INCAPAZ DE MATAR

CAPÍTULO 1

Tres semanas antes

Escucho la voz de mi profesora de topografía forense de sexto semestre de investigación criminal pero no presto mucha atención a lo que dice, estoy leyendo y releyendo los nombres escritos en mi cuaderno, empiezo a recordar con lujo de detalles la forma en que asesiné a cada uno de ellos, lo hice con premeditación exacta y extremada perfección, puedo recordar también lo mucho que me divertí con ellos en la cama, justo antes de acabar con sus vidas. Me encargue de que cada escena tuviera solo lo necesario para que los criminalistas reconocieran el cuerpo y para que se dieran cuenta de que los homicidios estaban ligados, pero aun así me sorprende que todavía ningún detective haya podido ni siquiera entrevistarme como sospechosa de estos asesinatos.

Continuo vagando en mis pensamientos de oscuro crimen pasional y puedo recordar al primer sujeto en especial, era una novata pero lo disfrute bastante, viene a mi cabeza la imagen del chico y yo recostados contra el marco de la puerta, el besaba mi cuello, luego se detiene y yo comienzo a desabrochar su camisa y luego el termina de desvestirse rápidamente, su respiración agitada era muestra de lo mucho que me deseaba, se recostó en la cama, quité mis tacones y me puse sobre él, subí mi vestido hasta el torso y él quitó mi ropa interior. Ya se pueden imaginar lo que sucedió después, tuvimos sexo por más de una hora, luego terminamos y aguarde a que se quedara dormido, besé su cuello con suavidad por última vez. Me escabullí y recogí del suelo la correa que él se había quitado antes, me acerqué a la cama y me puse sobre él, agarré la correa de ambos extremos y empecé a presionar sobre su cuello, lucho unos segundos y luego se rindió, y murió bajo mi cuerpo. Me aseguré de limpiar todo su cuerpo con paciencia y delicadeza, cerré su ojos después de ver su color verde perder la intensidad, me lleve el condón que usó y todo lo que yo utilice para limpiarlo, junto con nuestras ropas para quemarlas luego, por ultimo lo acomodé en la cama y lo cubrí bien con las sábanas.

-¡Zoe!...?- dijo mi maestra con aparente enojo.

-¿sí?- contesté frenéticamente.

-¿puede decirme que estaba diciendo?- preguntó de una manera demasiado desafiante para mi gusto.

-usted estaba recordándonos que lo primero que un investigador debe buscar en el suelo aparte del arma homicida, son huellas ya que pueden darnos una talla y marca de calzado específica que pueden guiarnos al asesino- conteste y la maestra se quedó en silencio y luego asintió con aprobación. Al mirar a mi lado vi un guapo muchacho que al parecer creía que yo no prestaba atención y está algo sorprendido, le sonrío pero de inmediato mira a otra parte y su seño cambia a serio. lo observo el resto de la clase y veo que coquetea con una bella chica rubia del salón, se nota que es el típico chico que es perseguido por todas y se cree lo máximo, aun así no puedo negar lo guapo que es. Pensándolo bien, es una buena opción para formar parte de la lista de nombres de mi cuaderno.

En el receso me siento junto Evan, se podría decir que es mi mejor amigo, estudió psicología y ahora está en tercer semestre de derecho y lo considero un fiel cómplice de todas mis fechorías, lo conocí antes de empezar a matar, es la única persona con quien me he acostado sin matarla después. Es un loco sádico al igual que yo, dejo en claro que no somos amantes, solo tuvimos sexo un par de vece recién nos conocimos y ahora el me ayuda a analizar la personalidad de mis víctimas y me da consejos para seducirlos ya que es experto en eso.

-¿qué tal casanova?- lo saludo al acercarme a él en la mesa mientras despeino su negro cabello alborotado.

-¿casanova? ¿ya te enteraste también?-

-claro, no puedes andar acostándose con una chica hermosa y popular y creer que nadie se dará cuenta, solo espero que no haya sido solo sexo- respondí riendo con picardía.

-no, ella realmente me gusta, si la conoces bien te agradará- dijo y por reflejo giró a ver la mesa en la que ella se encontraba sentada.

-hazlo- dije

-¿que?-

-dile que se siente con nosotros- dije como si fuera obvio.

Evan puso los ojos en blanco, se detuvo a pensarlo pero luego se levantó y se dirigió a la mesa donde Grace se encontraba he hizo honor al apodo de casanova, vi que le dijo algo y ella de inmediato se levantó y ambos vinieron juntos y se sentaron. Le sonreí a ambos mientras me levantaba para dejarlos solos, me devolvieron la sonrisa y me fui.

Mientras caminaba por el pasillo choque con alguien, "mierda" pensé. Me giré a ver y era el chico que había visto antes en clase.

-!hey¡ ten más cuidado la próxima- dijo mientras se alejaba.

-lo siento- susurré

-ajá- dijo y yo resople al ver que además de engreído era grosero.

El resto de la tarde me la pasé intentando terminar de leer por segunda vez mi libro favorito "el arte místico de limpiar los rastros de la muerte", mientras mi hermano Matthew tocaba a todo volumen su guitarra eléctrica y cantaba rock pesado en su habitación. Me levanté de mi cama y fui a su habitación, toqué con fuerza.

-!cállate, no quiero oír mas tu música de mierda, pienso hablar con Evan por teléfono y estoy segura que tampoco la quiere escuchar¡- grite con esperanza de que me hiciera caso.

-estas de buen humor hoy hermanita- dijo con sarcasmo -sabes que soy mayor que tú, no intentes decirme que hacer- agregó.

-te odio estúpido fenómeno adoptado- contesté con mala cara.

-también te quiero- dijo en un tono exageradamente empalagoso.

(riiiiing) suena mi teléfono

Contesto y es Evan, hablamos toda la noche.

-es la una de la mañana Evan, no lo sé aun, mañana lo decidiré, muero de sueño- dije medio dormida.

-duerme mi pequeña psicópata- dijo Evan en tono tierno.

-!cállate¡ no seas cursi- dije a carcajadas.

No logré conciliar el sueño en un rato pensando en lo que me dijo mi amigo, no puedo evitar darle la razón siempre, por algún motivo él se había fijado en ese extraño chico de clase de topografía, y coincide conmigo con que sería una víctima perfecta y ahora estoy considerando seriamente escribirlo en mi cuaderno.