Notas que la gente se empieza a apretujar contra valla de forma violenta. Al principio no comprendes por qué, pero en pocos segundos lo averiguas.
Te llevas las manos a los oídos al escuchar un poderoso rugido, un rugido que llevaba unas palabras implícitas que no pudiste comprender. Era un ruido tan potente, como un rugido de León multiplicado por cien. Aquel ruido provenía del cielo. Desviaste tu mirada hacia arriba, y entonces se te heló la sangre.
No dabas crédito a lo que veías. Batiendo sus alas, volando a gran velocidad, una inmensa criatura se dirigía a la zona de evacuación. Era grande, muy MUY grande. Sus alas extendidas daban tanta sombra como una montaña, y sus escamas rojas, claramente podrían haber sido del tamaño de un ventanal. Sus ojos amarillos, se notaban a pesar de la distancia y sus afiladas garras solo eran comparables con los colmillos. Un dragón... esa cosa, era un dragón.
Sumándote al pánico colectivo, corriste en dirección a los helicópteros. La gente te aventaba al correr, amenazaba con tirarte e incluso pasar sobre ti. Sabías que, si caías, todo habría terminado. Ya nada importaba, lo único que parecía importante justo ahora, era sobrevivir.
Pero no sería tan sencillo. Los helicópteros comenzaron a elevarse de pronto con la gente que tenían dentro. Escuchaste gritos de pánico, a sabiendas de que los iban a dejar. Tú no sabías si lo lograrías, pero si querías vivir, tenías que alcanzar uno de esos helicópteros.
Forzaste tu cuerpo al máximo y decidiste que lo harías. Comenzaste a correr en dirección al que sería tu objetivo. Y tu esfuerzo dio frutos. Lo habías logrado, alcanzaste uno de ellos. ¿A cuál habías corrido?
a) Al helicóptero más cercano -> Ve a [M-S12]
b) Al helicóptero que tenía más gente -> Ve a [M-S13]
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Sobrevive en las Cenizas [Libro Interactivo]
AventuraTres historias cortas que se leen en 15 minutos. Ponte en la piel de alguna de las personas que vivieron la catástrofe del 24 de Octubre, en la Ciudad de Nivek. Una terrible erupción volcánica que dejó marcados los corazones de todos aquellos que la...