XXI

50 5 0
                                    

  Al día siguiente, no me desperté porque sí, me desperté porque un sonido en mi teléfono me llamó la atención, así que lo tomé, y vi que había una notificación de WhatsApp en él, por lo que abrí la aplicación.
  Había un sólo chat con mensajes sin ver, y era un número desconocido.
  Abrí ese chat y empecé a leer.

  Hola
  Podrá sonar raro, pero soy Matthew
  Todavía no creo que haya conseguido tu número tan rápido, pero lo hice.
  Ahora te hablaré de lo que tenía que decirte hace mucho tiempo.
  Un día, uno de los primeros en donde estábamos en el hospital, vino Jessica a visitarme luego de que te visitó a ti, y ese fue el día después de que me hayas contado lo de tu padre.
  Le dije que al otro día comprara una grabadora pequeña, y que la pusiera en tu habitación, en un lugar donde no serías capaz de verla, y que al otro día cuando ella te fuera a visitar, sacara esa grabadora y me la diera.
  El día siguiente a ese, vino Jessica con la grabadora, y esperé a que se fuera para escucharla.
  Me preguntó varias veces que por qué quería esa grabadora, y que por qué era tan importante, pero no sabía si se lo habías dicho así que no dije nada.
  A ti sí te puedo decir la razón por la que usé esa grabadora, y es porque esa es la prueba para decir lo que te hace tu padre.
  No se lo diré a cualquier persona, si no que a la policía, y aunque puedas encontrar esto como una forma de demostrarte que estoy enojado, es todo lo contrario, con esto quiero demostrarte que de verdad te quiero, y que quiero ayudarte.

  Ahí terminó el chat, y Matthew no estaba en línea, aunque no era muy relevante, porque lo único que se me ocurría por hacer era ir corriendo a mi casa para ver si todo andaba bien.

  —¿Zoe?...—Fue la última cosa que le escuché decir a Jessica antes de salir rápidamente de su casa.
  Fui lo más rápido que pude a la mía, y demoré unos cuatro minutos en llegar y ver dos autos policiales al frente de ésta.
  Mi madre estaba en la entrada, con expresión preocupada, mientras veía a mi padre siendo arrestado.
  Fui corriendo hacia ella.

