4. Un cupón de compras ilimitadas para pintura roja.

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Camino con Evan fuera de mi casa en un silencio incómodo. No ha dejado de pasarse un centenar de veces las manos por el cabello cuando me ha tenido cerca y sobre todo al verme en las escaleras se quedo como piedra, ¡qué va! Si hasta la piedra se movía más. Parecía asustado e incluso nervioso lo que me dejo a mi con ganas de estallar en carcajadas al ver que él chico fuerte que todos creen que es se quedo con cara de venado asustado.

No tengo ni idea de en que se va Evan a la escuela pero cuando llegamos aguanto la respiración y miles de mini-yo pequeñas se ponen a saltar en mi estómago. Es una moto azul con detalles negros y blancos,exactamente igual a la que vi en una tienda de estas enamorándome inmediatamente;se que debería estar asustada por el hecho de que se trata de una moto y un mal movimiento equivale un titular con mi cara en el periódico de mañana pero no lo puedo evitar.

Corro hacia la moto y cuando mis dedos tocan el frío metal chillo de alegría dando saltitos en mi lugar, lo que daría por conducir una de estas. Ned me enseñó cómo conducir su moto y solo una vez al mes me deja conducirla todo el día, claro que es extraño que mi hermano me deje conducirla sin temer que me saque la vida por los ojos y la sagrada corte lo deje vivir inmune; pues no fue la decisión de Ned sino la de papá sin que mamá se entere porque si lo hace seguramente le daría taquicardia.

Evan se acerca hacia mi y me mira como si tuviera un árbol de Navidad en la cara. ¿Por qué digo "árbol de Navidad"? Porque Evan O'Donell ve como una tradición extraña poner un árbol de navidad desde cuarto grado que estaba ayudando a decorar el árbol del salón en la escuela y una comadreja salió de esta matándolo de un susto, desde ahí no le encuentra ni gracia ni sentido a los árboles de Navidad.

-¿Qué?-En mi mente eso sonaba como un ALÉJATE O'DONELL, pero en realidad la sonrisa que tengo en la cara no ayuda y su mirada de confusión pasa a una sonrisa muy extraña viniendo de él lo cual me lleva a preguntar: ¿Existe la abducción de aliens? Porque este chico puede cambiar de animo cada minuto y me está dedicando una sonrisa como si se tratara de su hámster de ciencia.

-¿No te aterra?

Quito la mirada de la moto y lo miro confundida y a la vez ofendida. ¿Es que acaso cree que todas las chicas damos un brinco del susto al ver una moto?. Ahora tiene sentido porque cuando entre a la tienda de motos se me quedaron mirando más de la cuenta y repasándome con la mirada como si en cualquier momento llamara a unos chicos y empiecen un tiroteó;o al menos eso dijo Megan cuando entro a verme.

-Yo adoro las motos-Digo subiéndome de un salto y acariciando las manijas-Ver que tienes está moto me hace odiarte aún más.

El sonríe como si no le afectará y por segunda vez en el día las cosas que pienso en mi mente no suenan como lo planeo.Efectivamente,las motos son otros de mis puntos débiles que hacen que todas mis neuronas dejen de ser obreras y construyan respuestas o insultos coherentes hacia Evan por la hermosura que tengo debajo de mi. El me tiende las llaves y yo lo miro boquiabierta. ¿Me está dejando conducir su moto? Justo cuando creo en los milagros y estoy apunto de tomar las llaves,Evan aparta las llaves satisfecho con la fulminante mirada que le doy.Típico.

-Hazte para atrás,chocolatito-Se sube adelante de mi mientras suelto una que otra maldición en un idioma que no Bonnie Bennett lograría deshacer,la risa de Evan cae como balde de agua fría y se que me ha escuchado.-¿Qué no te vas a sujetar de mi irresistible cuerpo?

-Evan si quieres continuar con el apellido O'Donell para tu descendencia te recomiendo que te calles.-Digo mirándolo por uno de los espejos.

-A menos que me ayudes a continuarla.-Me guiña un ojo y tengo que apartar la mirada para que no note como la sangre de mi cuerpo tuvo una junta en mis mejillas.


151 promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora