salían de su boca, pero mis pensamientos los hacían oír turbios. Pregunté a la recepcionista dónde se encontraba mi madre y me mostró dónde. Subí un piso casi sin aliento ya que respiraba escabrosamente, conseguí ver la habitación e irrumpí ásperamente. Me conseguí con una camilla y una mujer durmiendo; su cabellera castaña estaba desordenada en las sábanas y la luz reflejada de la ventana le iluminaba el rostro herido y con moretones. Esa mujer era mi madre. Me quedé observándola, derramando lágrimas en omisión. Me acercaba poco a poco para detallarla y darle un abrazo; mi corazón estaba urgido, mis piernas temblaban y mi alma se destrozaba paulatinamente a verla en ese estado, a mi madre, a la mujer que más amo en todo el orbe. No pude contenerme y rompí en sollozos. Mientras más me acercaba me llegaban alusiones de nuestro buenos y malos recuerdos. La veía y acariciaba suavemente su rostro dañado. Sin percatar antes, vi que un doctor entró con Melanie.

-Señorita Gener... -comenzó el doctor.

Le empecé a prestar atención, y respondí.

-Llámeme señorita Neiva, por favor... -dije limpiándome la cara. 

-Ok... su madre sufrió un accidente bastante fuerte y...

-¿A esto le llaman accidente? Una persona atropellada por un conductor que ni siquiera llamó a pedir ayuda. Gracias, ya se la diferencia que hay entre intencional y accidental -corté sarcástica. 

Melanie bajó la mirada y el doctor suspiró. 

-Mire, entiendo por lo que está pasando, esto lo atendemos todos los días, pero yo y nuestro servicio trata de remediar los daños de su madre y usted muestra quejas innecesarias en este lugar; soy doctor, no policía. Ahora, por favor tome asiento y escuche -obedecí omisa, continuó-. Kelly, su madre tiene grave traumas encefálicos, lo cual está apunto de producir apoplejía ya que sangró mucho, pero ya estamos tomando acciones. Y también encontramos varios tumores, consiguiendo atrofias en órganos vitales. No podemos actuar de manera inmediata porque su madre está muy frágil, y eso conseguiría multiplicar los problemas. Por otro lado, los daños físicos actuales de su madre no son lo único que perjudican, por diagnósticos que hemos hecho su condición mental está muy vaga y sus defensas también se muestran pobres, lo cuál da entrada a enfermedades agudas que se le presentaron con anterioridad...

-Sí, ella ha tenido mucha fiebre en estos días -interrumpió Melanie. Persistió el doctor.

-Bueno... también, por ser un hospital privado necesitamos que nos dé dinero, el seguro no logrará cubrir los gastos. Le aseguro que aquí su madre tendrá seguridad, atendimiento profesional, comida de buena calidad y comodidad mientras logramos reparar los daños efectuados. No obstante, nosotros no podemos decidir cuándo será la hora de un paciente que se halla en un estado tan crítico. Si quieren notificar algo, díganselo a la recepcionista -finalizó el doctor, me miró e hizo una mueca de tristeza y luego salió de la habitación. 

Mire a Melanie y ella a mí, se me acercó y me dio un abrazo que me hizo llorar de nuevo. 

-Kelly, habrá que esperar a ver qué sucede. Tenemos esperanzas de que sane y podamos salir de aquí cuánto antes. Te dejaré sola con ella, iré a hablar con la policía para ver si pueden hacer algo. Tal vez despierte, ayer hablé un poco con ella pero rápidamente se durmió -me comentó, me dio un último abrazo y yo accedí, se fue también de la habitación. 

Inhalé profundamente, hasta que exhalé sintiendo un poco de alivio. Miro a mi izquierda del blanquinoso cuarto y me encontré con un jarrón de flores, las acaricié. Ojeé a mi madre, me acerqué y me sorprendí porque me topé con sus ojos castaños, viendo fijamente al techo, sin parpadear. Me senté junto a ella y pudo notar que sus ojos se comenzaron a dirigir hacia mí, viéndome con enorme frialdad. Me incomodé, pero no podía evitar ver, intercambiando miradas. Por último, se ha roto el silencio que había entre las dos.

-Hola, mi nena -comenzó mi madre...

-Hola, mami -contesté llorando de alegría y tristeza a la vez.

Se quedó en silencio viéndome. 

Su mirada me penetraba, me hería verla así, me daba tanta impotencia por querer solucionar todo. Entonces, comencé a calmar mis lágrimas. En mi opinión, pensar que esto fue un accidente fue un pecado ; o al menos cómo lo relató Melanie, tal vez haya otra versión. Curiosamente es conveniente, sobretodo de los ya saben quién, intentar perjudicar a mi familia, pero me parece bastante antiético de su parte que no cumplan una palabra que ellos mismos han condicionado, porque yo definitivamente la cumplí.

-Hija, acércate y escúchame... -decía con un poco de dificultad mi madre. 
-Dime mamá -le tomé la mano. 
-Aquí tengo esta carpeta que le pedí a Melanie que me trajera, tómalo. Pero no lo abras hasta que te diga. 
-¿Qué tiene esta carpeta?
-Si la abres antes de que te haya avisado, rómpela  -dijo débilmente. 
-Entiendo... está bien mamá, te haré caso. 

2 Semanas después