  —¿Mamá? —Pregunté.
  —¡Hija! —Dijo al verme y antes de abrazarme.
  —¡Ustedes no saben lo que les espera! —Dijo mi padre resistiéndose al policía que estaba metiéndolo al auto—¡Cuando me liberen no tendrán tiempo de respirar ni una sola vez! —Dijo antes de que le cerraran la puerta de la patrulla en la cara para luego irse.
  Con mi madre nos miramos, asustadas.
  —... ¿Estás bien? —Me preguntó.
  —S-Sí... ¿Y tú?
  —También...
  Hubo unos segundos de silencio antes de que mi madre volviera a hablar.
  —Zoe...
  —¿Sí?
  —Entra... Llegó el momento de contarte algo que debiste saber hace mucho tiempo...
  Entramos a la casa y nos sentamos en el sofá del living.
  —¿Qué me quieres contar? —Pregunté.
  —Mira...—dijo con un suspiro—hace unos años, estaba completamente enamorada de alguien... y él también de mí, pero mis padres odiaban a ese chico, no querían que me juntara con él, ni nada, pero aún así, yo me escapaba de mi casa por las noches, más o menos como a las cuatro de la mañana, para estar segura de que mis padres no se darían cuenta, e iba a la casa de ese chico.
  »Un día, mis padres me presentaron a otro chico... era tu... padre... y dijeron que querían que me casara con él... yo obviamente no quería, pero me obligaron.
  »El día de la boda fue uno de los peores de mi vida, pero no pude hacer nada...
  »Más o menos dos semanas después de la boda, me empecé a sentir algo rara... en la mañana estaba muy mareada, me dolía la cabeza, y de pronto, me dieron ganas de vomitar... Después de un rato, fui al doctor, y supe que estaba embarazada... pero... lo malo fue que... no había ni una probabilidad de que el bebé fuera de tu... padre...
  —¿Q-Qué? ¿D-De qué hablas? N-No entiendo...
  —Yo... un día antes de la boda me había juntado con ese chico del que te hablé antes, y... bueno... esa noche fue la razón por la que quedé embarazada...
  —¿Q-Qué? ¿Y mi padre sabía eso?
  —Estuvo años sin saberlo... Él pensó que yo estaba embarazada de él, así que no sospechaba nada, estaba demasiado feliz como para pensar en otra cosa... pero cuando empezaste a crecer, se dió cuenta de que no tenías nada parecido a él, y un día me preguntó sobre eso... pero como no supe qué decir... se dió cuenta de la verdad...
  —O sea que... ¿él no es mi verdadero padre?...
  —No...
  —P-Pero entonces... ¿quién es?
  —Se llama... Adam... Adam Jones...
  —¿Q-Qué? Mi padre es... ¿el padre de Ethan?
  —Sí...—Dijo con voz temblorosa.
  —Entonces... ¿soy la hermanastra de Ehan?...
  —Hermanastra no... hermana... melliza, en realidad...
  —¿C-Cómo?... P-Pero... Ethan vive con su padre...
  —Oh, eso... Bueno, un día, cuando mi embarazo estaba más avanzado, fui a ver el sexo del bebé a un hospital, a escondidas, con la excusa de que iba al centro comercial, pero no fui con cualquier doctor... el padre de Ehan era doctor, y pedí una hora con él.
  »Cuando supe que eran mellizos, empezamos a hablar de qué era lo que íbamos a hacer, porque cada uno se podía quedar con un bebé, pero no sabíamos cómo podríamos hacer eso, y después de unos minutos hablando, supimos lo que haríamos.
  »Primero, cuando tu padre me preguntó el sexo del bebé, le dije que quería que fuera una sorpresa, y el día del parto, el padre de Ethan me atendió, y le dijo a tu padre que debía esperar en la sala de espera.
  »Después de que tú y Ethan nacieron, le dije a tu verdadero padre que podía elegir si se quedaba con Ethan o contigo, y eligió a Ethan, porque dijo que yo te cuidaría mejor a ti.
  —Pero... Ethan me dijo que su madre había muerto cuando él había nacido...
  —Eso fue lo que le dijo tu padre biológico.
  —Entonces... ¿mi padre te golpeaba porque pensaba que lo habías engañado, y me golpeaba a mí porque no era su hija?
  —Sí... lo siento mucho... tuviste que sufrir gracias a mí...
  —... No importa...
  —... ¿Qué?
  —Tú no querías que él se enterara de nada, en realidad fue todo mi culpa, porque no me parecía a él...
  —¡No es tu culpa! ¡Yo fui la que no insistió más en no casarme con tu padre! ¡Todo es mi culpa! ¡Tú no sabías nada!
  —¡Pero mi padre nos empezó a golpear porque se enteró de lo que había pasado, y se enteró de eso porque yo no me parecía a él!
  —¡Pero no es tu culpa ser así!... ¡En realidad no es culpa de nadie!
  —¡Sí es la culpa de alguien! ¡Es mi culpa!
  —¡Claro que no!
  —¡Claro que sí! ¡Si yo me hubiese parecido un poco a él quizás nada de esto hubiese pasado!
  —¡Pero tú no elegiste ser así!
  No supe qué decir.
  —¡Deja de echarte la culpa! —Dijo.
  Demoré unos segundos en pensar un poco, y darme cuenta de algo.
  —... De acuerdo... tienes razón... creo que quiero tener la culpa...—dije.
  —Es lo normal... intentamos buscarle una explicación a todo...
  —Supongo... pero... ¿qué pasará ahora? Me imagino que Ethan no sabe nada de esto...
  —Cierto... Debo hablar con su padre...
  —Nuestro padre...
  —... ¿Lo aceptas?
  —No me cuidó cuando era pequeña, pero... de seguro es mejor padre que ese monstruo...
  Me sonrió.
  —¿Y si vamos ahora a su casa para hablar de esto?
  —... De acuerdo... es lo mejor...
  Luego de eso salimos de la casa para ir a la de Ethan.
  Mi madre me dijo que me quedara afuera de la casa hasta que ella me dijera.
  Acepté quedarme afuera porque me dijo que luego hablaríamos todos juntos, además, necesitaba estar un rato a solas.
  Cuando mi madre entró a la casa yo me senté al lado de la puerta, en el pasto, y me apoyé en la pared que tenía atrás.

Cárcel Sin RejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora