Las Cadenas Del Deseo. [Ziall]

Capítulo 11.

-Zayn-

No sabía qué pasaba.

De un momento a otro ya habíamos matado a alguien.

"Los sentimientos más fríos y crueles son los más reales"

El dolor recorría mi cuerpo. Mis lágrimas se juntaban con las del rubio que tenia a mi lado. Este se encontraba en un estado de shock y no paraba de llorar. Habíamos regresado del hotel, por mis suposiciones, decían que era medianoche; Niall me sostenía mientras yo apoyaba mi mano sobre su espalda. Me era difícil caminar, lo bueno que la herida de mi brazo no apunto en el centro de este si no en un costado y lo mismo con el muslo, por lo que podría curarlas con agua oxigenada. Pero aún así la sangre que había derramado era mucha. Aun tenía una duda con lo que había pasado y no dejaba de molestarme.

¿Que habrá pasado con la tercera persona que había visto?

Caminábamos o más bien deambulábamos de vuelta al hotel, pero al pasar por una farmacia nos detuvimos a comprar unas vendas, agua oxigenada y analgésicos. Tenía la suerte de llevar dinero y que la farmacia estuviera abierta a esa hora. Pensaba que los vendedores de aquella farmacia me dirían algo por mis heridas, pero estos no les tomaron la menor importancia. Eso me hizo pensar en que cruel era el mundo.

Niall tenía una cara muy familiar. Llena de tristeza con aquellos ojos azules a punto de llorar, sus mejillas rojas y su mirada perdida. Su expresión era de sufrimiento y soledad. Lo reconozco porque yo también estaba así. Llegamos al hotel después de caminar varios minutos. Subimos a la habitación en donde me hospedaba. Le prometí a Niall que mañana irías por sus cosas, ya que estas se encontraban en otro hotel. Subimos a mi cuarto y al entrar este se desmayo.

No me desespere. Sabía que algo así pasaría. Había por tantas emociones y había llorado mucho en un día, debía estar extremadamente agotado. Con la poca fuerza que tenia lo levante del piso y lo puse en la cama para que durmiera. Al ponerlo en la cama, casi me caigo por el dolor que sentía. Eso me hizo recordar aquel momento.

Tenía mucho terror de morir, pero me dio terror ver a un Niall así, me dio bastante pánico. Sus expresiones en aquel instante eran vacías. La mirada que tenía en aquel momento nunca la olvidare, era algo que nunca en mi vida quería volver a ver. Me gustaba más este Niall. El Niall que dormía en aquella cama, mientras yo me encontraba sentado en el piso. Pensado en ello. Luego apareció esa mujer; morena y de ojos claros. Su aspecto parecía ya más grande, pero su rostro la hacía ver joven. Tenía una cabellera negra y larga. Nunca me dijo como se llamaba, pero me traía nostalgia. También pensé en aquella fotografía, no sabía, no recordaba haber visto a Niall en mi niñez. Tal vez como era muy pequeño, no me acordaba. Era la segunda vez que aquel rubio tenía que ver con mi pasado ¿Qué relación había entre nosotros?

Me senté en la ventana que daba hacia la ciudad y podía contemplar la luna desde aquel punto. Era hermosa. La luces de la ciudad hacia que el cielo tornará un color naranja con la combinación de un azul oscuro, haciéndolo como una pintura. Aquellos pensamientos rondaban en mi cabeza cuando se me acordó que tenía que ponerme el agua y las vendas. Tome unos algodones que también había comprado en aquella farmacia. Los puse en la boquilla de la botella y le di vuelta, para que el algodón se llenara de aquel líquido curativo. Me quite los pantalones que traía y me remangue mi playera.

Comencé a poner el algodón lentamente sobre mi muslo y empezó a arderme, trate de ahogar todos mis gritos, para no despertar a Niall quien dormía plácidamente. Al acabar seguí poniendo el agua sobre mi brazo y vende mi muslo y mi brazo; luego tome los analgésicos para que el dolor se anestesiara y no me causara tantas molestias. Me cambie de ropa y comí unas golosinas que había comprado anteriormente que seguían en mi habitación. Volví a sentarme en aquella ventana a contemplar el cielo y con la luna en ella, hubiera sido hermoso si hubiese habido estrellas aquella noche, pero estas estaban ocultas por las luces de la ciudad. Me quedé viendo al cielo, pensando en mi triste vida.