Capítulo 14

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Al llegar a Georgia veo que no nos dirigimos a la casa de mis padres.

—¿Emma adónde vamos? –pregunto.
—Me gustaría que me acompañaras a visitar la tumba de mis padres. –Pide con un poco de nostalgia.

Sé que esto es duro para ella, y su hermana.

—Claro, Emma. –Le digo.

No pasa mucho, cuando noto que hemos llegado.

Nos bajos y vemos a Vanessa con un ramo de rosas, esperándonos.

—Sin preguntarles, sé que pasaron una noche increíble. –Asegura con diversión.

Me ruborizo, al pensar que Vanessa pueda saber todo lo que Emma y yo, hicimos anoche.

Eso es imposible. Comenta mi razón.

—¿Estás lista? –Le pregunta Emma, evadiendo su comentario.
—Si, ¿y tú? –Le pregunta su hermana.

Emma enlaza nuestras manos, y mira a su hermana.

—Más que lista. –Responde con seguridad.

Vanessa asiente, y nos comenzamos a dirigir a la tuba de sus padres...

Al llegar nos detenemos en unas tumbas un poco deterioradas, con flores ya manchitas, y con sus respectivos nombres plasmados. Me quedo aun lado soltando la mano de Emma, mientras ella y su hermana se acercan a las tumbas de sus padres.

—Aquí estamos papá y mamá. –Dice Vanessa, con voz forzada.
—Sentimos no haber tenido el valor de venir antes... -Emma se detiene por un momento limpiando una lagrima de su mejilla, y continúa–. Pero a partir de ahora ya no será así. –Asegura Emma
—Así es mami y papi. –La sigue su hermana.

Emma me mira y me extiende su mano.
La tomo y me acerco a la tumba de sus padres.

—Mama y papa, se acuerda de Emily Ross –les dice Emma a la tumba de sus padres–. Tenías razón padre, lo que es tuyo por derecho siempre vuelve a ti. –Recuerda Emma, mirándome con amor.

Las tres sonreímos, dejando que el silencio y la tranquilidad nos envuelvan...

Después de horas, llegamos  a la casa de mis padres cayendo el inicio de la noche. Es una casa no tan grande, cocina al entrar, una pequeña sala con todo sus accesorios, dos habitación en la parte de arriba con baño, aunque no es elegante, si es hogareña y calidad.. Entramos y no ha llegado aún nadie.

<< Que extraños >>

—Cariño. –Oímos a mi madre.

Me acerco a abrazarla.

—Me alegra verte, madre. –Le digo con emoción.
—Y igual a mi hija. –Dice también.

Me suelto de ella.

—Veo que aún no ha llegado nadie. –Comento.
—Eso es porque aquí no será la fiesta. –Me comunica.
—¿Y en dónde será? –Le pregunto confundida.
—En la pastelería. –Responde emocionada.
—Madre no tenías...
—Shhh –me acalla colocando un dedo en mis labios–. Deja que lo veas y me dirás que tal. –Pide mi madre.

Solo asiento aun sabiendo, que me gustara.

—Señora Ross –La saluda Emma.
—Emma West, ya eres toda una mujer. –se da cuenta mi madre, sorprendida–. Y tú hermana igual. –Dice al abrazar a las dos.
—Nos encanta verla nuevamente. –Les hacen ver Emma y Vanessa, al unánime.

Mi madre las suelta, mirándolas con alegría.

—Siempre supe, que las dos volvería a la vida de mi hija. Tarde o temprano. –Nos confiesa mi madre.

La miramos feliz.

—Ahora vayan a cambiarse, que vamos un poco tarde. –Nos comunica mi madre.

Todas nos dirigimos a cambiarnos...

Habiendo paso un rato, me encuentro en la habitación de mi madre, mirándome en el hermoso vestido que Emma me regalo, ya que Emma y Vanessa se arreglan en mi habitación.

Guao, me queda hermoso.

Es un vestido color crema aperlado, por arriba de mis rodillas, con un pequeño pronunciado escote en mi espalda, zapatos rojos, accesorios del mismo color que los zapatos y me recogeré el cabello en una coleta alta. Estando lista.

Sé que a Emma le encantara. Comenta mi razón.
Eso, espero.

Al bajar ya mi madre, Vanessa y Emma, están listas.
Me detengo en seco al ver a Emma

Esta hermosa con ese vestido, negro ajustado a su cuerpo, más arriba de las rodillas, con un pronunciado escote V en sus pechos, accesorio bellísimos, zapatos plateados y su cabello rubio suelto. Ya me imagino arrancándole ese vestido.

Emma se acerca y toma mi mano, para ayudarme a terminar de bajar las escaleras.

—Estás hermosa Emily. –Me alaga con brillo en la mirada.
—Tú igual Emma. –Le devuelvo el halago.

Y solo sentir su mano tocando la mía, me enciende de inmediato. Nos miramos solo dejando hablar a nuestras miradas.

—Chicas es hora. –Oímos decir a Vanessa, trayéndonos a la realidad.

Es cierto, aun mi madre no sabe nada.

—Madre te vez hermosa –la halago al girarme hacia ella–. Igual tu Vanessa. –Le digo.

Mi madre me mira extraña por un momento, pero lo deja pasar.

—Gracias Emily.
—Gracias hija, tu también te ves hermosa.
—Bueno hora de irse. –Dice Emma.

Vanessa y mi madre empiezan a salir, y las comienzo a seguir, cuando siento la mano de Emma rozar mi espalda descubierta.

—Ya no veo la hora de arrancarte este vestido, y perderme en ti. –Anticipa Emma con voz ronca.
—Y yo impaciente de que llegue ese momento, de perderme en ti. –Concuerdo con ella.

Saliendo en dirección a mi fiesta de cumpleaños, deseando que ya todo termine...

¿Por Qué Tú? Destino & AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora