Capítulo 6

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Habiendo transcurrido horas no he podido concentrarme en ninguna lectura, solo revivo una y otra vez el momento tan excitante entre Emma y yo en la cocina. Como es posible que ella logre despertar todas estás emociones con solo mirarme, tocarme y besarme.

Esto está mal, y después no digas que no te lo dije. Comenta mi razón.
Solo por primera vez, sigue lo que deseas. Contraataca la voz de mi cuerpo.

—Sin preguntarte, se en lo que estás pensando. –Oigo a Emma decir.

Sacándome de mis pensamientos.

—¿Ahora lees la mente? –Pregunto en tono burlón.
—No, solo que te conozco muy bien y  se cuándo te pierdes en tus pensamientos –cierra el libro que estaba leyendo, mirándome con brillo en los ojos–. Y ya puedo imaginarme en lo que estabas pensando. –Asegura.

Me ruborizo al oírla decir eso.

—Y según tú, ¿en que estaba pensando? –Le pregunto.
—En lo que no pudimos terminar en la cocina. –Responde al rozar mi pierna, con su pie sano.

Solo sentir su piel rozando la mía, me excita.

—Emma. –Digo en tono de advertencia.
—Solo quiero sentir tu piel. –Se explica.
—Emma si supieras el efecto que tu piel hace en mí, me entenderías. –Confieso al alejar mi pierna.
—Te entiendo perfectamente, porque es el mismo efecto que tu piel hace en mi –Emma se inclina un poco hacia adelante, en el mueble donde nos encontramos–. Desde que te conocí. –Dice.

La miro sorprendida.
Sé que antes no podía preguntarle, pero tal vez ahora si me dé respuestas.

—Emma ¿Por qué nunca me lo dijiste? –Pido que me explique.

Ella se sorprende apartando la mirada nuevamente a su libro.

—Porque sabía que al decírtelo te perdería... –se calla por un momento, al mirarme–. Decidí mejor desearte en silencio, que perderte. –Me confiesa.
—¿Entonces por qué dejaste de hablarme por dos semanas, cuando éramos adolecentes? –Pregunto.
—Porque cuando te hiciste novia de Saymon Sanders, pensé que lo podía soporta... –se detiene por un momento y continúa–. Pero al verlo besarte y tocarte... Me destrozaba por dentro, al no ser yo quien hiciera eso. Entonces fue cuando tome la decisión de alejarme de ti, aun sabiendo que eso me destruiría. –cuenta con cierto dolor en la voz–. Luego me sorprendió verte en mi casa pidiendo que te explicara, ¿por qué me había alejado? Y no podía, pero no dejabas de insistir mientras que con tú cercanía me anublaba la razón, que no pude más y fue cuando te bese –ahora sonríe al recordarlo–. Sentir tus labios en los míos fue la mejor sensación que jamás había sentido, y al acercar tu cuerpo y sentirlo junto al mío, solo por un segundo me sentí en el cielo. Pero después entre en razón bruscamente, al no pensar en ti, en lo que debiste estar sintiendo y lo comprobé al verte salir de mi habitación corriendo, para más nunca volver. –Finaliza.
Sonrío al recordarlo.

—Ese beso en tu habitación Emma me sorprendió muchísimo, pero... –ahora soy yo quien aparta la mirada hacia mi libro–. No voy a negar que me hizo sentir, lo que siempre esperaba sentir cuando alguien me besara. –Confieso mirándola.

Sus ojos se agrandan con sorpresa al escucharme.

—¿Entonces por qué te fuiste? –Pregunta.
—No lo sé, tal vez el miedo al descubrir que fuiste tú quien me hizo sentir todo eso, con ese beso. –Respondo.

De repente se hace un incómodo silencio entre las dos, pero necesito saber ¿Por qué no vino tras de mí?

—¿Y por qué no me buscaste? –Ahora le pregunto, rompiendo este incomodo silencio.

¿Por Qué Tú? Destino & AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora