Bad Papi -[Justin Bieber]-Hot-

Cap 27

Una vez que terminé de vestirme salimos de mi casa. Ryan no dejaba de repetir lo ajustado que me quedaba aquel vestido. Puff. ¡Qué pesado!. Montamos en su coche  -d que desconozco la marca, soy pésima reconociendo coches-. Comenzó a sonar en la radio Bittersweet, mi canción favorita. Moví mis brazos de un lado al otro, parecía tonta, pero amaba esta canción. Los ojos de Ryan se paseaban por mí de vez en cuando.

- ¡Me encanta esta canción! .-Seguí tarareando la letra, y aunque algunas veces la cantante se confundía, proseguí a lo mío.

El coche paró frente a una enorme casa repleta de cuerpos andantes. Desconocía el lugar en el que estábamos, pero no sería muy lejos de casa, ya que tardamos poco en llegar.

Algo insegura bajé del coche, mientras pasaba mi mirada por todos los torsos desnudos de aquellos jóvenes en mal estado  -bebidos-. Al adentrarme en la fiesta, observé lo que abundaba en cada esquina de la casa, guarras. Estaban por todos lados, parecía una invasión. Cada dos milímetros, había una guarra restregando su pandero operado, a un desconocido.

-Hey, ¿quieres tomar algo, linda? .- La voz desconocida de un individuo resonó. Me giré y pude percatarme de la ausencia de Ryan. Maldito, me había dejado tirada en medio de una multitud de tías borrachas.

-Mm, vale ....-Dudé, pero finalmente acepté.  No creía posible negarse a sus ojos azules o, a su melena rubia. Nunca fui una fan de los chicos con melena, pero a él le quedaba tan jodidamente bien.

El rubio se dirigió a por unas bebidas, perdiéndose entre la gente, sólo podía mantener mi atención en su culo trabajado. ¡Samantha! , mi conciencia llamó a la puerta, pero yo no la atendí, tenía demasiadas cosas en las que pensar, como en aquellos ojos color mar.

La música era animada, y no me iba a quedar parada, así que me animé a mover la cintura. Poco a poco, los chicos se me iban acercando.  Y, sin poder resistirse a mis movimientos, se pegaban a mi cuerpo. ¿Dónde estaba el de las bebidas? .

- Lo siento por arruinaros el bailecito. Pero esta es para mí. - ¡Por fín! . ¿Para mí? . Mm. Me felicite a mi misma, había ligado sin darme siquiera cuenta.

Nos alejamos un poco del bullizo saliendo al exterior. El joven me entregó la bebida, para pder salir del trance en el que sus ojos me habían metido, di un trago a mi bebida.

-¿Que hacías sola? .- Levanté mis ojos del suelo, mirando a sus labios.

- El estúpido de Ryan, un amigo, me dejó tirada.- De otro trago me terminé la bebida.  Creo que lo cargaron demasiado, ya que me estaba empezando a dar ganas de quitarle la camiseta al melenitas.

¡ Alla voy!