Sentirse Salvada

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Abril estaba sentada un domingo por la noche observando el partido de fútbol mientras comía palomitas.

¿La verdad? Odiaba el futbol , estar todos sentados en la sala gritando al televisor como si este escuchará era gratificante.

Durante mucho tiempo estuve sola y sentir está calidez de nuevo era sumamente agradable.

Todos parecían emocionados incluso la señora Collins que parecía de tipo delicado que veía telenovelas y películas de comedia romántica.

Mi papá ni hablar de él, que tenía puesto la camisa de su equipo favorito y la cara pintada con los mismos colores.

-goooooool-

Todos dijieron en un sintonía,¡ genial me quedaré sorda antes de los treinta!.

Todos se calmaron durante el medio tiempo, Dilan se fue a quien sabe dónde, la señora Collins se fue a la cosina a preparar botana, mientras que mi papá, el señor Collins, Owen y yo nos queda en la sala.

- ¿No crees que comes mucho? Ha este paso vas a terminar gorda y fea-

habló Owen a lo que yo rodé los ojos ante su comentario, recibido un pequeño regaño de señor Collins.

- si tal vez coma un poco, pero está bien, hago mucho ejercicio por lo que las calorías que consuma ahora mañana a primera hora las quemare-

dije tratando de ser la más cortés con el pequeño mocoso.

- ¿Por eso siempre desapareces en la mañana ? -

Dijo de forma arrogante, en eso empezo el partido antes de que pudiera contestar.
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Lunes por la mañana, inevitablemente odioso, me había desvelado y por desgracia me había quedado dormida por lo que me levanté tarde, ¿Lo bueno? El señor Collins nos dió un aventón a la escuela.

Las horas pasaron de forma lenta y tediosa, el día se estaba volvieron aburrido, era la hora de descanso, camine por los pasillos para llegar a la cafetería ya tenía un lonche ya preparado cortesía de la señora Collins.

Llegué visualize a Alice quien estaba con sus otras amigas ( quienes no me agradaban ), hoy comería sola.

Camine de regreso, Alice era mi única amiga en la escuela y no tenía ganas de soportar a nadie, no me afectaba que Alice me dejara sola, lo entendía tenía más amigas era normal que quisiera pasar más tiempo con ellas y sería egoísta de mi parte que se lo prohibiera.

llegué a la azotea, mí lugar favorito de la "prisión".

Comía mi almuerzo, tenía que admitir que la señora Collins era una excelente cocinera.

Oigo abrirse la puerta, mire hacia esta misma, sentía que alguien invadía mi espacio, especialmente cuando quería estar sola, entra un muchacho piel clara, cabello castaño y ojos del mismo color, al parecer no noto mi presencia hasta que voltea y nuestras miradas se cruzaran, hace una leve sonrisa, el se me hacía particularmente familiar, lo ha había visto antes solo que no recuerdo bien.

- hola, que hay-

me saludo y luego me inspeccióno de pies a cabeza, yo solo lo ignore no me gusto para nada su forma de analizarme.

Me levanté dispuesta a irme.

-espera, Abril-

-como mierda sabes mi nombre-

dije de manera seca y fría.

- ya lo olvidaste, bueno, nos conocimos hace un año y medio, ya sabes cuando tú te.....-

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