CAPÍTULO 8

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Mientras sueño con un hermosos ocaso color rojo y  una suave melodía soy interrumpida por un ensordecedor ruido de unas sirenas, me asomo por la ventana de mi habitación y veo un carro de policía parqueado en la calle del frente y ahí comprendo que el color rojo del atardecer que soñaba se debe simplemente a las luces que emite el veiculo que a travez de mis parpados lograba percibir.  Al parecer están arrestando a mi vecino por violencia doméstica o eso es lo que logro escuchar. Me tiro a la cama denuevo y tomo mi celular para ver la hora, está de madrugada aún y faltan aproximadamente dos horas y media para que sea tiempo de levantarme para ir a la universidad, a pesar de ello no logro conciliar el sueño de nuevo, me limito a pasar el tiempo viendo el techo y escuchando a Matthew roncar.

Luego de casi una hora oigo que tocan el timbre de la casa repetidamente y luego golpean fuerte la puerta, bajo corriendo y me acerco a ver por el pequeño ojo de la puerta y no logro entender quien es, está de espaldas, al abrir el sujeto se gira, es Jayden.

-¿que mierda haces aquí? son las 4 de la mañana- le digo y al salir por mi boca suena más brusco de lo que quería.

-¿no me vas a dejar pasar?- pregunta aparentemente ofendido.

-Hazlo, pero no hagas ruido que mi hermano aun duerme- le respondo.

Él pasa por la puerta con la mirada perdida y con los ojos llenos de miedo, como si algo lo atormentara.

-¿cómo encontraste mi casa?- le pregunto. 

-ya la conocía, digamos que a veces te sigo hasta aquí después de la jornada- dice serio como si fuera algo completamente normal. Yo lo miré con los ojos muy abiertos.

-¿qué? ¿porqué me sigues? y ¿qué es lo que haces aquí?- le digo sin paciencia.

-sigo a todo el mundo, se donde viven todos, y sobre esto, estaba en un bar por aquí cerca y había una pelea, debo un dinero y no tengo como pagarlo, me iban a dar una paliza y solo vine aquí- me explica pero al instante comprendo que se trata de algo mucho más complejo que una deuda y decido no preguntar.

-bien, quédate hasta que sea la hora de ir a clase, mi hermano se levanta 10 minutos después de que me voy ¿te parece?- le propongo y el asiente.

-bien, oye y ¿no tendrás una muda de hombre que me prestes? de tu hermano o algo- dice con descaro y sin percatarse de lo descortés que ha sido.

-ya va- resoplo y unos minutos después me escabullo en el cuarto de mi hermano y tomó unos jeans negros y una camiseta blanca y se las entregó a Jayden.

-aun tengo una hora para descansar así que no toques nada, iré a dormir- le digo mientras subo las escaleras.

-te sigo- dice y camina detrás de mí.

-oh no, privacidad- le exijo.

-no seas aguafiestas- me guiña un ojo.

No le respondo y le permito entrar pero le señalo que se siente en el sofá y yo me recuesto en la cama y me meto en las cobijas, me volteo para darle la espalda y cierro los ojos.

-tu pijama es de corazoncitos ¿enserio?- me pregunta burlandose. 

-¿qué tiene?- pregunto levantando la cobija para observar mi pijama.

-nada- dice y sin mi permiso se levanta del sofá y se mete debajo de las cobijas conmigo, estoy apunto de decir algo pero luego me arrepiento y solo me muevo unos centímetros para mantener un espacio prudente.

Me quedo allí en silencio escuchando su respiración, es difícil no imaginarla entrecortada, al girar mi cabeza noto que se ha dormido y el calor de su cuerpo no tarda en arrullarme también a mi, en cierto momento siento como se acerca a mi hasta el punto de sentir el sube y baja de su pecho al respirar. La verda no entiendo nada de este chico, al comienzo pensé que era como el resto de los chicos que he matado pero el no se parece en realidad a ellos, el es una persona realmente indescifrable, además en los últimos días no he tenido cambios de personalidad tan continuos, pero desafortunadamente me he prometido a mi misma que la persona que sea anotada en mi cuaderno ya no puede ser borrada y ahora debo hacer lo que debo hacer, claro que esto toma tiempo, debo conocerlo primero, aun el no confía en mí y no entiendo si le agrado, cuando estamos solos es muy amable pero en público aparenta odiarme.

Vibra mi telefono, es la alarma, me levanto con cuidado para no despertar a Jayden, se ve tan indefenso y vulnerable, tiene los labios muy rojos y es imposible no mirarlo. Me obligo a mi misma a dejar de observalo y voy a duchar, al salir, estoy aun en toalla y voy a mi habitación a tomar mi ropa para vestirme en el baño.

-vístete aquí, no miraré- dice con una voz ronca y suena tan seductor que me convence, estaba de espaldas así que no vería.

-bien, no mires- digo.

Me apresuro a ponerme la ropa interior y un jean blanco aun con la toalla puesta, luego la dejo caer al suelo y me pongo un sujetador deprisa, busco una camiseta negra.

-wow- dice y yo me giro y lo veo sentado en la cama observando.

-¡dije que no miraras!- le grito y me pongo la camisa por la cabeza y salgo descalza hacia la cocina a preparar mi desayuno.

Sirvo mi desayuno y él de el nuevo intruso en mi casa, comemos sin dirigirnos la palabra y cuando ambos estamos listos para salir el me informa que llamará un taxi, asiento y dejo que él lo pida, cinco minutos después estamos en el taxi, me pongo mis audífonos y pongo la canción Sweater Weather - Neighborhood. 

Cuando bajamos a la entrada de la universidad decido pagar el taxi pero Jayden se niega. Mientras caminamos hacia el salón de clases el va a mi lado hasta que oye a un chico mencionar que parecemos habernos puesto de acuerdo con la ropa, no lo habíamos notado él lleva blanca la camisa y yo el pantalón y él lleva el pantalón negro y yo la camisa, que desastre, de Inmediato Jayden se aleja y mantiene su espacio al caminar hasta llegar al salón. 


INCAPAZ DE MATARWhere stories live. Discover now