1. Carguémosle el día a Noa

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Voy dando saltos hacia la escuela y me despido de mamá a lo lejos,doy media vuelta y las trenzas que me cuelgan vuelan en el aire.Adoro mis trenzas hacen juego con el vestido azul que papá me compró, dijo que era muy especial.

Entro a la escuela sintiendo las miradas de los demás niños sobre mí, se me ponen los pelos de punta al ver a Jordan pero no me está mirando a mi sino detrás de mí.

Volteo con temor e instantáneamente siento un tembleque por todo el cuerpo, bajo la mirada con temor al vestido nuevo y lo veo cubierto de pintura roja. Entonces lo sé;Evan. Lo veo sonriendo a través de mis lentes manchados con pintura roja también, todos ríen de mí. Evan ríe de mí siendo consiente de la mirada atenta de Jordan sobre mí.

Me despierto de un salto tocando mi camiseta talla XL y mi cabello desesperada. ¿Es que acaso no se supone que debía tener dulces sueños? Podían haber muchas cosas con las que soñar; desde vivir en el mundo de Tobías Eaton hasta el mundo de unicornios, pero no fue así. Tuvo que aparecer Evan en mi sueño embarrándome con pintura roja mi vestido cuando estábamos en cuarto grado de primaria, aún tengo el recuerdo de ese y muchos días horribles que Evan me hizo pasar en cara de Jordan. Resopló y me cubro con la manta azul recién cambiada hasta la cabeza. No estoy empezando el día con buenos ánimos y es frustrante que todo sea por culpa de mi mente al revivir la cara de Evan y sus muy dichosas bromas que me atormentaron desde tercer grado solo por llevar aparatos dentales con lentes. Se supone que él se fue hace dos años y dejo su pequeña gran marca que aún conservo; ¿porque la conservo? Fácil,las cortinas de mi habitación aún siguen teniendo pequeñas manchas rojas después de intentar lavarlas con todo los elementos de limpieza posible.

-Buenos días pecosa-Dice Ned entrando con una sonrisa radiante que decae cuando me ve despierta sentada en mi cama,bajo la mirada y veo el vaso con agua helada que tiene en su mano mi hermano mayor.

-Creo que falle tu plan: carguémosle el día a Noa-Digo sacándole la lengua mientras el maldice por lo bajo y sale cerrando la puerta.

No digo que mi relación con mi hermano sea la peor pero tampoco somos de esos hermanos que son muy unidos y se juntan un sábado por la noche a ver películas que le gustan al otro,simplemente no nos va y créanme que lo intentamos un día pero acabamos discutiendo por quien preparaba más palomitas.

Voy hacia el armario pasando por el espejo de cuerpo entero frunciendo el ceño. ¿Por qué no puedo amanecer como las chicas de las películas con el cabello bien peinado y sin ojos verdes inyectados ligeramente de sangre? Nunca lograré entender la fórmula secreta que esconden algunas chicas de la vida real para amanecer como si fueran a salir en televisión.






Una vez fuera de casa me despido de mi hermano mayor que va en su moto negra con la típica cazadora de cuero que lo caracteriza y embozo una sonrisa cuando lo pierdo de vista, si Ned supiera que su hermanita menor no va a pie a la secundaria se lo contaría a mis padres y sobre todo papá que no aprueba que salga con ningún chico hasta los 25 cuando ya no viva en casa o me mande de monja.

Camino una calle abajo y escucho la última canción de Dimitri Vegas con David Guetta resonar por los altavoces de un carro que ya me conozco de memoria. Giró hacia mi derecha y veo a mi mejor amigo en el asiento de adelante junto con Mike y mis mejores amigas desde sexto Samantha y Megan; las circunstancias en que las conocí no fueron las mejores puesto que estaba embarrada en lodo porque Evan tropezó "accidentalmente" conmigo y ellas fueran las únicas humanas con neuronas funcionando que me ayudaron a conseguir un nuevo atuendo y también con la excusa para que mi madre no sospeche.

-Eh guapa ¿no subes?- Me dice Mike sacando medio cuerpo por la ventana del copiloto, a él lo conoció Matt que ríe a carcajadas cuando un carro pasa a toda velocidad casi arrebatándole medio culo y todos reímos.

151 promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora