❛ You call me MONSTER ❜［CHENMIN］

Capítulo 13. - Preparaciones pre-cita.

Tres horas.

Las piernas de MinSeok temblaban mientras subía los pantalones por sus caderas.

El sudor parecía acumularse en sus manos y tenía una sensación de vacío en el estómago, aunque tal vez era más bien de llenes. Bueno, el punto es que eso le provocaba ligeros mareos, sin contar la posible temperatura, sentía que otro poco y le salía humo por las orejas. Su rostro se reflejó en la puerta del congelador e incluso ahí podía notar esos molestos tonos rojizos en sus mejillas, ¿Y si usaba maquillaje para taparlo? No. Eso sería muy gay, LuHan le había dicho que Chen no era gay, es más, él mismo había leído varios artículos de ello, donde el cantante afirmaba que tenía un tipo de chica ideal.

Sacudió la cabeza y se concentró en terminar de vestirse, abrochándose el pantalón de mezclilla obscura, que sin querer era el más "ajustado" que tenía, el resto de su ropa se concentraba en prendas dos o tres tallas más grandes que le quedaban bailando en las piernas. Eso era, en parte, lo que llamaba la atención del cantante, el bajito tenía un gran cuerpo, piernas moldeadas (lo poco que había visto), caderas anchas, buen trasero, pero todo eso siempre oculto.

Se podría pensar que Min escondía su cuerpo por inseguridad, y sí, pero principalmente era porque se negaba a comprar en buenos sitios. Siempre terminaba comprándola en lugares de segunda mano, donde era muy difícil conseguir ropa de su talla y para variar, MinSeok es de ese tipo de personas que detestan gastar su tiempo en hacer compras. Lo primero que veía era lo que se llevaba y listo,  sólo iba a esos lugares cuando la ropa que tenía ya estaba muy vieja o hasta rota.

Cuando acabó de arreglarse, tras pasar una hora más escogiendo una playera que se viese decente, pasó por su mente una vez más la idea de que fuese a llevarlo a un sitio elegante, ¿Debería ponerse un traje entonces? Resopló mirando hacia el pequeño estante con su ropa, de todas maneras, su único traje ni siquiera se le veía bien. Decidió quedarse como estaba, si iba a ser amigo del ángel seguramente no habría problema con que le pidiese no ir a uno de esos lugares, Chen comprendería, siempre era muy comprensivo y amable, incluso una vez en un programa lo mancharon de lodo y el pidió que no se preocuparan y se quedó así todo el show. Uff... su ángel era magnifico por donde lo viese.

Tal vez la próxima vez querría ir con él a un... ¿Próxima? Todavía no sobrevivía a esta salida y ya estaba pensando en una próxima ocasión, pero, ¿Sería posible? ¿Podría ser que tuviera la maravillosa oportunidad de salir de nuevo con ese perfecto serafín? Su corazón aceleró su palpitar sólo con imaginar que comenzarían a salir muchas veces por semana. Es decir, los amigos suelen hacer eso, ¿Verdad? Ahora que se reencontró con LuHan han salido ya tres veces... Así que, si también sería amigo del artista, era lógico que salieran como lo hacía con Lu.

Dos horas.

Aún faltaba bastante para su encuentro, pero odiaba la idea de llegar tarde o de hacerlo esperar. Literalmente el tiempo de su nuevo amigo (WAH, sólo pensarlo lo hacía dar brinquitos mentales) valía oro y no podía darse el lujo de costear algo así, por lo que salió de su departamento y caminó directo a la estación del metro. Al llegar se dio cuenta de lo rápido que anduvo sin fijarse ni siquiera de los semáforos en los cruces, estaba muy distraído y sabía la razón exacta, pero admitirlo parecía muy vergonzoso. Chen no podía verlo así, ni emocionado, o se alejaría de él pensando que era un rarito. Y bueno, sí era un rarito porque hasta había besado el poster en su pared, pero no era raro raro, sólo... un poquito raro.

Para llegar a donde había quedado de verse con el mayor debía tomar dos metros, ahora iba en el primero y seguía teniendo mucho tiempo de sobra para su reunión. A ese paso terminaría siendo el que espera y quizás recibiría un cumplido por ser tan puntual, oh sí, eso le gustaría. Cuando Chen le hacía cumplidos lo hacía revolotear por dentro, aunque también lo hacía sentir nervioso y apenado pero su dicha era más grande que eso.