10. ¿Ahora eres protector de la cerveza?

4 2 1
                                    

Mientras Evan festeja su victoria y el chico de cazadora roja le paga yo estoy por mi tercera cerveza de las que no debía tocar. El dolor de cabeza de mañana será horrible, pero es eso o dejar que mis neuronas trabajen como los minions. Evan solo me confunde, en todos los años que vengo soportándolo nunca me había enterado que fuera latino o tuviera familia ahí; doy mi último trago y cuando camino hacia la pequeña nevera casi me mando de cara de no ser por unos brazos que me toman fuertemente por la cintura y por un momento temo que lo poco que comí en la tarde se escape de mi estómago.

-Estas ebria-Me dice Evan atrás de mi aún con sus manos en mi cintura, la tela del vestido se me hace muy fina que doy un pequeño salto pero esta vez sí me caigo de trasero.

Chillo de dolor y maldigo a Evan de las peores formas posibles como diciéndole que sus joyas sean más pequeñas que un maní, pero como no, él se ríe de mi apoyando sus manos en sus rodillas. No sé reconocer si es bueno o malo que Evan se ría de mi desgracia, pero con lo bien que se estaba portando ya era demasiado bueno como para ser cierto. Cuando sus risas se acaban me tiende una mano pero yo me sujeto de su cazadora, no quiero que haga un mal movimiento y me haga ir al hospital para decirle al médico que mi trasero y su bienestar peligran.

-¿Enserio tu trasero y su bienestar peligran?-Dice aguantando la risa y yo lo miro con el ceño fruncido.

-Yo...-Hago una pausa porque me da hipo y él me mira sin poco humor ahora-No dije eso.

-Enserio debo llevarte a casa-Ruedo los ojos y le doy un golpe débil en uno de sus bien formados brazos-Acabas de hacerme un cumplido, chocolatito.

-Voy por otra-Digo mostrándole la botella vacía girando sobre mis talones y camino torpemente unos cinco pasos hasta que Evan se para enfrente mío-¿Ahora que O'Donell?

-No vas a ir por otra-Me dice con una sonrisa que me da miedo.

-Me das miedo-Lo veo dudar de su expresión por un momento hasta que luego añado algo de lo que se me arrepentiré-Y también me confundes.

-¿Te confundo?-Ignoró su pregunta y camino lo más rápido que puedo pero las pequeñas piedras en el suelo no ayudan a las puñeteras botas.

Cojo la última cerveza que queda y busco con la mirada otra camioneta que tenga una nevera, solo veo a Megan y Sam saltando y bailando al ritmo de la canción en español que resuena queriendo romper tus tímpanos. Cuando estoy por destapar la botella Evan me la quita y yo solo preparó su entierro con la mirada, él mira la botella y a mí dudando de lo que debe hacer.

-Vamos, Evan. ¿Ahora eres protector de la cerveza? Tú eres quien me trajo aquí, Evans.

Cuando mencionó mal su nombre esperaba que rodara los ojos o que me llamara por mi espantoso apodo, pero no esperaba que me tirara las cervezas en las manos haciéndome hacer malabares para que no estrelle contra el suelo como mi adolorido trasero. Al tener la cerveza segura en mis manos levanto la mirada para decirle las muchas formas en las que se puede ir a comprar dulces, la boca me llega al suelo de seguro porque lo veo caminar a zancadas lejos de mi hacia unos autos y lo pierdo de vista antes que se esconda detrás de ellos. Volteo la mirada hacia dónde antes vi a Sam y Megan, pero a estas alturas empiezo a dudar que sean ellas.

-¿Qué tal, Anna?

Mierda.

Volteo con temor hacia la voz ronca a mis espaldas y veo los ojos negros más oscuros que creí nunca volver a ver, no es como que deseara volver a verlo. Es el dueño de las pesadillas que cualquier chica puede tener si es que no te quedas hipnotiza por su físico. Maddox, luce tal como en mis peores sueños y como lo recuerdo solo que ahora se le ve más aseado, como si una baca le hubiera pasado billetes por la cabeza con la lengua. La idea me hace reír tanto que tengo que sujetarme de su hombro para no caer. Noa, estás cavando tu propia tumba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

151 promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora