XIII

76 8 0
                                    

  Al otro día fui al instituto pensando que la broma de la harina de pescado había sido cosa del momento, pero me equivoqué...
  Apenas entré al recinto, y ya estaba escuchando nuevos apodos como «la chica pescado», «pescado negro», «el pescado del mar negro», y cosas así. Todo gracias a Scarlett.
  Pero nunca me bajaré a su nivel, si bien me sobraban las ganas que tenía de ponerla en su lugar, no podía ser como ella, ya no soy una niña.
  Pero los apodos no pasaban mucho tiempo en mi mente. Lo que me había dicho Ethan ayer me había dejado con muchas dudas que necesitaba aclarar, pero que al mismo tiempo no podía.
  Por un lado quería hablar con Ethan, y preguntarle muchas cosas, pero por otro no quería hacer nada.
  No sé cómo podré salir de esto... quiero que todos mis problemas acaben de una vez...
  Fui a mi taquilla a buscar mis cosas, y vi una pequeña nota encima de un cuaderno.
  Me corrí hacia un lado teniendo precaución de que no pasara lo mismo de la otra vez con la pintura roja, y estiré un brazo para sacar la nota.
  Al ver que no había peligro, me puse nuevamente en frente de la taquilla y leí la nota.

  «Ve al sótano. Te estoy esperando»

  Sentía que al ir al sótano algo pasaría, pero no sabía si sería bueno o malo, aunque de todas formas no quería ir, pero tampoco quería seguir escuchando los apodos que me gritaban, asi que decidí ir al sótano.
  Al abrir la puerta, vi a Ethan de espaldas caminando lentamente.

  —¿Qué quieres? —Pregunté antes de que Ethan se dara vuelta hacia mí al escucharme.
  —Zoe... necesito hablar contigo...
  —Que sea rápido porque me desagrada el estar aquí contigo.
  —No sé si me creas, pero de verdad que quiero disculparme... estoy demasiado arrepentido de todo lo que hice y... sé lo que ocurrió con Jessica... Andrew me contó...
  Sabía...
  —¿Así que son cómplices con Andrew? ¿Qué quieren hacerle a Jessica? ¿Ya tienen un plan? —Pregunté sin pensar en ninguna palabra.
  —No tuvimos ni tenemos un plan... Ya no somos amigos...
  No encontré palabras para ese momento. No sabía si lo que estaba diciendo era verdad o no, además de que con eso no podía comprobar nada, pero luego, como si hubiese leído mis pensamientos...
  —Pero algo en lo que definitivamente tienes razón es que... no siento nada... desde el punto de vista de que no tengo sentimientos... Al aceptar la propuesta de Andrew no me importó lo que podía pasar... lo siento si... algún día sentiste algo por mí creyendo que de verdad me gustabas... en serio, lo siento mucho... Y en este punto, repasando todo lo que te he hecho, ya no me importa si me disculpas o no... me merezco lo peor...
  Luego de decir eso, Ethan se dirigió a la puerta para salir, pero no podía dejar esa conversación ahí, así que lo llamé, pero ni siquiera se detuvo, por lo que empecé a seguirlo.
  Lo seguí cuidando que no me viera, y vi que se dirigía hacia la azotea.
  Al recordar lo que dijo, que se merecía lo peor, se me heló la sangre al pensar las posibles cosas que podría hacer.
  Continué siguiendolo, y se fue a la azotea, y vi que se acercaba al agujero de las rejas puestas en el borde del techo.

  —¡Ethan! ¿Qué estas haciendo? —Grité.
  —¿Qué haces tú aquí? ¡Vete! No te recomendaría ver esto...
  —¿Pero qué vas a hacer?
  —Lo que debí haber hecho hace tiempo...—dijo mirando hacia abajo por el agujero de las rejas.
  —... ¿En qué estás pensando?...
  —No te hagas la que no sabe... Como ya te dije, me merezco lo peor, y ahora llevaré a cabo lo que he estado pensando en hacer hace mucho...
  —Q-Quieres... ¿suicidarte?...
  —Claro que sí. Quiero dejar de vivir... ya no puedo continuar con esto...
  —¿A qué te refieres? ¿Qué te ocurre? Puedes confiar en mí... yo... yo te perdono...
  —Lo estás diciendo por pena...
  —¡Claro que no! Yo... no sé si por completo, pero te entiendo un poco... Estás pasando por problemas que quieres que terminen de una vez, pero... a diferencia de mí, debe haber personas que te quieren... ¿Qué hay de tus padres?
  —¡No tengo madre! ¡Ella murió cuando nací! ¡Y mi padre trabaja todo el día, todos los días, y sin vacaciones! ¡Apenas puedo verlo los Domingos! ¡Nunca estoy con nadie que me quiera de verdad! ¡Todas las chicas de este estúpido instituto me quieren por mi físico, ninguna me conoce ni un poco! ¡Con suerte conocen mi nombre!
  —Oh... esto... yo... lo siento...
  —¿Me entiendes mejor ahora? Nadie me quiere de verdad, y la única persona que me quiere no está nunca conmigo! ¡Merezco la muerte!
  —¡Tú no la mereces! ¡Yo no te conozco lo suficiente, pero te ves como alguien bueno ahora! ¡Podríamos conocernos un poco más! ¡Podríamos hasta ser amigos! ¿Qué dices?
  —¡Lo dices para que no me suicide! ¡En realidad me odias! ¡Ya deja de mentir!
  —¡Lo mismo decía yo cuando te disculpaste conmigo! ¡Dije que sólo podías mentir, y era todo lo contrario! ¡Lo mismo pasa ahora! ¡Yo digo que te perdono, y tú dices que es mentira, cuando es la más pura verdad! ¡Por favor, no te quites la vida!
  A medida que hablaba, me iba acercando lentamente a Ethan para evitar cualquier cosa, pero en vez de tener que evitar algo, me sorprendí al ver que Ethan corría hacia mí para abrazarme, con lágrimas en los ojos.
  —Lo siento...—dijo con la voz temblando.
  —No tienes por qué disculparte... tranquilo...
  —... ¿En verdad me perdonas?...
  —Claro que sí... Todos pueden tener su segunda oportunidad...
  —Gracias...—dijo con cierto alivio y abrazándome aún más fuerte.
  Estuvimos unos dos minutos hablando, y por poco tiempo que haya sido, conocí mucho mejor a Ethan, y realmente es una persona agradable.
  Al sonar la campana fuimos a clases, y quise sentarme a su lado, pero me dijo que era mejor mantener los puestos de siempre porque no quería que me miraran mal.
  Los últimos días han sido muy movidos... casi todo lo que ha pasado son cosas malas, pero esta es una buena... Conocí al verdadero Ethan, el cual probablemente sea mi amigo dentro de poco, lo que me alegra mucho.

<><><><><><><><><><><><><><>

Cárcel Sin RejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora