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-Hermana Moblit...

- Hola Eren -. Habló con voz dulzona y risueña, aún con su hábito puesto.- Tiene ya bastante tiempo desde que no nos veíamos.

- ¿Por qué estoy aquí? Ayúdame

- No-. Respondió escueta y firme.- Ellos me han pagado muy bien por entregarte. Yo soy la única que conoce tu condición.

Acto seguido se agacha frente a él menor y sobre la ropa toma la intimidad del de ojos verdes. Este último sorprendido se retuerce y hace sonar las cadenas, un nefasto tronar metálico aunandole los jadeos del chico por zafarse.

-¡No me toques, no debes, no puedes! -. Responde el menor altanero y asustado. La mujer de ojos avellana se quita aquello que cubría su cabeza en símbolo de castidad. Revela su melena corta y de castaño realmente claro, rosando el amarillo.

-Tranquilo-. Dice y a la par sonríe cínicamente, tú y yo somos realmente parecidos, somos dos hombres con ...mmm.. un cierto "don" nunca antes visto.

-No entiendo a qué se refiere -. El chiquillo hablaba realmente confundido. En sus ojos se leía que lo que decía era verdad, no entendía. Moblit lo captó y se desnudó frente a él. Eren cubrió sus ojos, era inaudito ver a una mujer así, menos a una monja.

- Mírame -. Ordenó con una voz grave. El chiquillo se negó. El rubio pellizco una mejilla del infante lo que ocasionó que abriera sus ojos y meramente observará que Moblit, era lo mismo que él y el señor Levi.

<<Niños>>

Fueron las palabras con las que Eren entendió lo que era.

- Eres un niño como yo -. Dijo al fin entendiendo.

- Si, exactamente como tú, tenemos la misma capacidad, la misma cualidad que nos une y hace únicos-. Se agachó el mayor y tocó el vientre moreno del niño al mismo tiempo que el propio.- Ambos podemos albergar vida en nuestro interior.

Los ojos del niño se abrieron como platos.

- Y por eso te necesitamos, pequeño bastardo. Tienes la sangre real y el único que regresará el honor a los Reiss, a los Ackerman y a los Jaeger, los tuyos.

Pronunció un hombre de sombrero y gabardina, es lo último que recuerda, de pronto todo se volvió oscuro, solo se acuerda haber sentido un dolor en el brazo y de ahí en fuera nada.

~|•|~

- ¡Lo encontramos! Señor, está en el distrito marginado, Trost. En el castillo de los Reiss.

Un pelinegro eufórico colgó de golpe el teléfono donde informaba a Hanji toda la situación. Sino se lo devolvian por las buenas, poco le importaba si empezaba la tercera guerra mundial, haría hasta lo prohibido por tener su niño en sus brazos nuevamente. Le molestaba esta situación, le molestaba que la vida era tan brusca, de un momento a otro te da aquello que más anhelas y sin darte cuenta te lo arrebata.

Pero no se dejaría guiar por las leyes que imponía el mundo, no le importaria si mata gente para volver a hacerlo suyo, porque lo que se hace por amor, se hace más allá del bien o el mal.

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Hola humanos, yo de nuevo, sé que me odian, nunca actualizo cuando me propongo hacerlo, pero aquí está, aunque tarde en subir nuevo cap no abandonaré esta historia. Me equivoqué al escribir esto, abandoné la idea original, la cambie, luego se me olvidó como era la trama y ya ni sé qué hago. Espero aún siga quedando bien y dejen su sexy comentario y una linda estrellita por esta aún más sensual historia.

Chicas (y si me Lee algún chico) Chicos, los amo, y no me abandonen.

Escrito con cariño, yo, su humana.

Me enamoré de Ella, es decir: Él  Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora