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La idea de hacer algo así no le remuerde demasiado, no después de los primeros tragos.

Sabe que hay algo de culpa que su cuerpo tiene guardada y trata de echarla fuera, no pensarlo demasiado, una tarea no muy difícil de cumplir porque su concentración está dirigida casi totalmente al chico semidesnudo que sigue besando.

Chris no está en sus 5 sentidos, ni siquiera pasa por su cabeza que Luca B puede bajar en cualquier momento a la sala de estar, que es donde están y verlos en pleno acto, en cambio su boca se centra en lo más importante ahora.

Avanzan a pasos descoordinados y ansiosos hacia el sofá, tiran las revistas que ahí están y se dejan caer uno sobre el otro, Chris en la parte de abajo.

No le molestan los resortes o las partes duras que se sienten bajo su espalda, tampoco le interesa la escasa iluminación o que siente un hoyo en el estómago, tiene manos por todo el cuerpo y eso se siente jodidamente genial ¿Por qué habría de importarle?
Su cabeza da vueltas y vueltas pero no sé había sentido así de bien en mucho, mucho tiempo.

Chris sabia que sólo había un tipo de desenlace para ese comienzo así que cuando llegan ahí su cabeza está mejor y más clara, se siente un poco sorprendido por lo que hizo.

No es el único.

Hay una combinación de muchas de estas cosas en la mirada que le da Luca B, de pie en las escaleras mientras los mira a ambos como si creyera que sus ojos lo traicionan y lo que está frente a él no es lo que parece.

Hay un silencio que no anuncia nada buenos mientras los tres se miran los unos a los otros.

El pelinegro es el primero que habla.

—¿Qué demonios?

Lo que resumiría la situación.

¿Está enojado? Suena como si lo estuviera, Chris piensa.

¿Y que le va a decir? Su lengua tropieza con  lo que quiere decir y llegan un montón de cosas al azar a su cabeza ¿Cómo va a excusarse? ¿Es eso lo que Luca quiere que haga, que ponga una excusa?

Y si las cosas están mal, Chris está a punto de hacer que se pongan peor.

—Wow, ustedes dos si que se parecen.
Salida rápida, tampoco está muy orgulloso de si mismo.

Y lo peor no es la mentira tan mal elaborada, si no el tono de sorpresa con el que la suelta, dando todo de si para que funcione.

El chico del cual no recuerda el nombre pero seguro está en los contactos de su celular para esa hora se mira ofendido, Luca B tan solo irritado e incrédulo.

Lo único en lo que podrían ser parecidos es en su color de cabello.

—Esta mierda esta jodida—comenta el chico, recogiendo su camisa del piso y dispuesto a salirse de allí, los problemas que tengan esos dos no tienen nada que ver con él.

Se aleja de ahí, no sin antes hacer una más de las suyas y se despide de Chris con un apretón en el trasero que Luca B no se pierde.

La puerta es cerrada y lo único más pesado que sus párpados cansados son las intensas miradas que está recibiendo.

—Puedo explicarlo—intenta Chris.

—¿Qué tan idiota crees que soy?

Y la distancia que los separa no es tan corta, pero Chris puede ver la manera en que los dientes de Luca B tiemblan con furia.

Se da la vuelta con la espalda tensa y sube el tramo que le falta de escaleras para llegar a la recamara principal.
Chris se siente increíblemente cansado, aún así sus piernas maquinan con el deber de moverse y darle alcance, no va a dejar las cosas así.

Luca B Donde viven las historias. Descúbrelo ahora