Capítulo 1

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14 de febrero de 1980

Ahí estaba ella, entrando a la iglesia con un hermoso vestido color blanco. Había olvidado lo hermosa que era cuando sonreía, esa sonrisa que te daba ternura y ganas de comerla a besos.

Me sentía mal en ese momento ¿Por qué? Pues ella se estaba por casar con alguien que no era yo, si no Thomas Rowe, un chico que conoció en la universidad. Él la hace feliz, algo que yo no pude hacer en su momento y es algo con lo que voy tener que vivir toda mi vida. Pero si ella es feliz, yo también lo seré ¿cierto?

Pero si quiero contar bien esta triste y hermosa historia, voy a tener que empezar por el principio.

Todo comenzó el 25 de marzo de 1970. Para ser mas preciso, esta historia comienza en mi antiguo instituto.

Lo recuerdo como si fuera ayer. Era lunes, pero no era un día común y corriente, ese día iba a ser el que cambio por completo mi vida.

Llegué al colegio con mi hermosa moto. Era tarde, muy tarde. Las clases iniciaban 7:30hs y yo había llegado 8:30hs. En mi defensa me había entrenido mucho con mi chica de la semana.

Cada semana salía o mas bien, me acostaba con una chica.

Nunca las repetía, a menos que la haya pasado mejor que bien. Caminaba despreocupadamente por los desiertos pasillos rumbo al laboratorio, ya que tenía química. Odiaba esa materia, era un asco, como todo en general. Lo único que me gustaba de esa materia, era la profesora suplente.

Llegué aquel laboratorio y todos voltearon a verme.

-Tarde Mckinnon.-dijo aquella hermosa mujer.

-Lo siento linda, me quede dormido.

-Tome asiento de una vez que esta distrayendo al resto de la clase.

El único maldito lugar que quedaba, estaba alado de aquella chica pelirroja, con hermosos ojos cafés. Era raro ver a una pelirroja con ojos de ese color.

Tome asiento junto aquella chica, que parecía estar muy concentrada en la clase.

Me detuve a observarla de reojo, era delgada, con unas lindas curvas. Definitivamente era bonita pero no era mi tipo.

Eché la cabeza hacia atrás, cuando me llega una bola de papel, miro en la dirección de donde fue enviada y allí vi a mis dos mejores amigos, Max y Sam. Abrí aquel papel que decía "¿Dónde te habías metido? Creíamos que ya no ibas a venir" lo cual conteste " Es un secreto". Estuvimos así toda la clase, hasta que por fin toco el timbre y todos salieron en estampida, incluyéndome a mí.

Ya en los pasillos, espero a mis amigos.

-¿Con quién fue esta vez?.- pregunto Sam.

-Adivina.

-¿Taylor?.- Dijo Max mientras miraba aquella rubia

-Sí.- respondí orgulloso de mi mismo.-¿Cómo te diste cuenta?

-Cuando llego no paraba de hablar de ti.- respondió algo seco

-¿Qué pasa Max?.-dijo Sam mientras se le tiraba encima

-¿No se sienten un poco mal por jugar con las chicas de esa forma?.-dijo mientras se sacaba a Sam de encima.

Así era Max, él siempre te hacía reflexionar sobre los que hacíamos. Siempre hacía que mantengamos los pies sobre la tierra.

Pero no sabía lo que me esperaba ese día, que ese chico tan despreocupado y un tanto mujeriego, iba a cambiar bruscamente.      


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