¿Por Qué Tú? Destino & Amor

Capítulo 3

Tiene contusiones en las mejillas, en la frente una pequeña abertura que le sigue sangrando, y su pierna rasgada con sangre. La ropa sucia, rasgada y con sangre.

—Emma...

Pero no me deja terminar al abrazarme, envolviéndome en sus brazos

—Eres tú, es real. –Dice.

Se que debería alejarla, pero no puedo la extrañe demasiado. Pero también debo centrarme y no dejarme envolver.

—Si Emma, soy real –la separo de mi–. Necesitas atención médica. –Le informó.
—Emily no quiero…
—Iremos a un hospital y no se hable más. –Sentenció al sacarla de la habitación.

Deseando que todo esto termine, y pueda continuar mi vida lejos de ella…

Habiendo transcurrido horas, nos encontramos en la sala de espera, esperando noticias de Emma. Se la llevaron hacer unos exámenes rutinarios, y siento que ha pasado un siglo desde entonces.

—Familiares de Emma West. –Oímos a una enfermera decir.
—Nosotras. –Decimos al unánime Vanessa y yo, levantándonos.
—Síganme, ya pueden ver a la paciente. –Nos informa la enfermera.

La seguimos y no tardamos mucho en llegar a la habitación de Emma.

—Emma, ¿cómo te sientes? –Le pregunta Vanessa al entrar, y correr a abrazar a su hermana.

Entro, pero me quedo en una esquina cerca de la puerta, solo quiero saber cómo esta para así poder irme.
Veo que le curaron las heridas de su frente, brazo y pierna. Emma abraza a su hermana.

—Estoy bien Vanessa –Emma se separa y toma el rostro de su hermana en sus manos–. Siento mucho todo esto. –Se disculpa Emma
—Está bien, solo no lo vuelvas hacer. –Le pide su hermana.

De repente nuestras miradas se encuentran, y al instante mi mundo deja de girar. Aparto la mirada.

—Enfermera acompáñeme, necesito que me explique todo al respeto de Emma –Dice Vanessa sacando a la enfermera.

Haciendo que Emma y yo, nos quedemos a solas.

Bueno Emily ya sabes que está bien, ahora despídete. Comenta mi razón.
Ignoro ese comentario.

—Emily mírame –lo hago, y fue el peor error que cometí, porque no sé cómo sus ojos tiene el poder de hacerme perder en ellos–. Acércate. –Me pide.
—No es una buena idea Emma, creo que me quedare aquí. –Le hago saber.
—Bueno entonces iré yo hasta allá. –Asegura al comenzar a levantarse.
—¿Emma que estás haciendo? –Le pregunto.
—Ya que tú no quieres acercarte, iré yo hasta allá. –Responde.

Me acerco rápido para detenerla, tomándola por sus hombros y hacerla regresar a la cama.

—Estás herida, deja de hacer tonterías. –Le digo haciéndola recostar nuevamente.
—Entonces acércate. –Vuelve a pedir.

Sé que debería decirle que no, pero quiero escuchar lo que me dirá.

—Está bien –tomo asiento, dejando un espacio entre las dos–. ¿Contenta? –Le pregunto.

Emma sonríe y mi mundo se ilumina al verla sonreír, pero me sorprende al levantarse cerrando toda la distancian entre las dos.

—Así está mucho mejor. –Me hace ver al colocar su frente en la mía.
—Emma… –me detengo, no puedo dejarme envolver–. No estoy aquí por esto Emma yo solo…
—Perdóname Emily. –me pide separando un poco nuestros rostros, mirándome con miedo y arrepentimiento–. No debí desconfiar de ti, es que los celos pudieron más y sé que te lastime. –Se explica.

Entonces eso quiere decir que me cree, pero ya es tarde ella tuvo algo con Rachel y no creo que pueda perdonarle eso.

—Emma yo jamás te traicione.
—Lo sé –roza mi mejilla y se siente tan bien–. Me di cuenta cuando me dijiste todas esas cosas, y más al no terminar de decir; que me había escogido a mí. –Me recuerda.

Aparto la mirada.

