Bad Papi -[Justin Bieber]-Hot-

Cap 11

Me sentía tan rara, pero me gustaba y mucho. Era tener el poder lo que me hacía obtener más seguridad. Cada movimiento que realizaba con mis caderas, carecía de vergüenza. Guiada por lo que la música en mi mente me decía, soltaba mis musculos con relajación, pero la tensión seguía en el ambiente.

- Oh nena, ¿dónde aprendiste eso? .- Normalmente mis mejillas habrían tomado un color abrumador, pero no lo hicieron. La diosa que llevo dentro jugaba por mí, en cambio mi subconsciente se había tomado vacaciones.

A orcajadas sobre él, saboreé el momento. La energía que recargaba nuestras miradas teñidas de pasión. Esta vez, nuestra respiración agitada no se debía a la carrera, si no a lo que nuestro cuerpo junto producía. Saciada tan sólo con su olor natural cerré mis ojos, dejando a mi dedo índice recorrer su mejilla, repetidas veces. A consecuencia de mi tacto, sus ojos se cerraron lentamente y una cálida sonrisa apareció en sus labios. Bajé por su cuello, hombro. Y llegué al tope de su camiseta, ¿qué debía hacer con ella? . Impulsada por la diosa, levanté desde el bordillo de la prenda. Por segunda vez, divisé su esbelto cuerpo.

Le besé, le besé hasta desgastar nuestros labios. Derretir nuestras lenguas y saciar nuestro deseo. Pasamos el resto de la tarde tumbados en la arena, aunque el silencio se apoderó del momento, no tuvimos problema. Era todo tan tranquilo.

- ¿Qué te parecería si vamos a dar un paseo? , está cayendo la noche. -Advertí.

No muy de acuerdo con mi proposición, se levantó sin rechistar. Le tienes dominado, dijo mi subconsciente moviendo la cabeza. Sonreí, tal vez sí. Agarró mi mano, no sin antes haberse puesto su camiseta blanca .

Caminamos por las calles más oscuras y apartadas de la ciudad, para que nadie mos viera. Pasamos enfrente de una puerta de la cual, salía sonido, música a todo volumen y un ruido infernal.

-¿Entramos? .-Preguntó Ryan.

No tenía la menor gana de fiesta, pero él ha estado haciendo lo que le he estado pidiendo todo el día, no me vendría mal ceder.

Nos adentramos en el recinto desconocido, la primera vista que tuve fue muchísima gente bailando, la música a todo volumen y un horrendo olor a marihuana. Puag. No soy nada papartidaria de las drogas. Ryan agarró mi mano con fuerza y tiró de ella.

Paramos en medio de la multitud que baialaba descontrolada. Para mi asombro, Ryan empezó a moverse al ritmo de la música. Bailaba realmente bien. Fascinada por su movimientos de cadera, recordé como en la playa tuve aquella facilidad lara moverme e hice lo mismo. Me giré y posicioné sus manos en mis caderas, moviendolas, suavemente, poco a poco. Volviendole loco, volviendome loca.

Después de un largo rato de movimientos, noté que algo se elevó en mi culo. ¿Qué? , él estaba .... ¿contento? , digámoslo así. Jamás pensé que haría un efecto así sobre los hombres.