Zenith

Capítulo VII

Suena la contestadora, nadie responde. Parece que tendré que llamar a su hermano. 

Segundos después, al fin contesta la llamada.

-Hola, Francisca 

-Hola, Gerald. Ya he contratado al "Edgar". Ya te he hecho el favor que te debía, estamos a mano. 

- Espérame un momento. ¿Así sin más? No quisiera recordarte quién salvó de la quiebra a la Polar, querida. Aún queda trabajo, sencillo pero importante, vamos. Que con esto te librarás de mi totalmente. 

Suspiré. 

-Bueno... espero cumplas tu palabra. ¿Sabes cuál es mi tarea? 

-Tenemos que vernos, una llamada no es prudente. 

-Está bien. Adiós. 

Colgó. Su voz se oye más relajante, casi como si fuera alguien normal. Qué tristeza por este chico, sea lo que sea que haya hecho, los precios que pagará serán altos. 

En la noche

Estaba apunto de salir de mi oficina para luego retirarme a mi casa, sin embargo, Gerald cruzó la puerta quedamos muy cerca el uno al otro. Me alejé y él cerró la puerta. 

-¡Buenas! -dijo con una sonrisa de oreja a oreja- ¿cómo estás, querida? 

Cada día lo noto más amanerado y ya no parece el tipo masoquista de antes. Es rarísimo, en serio. Sin más, respondí fría.

-Dime de una vez lo que tengo que hacer.

-Qué amargura. Ve. Edgar está enlazado con una señorita que me ha estado desprestigiando a nosotros, los Brannady, lo cuál nos irrita porque queremos tener una buena imagen. Edgar lo usarás como máquina de trabajo, salario bajo, condiciones laborales precarias, etc., se lo merece. El malestar lo expresará y, tal vez, también al lugar que se hospede (que pronto averiguaremos dónde es). Al haber una crisis petrólera, la economía interna caerá en picado, mientras que los empleos estables estarán en una crisis, también, el desempleo es un terror para el trabajador actualmente, por ello tu argumento no pasará de que la economía del país degenera a la empresa y que estás haciendo todo lo posible para darles lo necesario. Conformistas son, conformistas serán. 

-Hmm, ¿es todo? -dije algo preocupada-

-No. También quiero que tengas sexo con él.

-¿¡QUÉ!?, ¡NI HABLARLO! 

-JAJA, tranquila, sólo estoy jugando. En realidad necesito que saques la mayor información de él en esta ciudad. Él viene de un pueblo lejano, una bruja me lo ha dicho puesto que viven en el mismo lugar y también le pedí que le hiciera una maldición. No sé qué hizo, pero ojalá sea tormentoso porque le pagué muy bien. 

-Estás definitivamente loco. 

-Cállate. Esta es tu misión, no hagas más nada, si llegas a arruinarlo o tener misericordia las consecuencias serán caras, literalmente. Para que te quede claro, sólo trátelo como un trabajador del siglo XIX. 

-Está bien... Por favor, vete.