—Emma…
—¿Esa elección sigue ahí? –Pregunta al hacerme verla nuevamente.

No puedo darle esa respuesta, si ella tuvo algo con Rachel, como me dijo.

—Emma yo no vine para…
—No tuve nada con Rachel. –la miro sorprendida y muy aliviada, al saber que no tuvo nada con ella–. Porque no quiero besar, ni tocar otro cuerpo que no sea el tuyo Emily. –Me confiesa, mirándome con absoluta sinceridad.

Mis ojos se llenan de lágrimas al escucharla decir eso.
Emma toma mi rostro con sus manos, mirándome en la espera de esa respuesta.

—Sigue ahí Emma –cierro los ojos al colocar mi frente en la de ella, soltando todo el aire que había retenido–. Y no importa lo que haga, esto que siento por ti crece todavía más. –Le confieso.

Emma separa su frente un poco de la mía, mirándome con total felicidad al escuchar lo que le acabo de decir, acercando sus labios a los míos.

Sentir sus labios nuevamente, hacen a mi cuerpo estallar con fuegos artificiales, como en un cuatro de julio. Me dejo llevar por su beso colocando mis manos encima de la de ella, demostrándonos cuanto nos habíamos extrañado. De repente escuchamos la puerta de la habitación abrirse.

—Bebé me enteré de tú accidente ¿estás bien? –Oímos a Rachel preguntarle a Emma.

Siento como Emma se tensa de enojo al escucharla, deteniendo el beso, pero sin dejarme alejar.

—¿Qué hace esta mugrienta aquí? –Pregunta Rachel con desprecio en su voz.

Y de inmediato comienzo a enojarme.

—Solo te lo voy a repetir una última vez –Emma no la mira a ella, solo a mí–. Lo nuestro fue un error de una noche y eso no cambiara. Porque te presento a Emily Ross, la única mujer que he amado toda mi vida,  y a la que amaré por siempre. –Le hace ver Emma con determinación.

Sorprendiéndome  y haciendo enamorarme por completo de ella.

Sonrío mirándola con total alegría, viendo en su mirada felicidad y un poco de miedo, por como lo voy a tomar.

—Eso no es cierto Bebé, tú me amas a mí. –Le asegura Rachel.

Lo que dice Rachel, me hace volver a la realidad.

—Rachel creo que es mejor…
—¡Tú no intervengas mugrienta! –me interrumpe acercándose a mí–. Si piensas que te dejare quitarme a Emma…

La puerta de la habitación se abre y Vanessa entra, y al ver a Rachel su rostro cambia al ínstante, tornándose con enojo.

—¿Qué demonios haces aquí? –Vanessa comienza acercarse y detenerse a pocos pasos de Rachel–. Si no te alejas de mi hermana y de su novia, seré yo quien te denuncie con la policía, porque no soy  Emma –Le advierte Vanessa.

La miro sorprendida, Vanessa sabe lo de Emma y yo.
—Su novia soy yo…

—Sabes que no quiero escucharte, vete de aquí –Vanessa se acerca a la puerta y le indica a Rachel la salida–. Y espero no vuelva a verte nunca más. –Le pide Vanessa.
Rachel mira a Emma con suplica,  pero ella la mira con odio y desprecio. Rachel sale de la habitación, resignada a entender que Emma no quiere nada con ella.
—Al fin. –Dice Vanessa al cerrar la puerta.

Comienzo a sentirme nerviosa, al tener que explicarle a Vanessa.

—Vanessa… Emma y yo…
—Ya lo sabía –me interrumpe al acercarse–. Y me alegra mucho que seas tú, quien conquisto el corazón de mi hermana. –Me confiesa.

Sonrío y ella lo hace también.

Miro a Emma y me sigue mirando con felicidad y con un poco de miedo.

—¿Cómo te sientes? –Le pregunta su hermana.
—Mucho mejor. –Le responde Emma tomando mis manos.
—Bueno en unas horas podrán darte el alta, para llevarte a tu apartamento. –Le informa Vanessa.

Y saber eso me recuerda que debo llamar a mis padres, y hablar con Emma para informarle que debo regresar, aun sabiendo que eso no le gustara…