Te quiero [04]

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Jimin salió de la casa sin que yo lo pudiese notar. Lo llame 7 veces y no contestaba, deje de insistir a la décima llamada, pero estaba preocupado, tenía un mal presentimiento. Como su guardaespaldas mi trabajo es que no le pase nada, pero también soy su nov...

Busque un abrigo y me lo puse rápidamente, abrí la puerta para salir y allí estaba él. Parado sin hacer nada, con la vista clavada en el suelo. Su carisma, su aura, su ser no era el mismo de siempre.

Quería regañarlo, pero verlo así... avance hasta el y le di un abrazo, comenzó a llorar. Desde que lo conozco solo lo vi llorar una vez. Como militar entrenado estaba preparado para todo tipo de situaciones, pero eso superaba todo mi entrenamiento. Jimin hacia que me alterará por nada y perdiese la calma, a veces quería saber más de él, pero y aunque no lo admita, el es el que lleva la relación, en el se basa todo y me gusta que sea así. Cuando llora mi mente queda en blanco, no supe que hacer la primera vez que lloro y no se que hacer ahora, no me enseñaron como consolar a alguien o como preocuparme por alguien, solo lo aprendía con Jimin, el chico alegre.

Lo arrastre hasta la sala de estar y lo senté en el sillón, me senté a su lado y lo abrace de nuevo, no quería preguntarle que le había sucedido y no quería saberlo a menos que él me dijera la razón de sus lágrimas.

–Vas a estar bien Jimin, solo llora, está bien llorar –Se acurruco en mi pecho y escuche como sollozaba aún más fuerte que antes. Me abrazo fuertemente y yo hice lo mismo.

–No me dejes ahora –Susurró casi inaudible.

–No lo haré –No iba a dejarlo.

Lo abrace más fuerte.

–Jimin –Dije para que me mirase. Levantó su rostro y vi sus ojos y punta de su nariz rojas.

–¿Qué? –Respondió llorando aún, con su mirada clavada en la mía.

–Te quiero –Jimin abrió sus ojos y su boca levemente. Sus lágrimas dejaron de caer y un brillo intenso se apoderó de sus ojos. Se podía notar su nerviosismo y sonrío –¿Ves? Te vez mucho más lindo sonriendo –Jimin se sonrojó y cubrió su rostro tiernamente.

–¿Qué cosas dices Yoongi? –Se escuchaban pequeñas carcajadas.

–Déjame verte –Ordene para que dejara de cubrir su rostro.

–No, estoy horrible, llore mucho –Dijo.

–Da lo mismo, tu sonrisa es la mejor sea como sea –Dije y saqué sus manos de su cara. Lo miré y el a mi. Tome sus mejillas y las acerqué para juntar nuestros labios en un beso lento y suave.

–Gracias amor –Dijo ya calmado y sonriendo.

–De nada –Sonreí.

–¿No vas a preguntarme que es lo que sucedió? –Pregunto curioso.

–Si no quieres contarme no tiene caso, además debe ser un tema delicado y no quiero forzarte a que me digas –No se porque, o quizá si, pero eso chico hacia que el romanticismo fuese parte de mi quisiera o no.

–Necesito hablar con alguien –Su mirada melancólica se hizo presente de nuevo. No me gustaba eso.

–Te escucho bebé –Dije y lo abrace.

–Mi mamá, me vi con ella hoy –Me separe de él y lo miré.

–¿Hey estás bien? ¿No te hizo nada? –comencé a revisarlo en busca de posibles heridas, pero no encontré ninguna.

–No te preocupes, la única herida que tengo está aquí –Dijo señalando su corazón.

Cuando Jimin nació su madre quedó con estrés posparto. Para explicarlo con palabras simples es como cuando una perrita tiene cachorros y uno nace con un olor distinto y trata de matarlo porque no lo ve como su hijo.
Su madre no lo quería reconocer, sus primeros años de vida fueron pasables, pero a medida que Jimin crecía el abuso físico se hacía presente. El día de hoy Jimin tiene marcas de cigarrillos de cuando tenía 5 y también algunas cicatrices que su madre le hizo con botellas rotas de licor o de alguna otra cosa que encontrase para golpearlo. Jimin, no sé cómo, pero podía soportar eso, lo realmente difícil era cuando su madre lo maldecía o demostraba su odio hacia él. Nunca ha superado eso.

–¿Qué te dijo Jimin? –Pregunté serio.

–Lo de siempre –Se quedó callado y sus ojos comenzaron a humedecerse nuevamente –Pero no se porque duele tanto Yoongi, no se porque me afectan sus palabras, estoy cansado –Susurró.

–Hey, mírame –Dije y tome su cara entre mis manos –No te atrevas a hacer alguna estupidez ¿Me escuchas? –Suspire frustrado.

Antes de conocerme y a pedido de su madre intento suicidarse 3 veces, es por eso que contrataban guardaespaldas para él.

–... –Se quedó callado y sus lágrimas no dejaban de caer.

–Jimin, tú sabes mejor que nadie que soy alguien que no es de muchos sentimientos o que expresa lo que siente –Jimin asintió escuchando atentamente a cada una de mis palabras –Por favor, enserio, te pido, no, te suplico que no te hagas daño... cuando acepté el trabajo fue porque pagaban bien, pero, cuando te conocí, cuando te vi, el dinero no me importaba en lo más mínimo. Quiero que entiendas que eres uno de los motores de mi vida, así que Jimin, tienes que estar sano por siempre ¿Me escuchas? –Quería decirle que lo quería, que lo amaba y también que me perdonara, pero no podía hacerlo. Cerré los ojos para evitar que mis ojos se humedecieran –Jimin, ahora puedo decir que eres lo mejor y lo más bello que me ha pasado en toda mi vida, eres la luz que ilumina mi alma, si algo te pasa me volveré loco, así que cuídate –Abrí los ojos y vi a Jimin llorando suavemente y me beso.

–Te amo, se que lo sabes, gracias por todo –Sentí como una lagrima caía de mi rostro. No quería traicionarlo, no quería hacerle daño y mucho menos hacerlo sufrir.

Nos quedamos en silencio un momento y el seco cuidadosamente las lágrimas que cayeron de mi rostro. Después de eso todo quedó en olvido y volvimos a ser los de siempre. Su padre lo llamo y le dijo que estaría aquí en unas dos horas para comer algo hecho por mí, así que me fui a la cocina y comencé a cocinar algo para él. "Te amo Jimin" no dejaba de sonar eso en mi cabeza, pero no iba a decírselo.

¡N° 91003 Min Yoon Gi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora