9. - CRAZY

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❝ Necesito saber si esto es una locura por que no estoy siendo yo misma,
últimamente algo esta pasando.
No, chico incluso ni he dormido
he estado despierta toda la noche
en mi cabeza, tratando de averiguar lo que quiero;
lo que quiero hacer y lo que no.
¿Es una locura que todas las respuestas sean tú? ❞

Una semana.

Dos semanas.

Quizá había pasado más tiempo que eso desde que Leo lo había visto mezclarse con las personas que él tanto evitaba dentro de ese bar. Era confuso sentirse así por que era la primera vez que en verdad deseaba volver a encontrarse con alguien que no fuese el único amigo que tenía ahí dentro.

Como todas las noches, Zico estaba tras la barra del lugar preparando algunas bebidas que se le habían acumulado por estar enseñando a preparar cada cóctel al nuevo trabajador que lo supliría cuando el rapero estuviera indispuesto o hubiese salido de viaje con Yura y los niños. Hacía un poco de más dos semanas que estaba hasta el copete* de hablar sobre música de estudio y de danza, ahora no sabía qué era exactamente lo que más le molestaba cuando al pianista le daba por hablar, que no parara el pico sobre medicina y sus descubrimientos o ahora que re descubría su pasión por la música. De todo, lo peor era escuchar sobre la trayectoria del nuevo chico a quien había conocido por un simple error de coincidencias, su nombre, Cha HakYeon; conocido dentro de Corea como N y en Rusia como Ádrik Sénikov.

El músico arribó al lugar demasiado temprano para la hora en que acostumbraba llegar regularmente y para esos días ya no resultaba extraño al mixologo, pues religiosamente Leo pisaba el bar a las diez de la noche con la mirada atenta a la gente que bebía y sobre todo a la que se entretenía bailando con el ambiente del DJ, a veces saludaba, otras tantas sólo se sentaba en uno de los bancos a observar y otras que cada vez eran más frecuentes, solía preguntarle " ¿Lo has visto? ¿No hay nada para mi?". Esa noche no hubo excepción.

— Si vas a preguntarme por "N", te aseguro que la respuesta de hoy no será diferente a la de los otros días.

El pianista apenas había abierto la boca para formular la pregunta cuando ya lo callaban. No le quedó otra que reírse mientras apoyaba uno de los codos a la barra, dejando el cuerpo de costado a la misma y así poder tener una buena vista en caso que el chico llegara.

— No es normal ¿Cierto?

—¿Mmm? ¿De qué hablas, pinche loco? —Zico, distraído de sus labores se quedó mirando al pianista y con un golpe ligero en el brazo dejaba a cargo de la barra al nuevo— Si hablamos de ti, pues... No, nunca lo has sido. Fenómeno.

— No —aún existía una sonrisa en los labios del pelinegro, pero no hacía que la mirada lo fulminara menos —. Hablo de que yo espere a alguien.

—Ah, eso... —un tanto desinteresado levantó los hombros y los dejo caer un segundo después— No esperas ni a tu vieja y me dices eso. Claro que es raro, idiota ¿Apoco te estás volviendo del otro lado?

TeakWoon lo conocía desde hace tanto tiempo, que estaba acostumbrado al humor de Zico, sobre todo cuando le picaba las costillas codeandolo como en ese instante; la sonrisa era probablemente lo más molesto de todo. Mejor dicho, lo que esa sonrisa insinuaba con descaro.

— No la menciones, dijo que vendría hoy si tenía tiempo después del trabajo.

— ¿Y no quieres que se cruce en caso de que aparezca tu morenaso? Igual no me respondiste lo otro y el que calla otorga, mi buen...

— No seas idiota, me agrada y ya. Sobre Kyungree, sabes que no me gusta que venga al trabajo y esté entre todos estos ebrios, eso es todo, no tiene nada que ver con él — respondió desviando la mirada a las botellas que adornaban el fondo— ¿Y Yura?

La destrucción es una forma de creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora