Imaginas de Cameron Boyce ......

Tranquilo ( Cameron Boyce )

Imagina que .......................

—Estoy nervioso ¿y si no me aceptan en el elenco de descendientes?—decía una y otra vez mientras caminaba de un lado a otro en mi habitación.

—Estoy segura que lo conseguirás, Cameron, eres el mejor actor y serían unos completos idiotas si no te aceptan—trataba de tranquilizar a Cam, pero todo esfuerzo resultaba en vano.

—No lo sé, creo que me equivoqué en varios diálogos —pasó una mano por su cabello con desesperación.

Me levanté de la cama y me puse frente a él, colocando ambas manos en sus hombros y sacudiendo su cuerpo levemente.

—Cam ya cálmate, no te equivocaste, te preparaste durante mucho tiempo y es imposible que no te den el papel de Carlos de Vil ¿de acuerdo?—asintió soltando una bocanada de aire—deja la ansiedad, saldrás bien.

—No puedo—negó cruzándose de brazos.

—¿Qué tengo que hacer para que te calmes?—pregunté desesperada.

 —Quizás haya algo...—mencionó titubeando y en un tono de voz algo bajo.

— ¿En serio? ¿Qué cosa?

 —Quizás podrías...ya sabes... —Balbuceo

—¿Qué cosa?—Alcé una ceja esperando su respuesta.

Una parte de mí quería pensar que quizás me pida que lo bese, es lo que siempre he deseado, desde hace años nos conocemos y somos mejores amigos, pero también desde hace años que estoy enamorada de él.

— No sé como te lo vayas a tomar_____________—se rascó el cuello con notorio nerviosismo.

—Pecas sólo dímelo—insistí.

 —Quizás estaría más calmado si me...das un beso—dijo lo último en un susurro casi inaudible.

—¿Un qué?—pregunté ya que no había escuchado bien y tenía miedo de equivocarme en lo que había escuchado.

—Un beso—susurró de nuevo en un tono más alto.

 —¿Si te doy un beso, te vas a calmar?—él asintió con una sonrisa en su rostro— De acuerdo, si eso quieres...

—Eso quiero—me interrumpió.

Mis manos, las cuales se encontraban aún en sus hombros, pasaron a estar en su cuello, enrolladas en él, sus manos se colocaron en mi cintura, pude sentir un escalofrío recorriendo mi cuerpo.

Poco a poco fuimos acortando la distancia que había entre nosotros, hasta unir nuestros labios en un beso lento y dulce, sin prisa, como si estuvieramos en una burbuja, sólo nosotros dos en el mundo, nadie más importaba en ese momento.

Nos separamos por falta del oxígeno, no saben cuánto deseaba seguir como estábamos, no quería alejarme nunca de sus labios, no había nada mejor que estar a su lado

Nuestras frentes seguían aún juntas, nuestras manos no se habían movido y él dejaba leves caricias en mi cintura.

—Sin duda...ya estoy mejor—susurró luego de un tiempo logrando que soltara una sonrisa