9. Deberías ser el futuro Obama, solo que usas cazadoras.

14 3 8
                                    

Una canción en español suena por todo el lugar cuando Evan empieza a pasar por la pista saludando a la mayoría de los presentes, yo solo aferro mis manos fuertemente al fierro de la parte trasera de la moto. Hay chicas que van mucho más descubiertas que yo y de solo verlas me dan arcadas al pensar en la cara de resfriado que tendría si estuviera vestida como ellas, de pronto me siento demasiado cubierta pero es mejor que pescar un resfriado y comer la asquerosa sopa de papá. Evan se detiene frente a otras motos y baja de un salto dejándome por un segundo frente a los controles, trago saliva de manera brusca y me bajo a como puedo tratando de que no se note más de lo debido.

-Te podía haber ayudado-Me dice poniéndome una mano en la cintura pero se la apartó de un manotazo.

-No te dije que te acompañaría, acepte venir por curiosidad-Miento.

Nada esto tiene que ver con la curiosidad, me grita mi subconsciente y le doy la razón. Pero la parte masoquista de mí tuvo que aceptar esperando que las cosa no se tornen mal como la anterior vez. Evan me sonríe coquetamente y yo lo miro con los ojos entrecerrados, me toma con ambas manos fuertemente por la cintura y me pega a él. No, no te vas a poner nerviosa ahora, cálmate malditasea.

-Si no creen que estás conmigo, se te tirará encima más de un tipo-Dice cerca de mi oído tensándose al mencionar lo último-Eso no es lo que queremos ¿no?

-¿Queremos?-Digo con mis uñas apretándose a sus brazos cuando él se separa y hace una mueca.

-Si. Ned me mataría si ve que te descuido por un momento, como él está embobado por Megan dudo que te vigile todo el rato.

-Me puedo cuidar sola.

-Se que te gustan mis hermosos músculos, chocolatito, pero no quiero que me los arranques-Quitó rápidamente mis manos de sus brazos e intentó separarme pero Evan pasa un brazo por mi cintura y caminamos.

-No necesito niñera, Evan. Soy mayor como para saber cuidarme y patearle las virtudes a un chico-Me cruzo de brazos tratando de no tropezar por las pequeñas piedras en las que se hunden los tacos de las botas.

-¿Alguna vez has estado en un sitio como este?

Su pregunta me deja helada por un momento y me empieza a faltar el aire, cuento hasta tres y suspiro mientras caminamos. Prácticamente le di a entender que tiene la razón y que una chica como yo jamás pisaría lugares como estos por ser demasiado peligrosos y por como se exhiben las chicas con sus cortos shorts caminando con demasiada experiencia en tacones. Lo único que se de tacos son los que la abuela le enseñó a preparar a mamá hace dos años en México. Mi familia es demasiado extraña, mi abuela de México y luego mamá de Colombia, papá y yo somos los únicos de Seattle. Cuando nos acercamos más hacia el grupo enorme de gente mi corazón se acelera más de lo normal que por un momento tengo miedo que le salgan piernas y hulla corriendo de mi pecho, a Evan se abre paso entre todos y los saluda como si se conocieran de años. Entonces veo a Ned con Matt y Mike viendo a Megan y Sam que están dando pequeños saltos emocionadas con otras personas por ver a dos chicos corriendo en sus motos como si la vida les fuera en ello.

-O'Donell, cuidado con esas manos-Le grita Ned con una cerveza en la mano.

No te alteres es solo una cerveza, ahí va otra vez mi voz interior gritándome que soy demasiado dramática y que me saldrán arrugas antes de los 40. Matt y Mike susurran algo entre ellos mirando a mis amigas o tal vez las carreras y luego asiente entre ellos tomando un trago de sus cervezas, basta Noa ya estás alucinando cosas. Voy a tomar una cerveza de la pequeña nevera que está en uno de los autos en los que están recostados Mike y Matt; pero una fuerza sobrenatural, o mejor dicho Evan, me jala hacia su cuerpo y toma dos cervezas de una pequeña hielera.

151 promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora