Dicen que hay que esperar lo mejor de la vida.
Dicen que mientras más esperas, mayor es la recompensa.
Pueden decir lo que quieran, no van a convomerme. Mi espera ya se ha vuelto rutinaria para mí, algo completamente normal, de todos los días.
Espero callado, pero al acecho, no estoy parado sin hacer nada.
¿Las razones?
Theodosia. Una mujer de otra institución. Tiene novio, y voy a verla siempre que él la deja sola.Sé muy bien que está en una relación destructiva, y no puede hacer nada para salir de ésta por el momento, por eso trato de ayudarla brindándole apoyo moral, todos los días en mi tiempo libre hablo con ella. Me da miedo dejarla sola...
...Aunque, no sólo por esa razón, quiero llegar al poder, distinguirme de cualquier otra persona por mis habilidades intelectuales.
Y no pienso parar hasta conseguirlo, pero claro, en silencio.
Soy lo único que puedo controlar en esta vida. Nadie más necesita saber acerca de mis planes, proyectos e ideales, exceptuando a Theo. Es la única persona en la cual confío tanto como para hablar con ella de esto.Mi abuelo era un predicador de la religión católica, pero hay cosas que las homilías y profecías no te enseñan.
Mi madre era una genio, mi padre demandaba respeto, cuando ellos murieron no me dejaron ningún tipo de instrucción, sólo un legado que proteger.
Pero, como no todo es color de rosa, se me presentarán obstáculos, y uno potencial, llamado Alexander Hamilton, el cual si bien no es nada aún, tiene nada que perder, a pesar de lo que tuvo que soportar durante su infancia en el Caribe.
Tiene un gran futuro por delante.Va a ser un gran rival para mí en el futuro.
Pensé, mientras estaba estudiando para mi posgrado. Algo me dice que debería tomarme un descanso, esto me está taladrando la cabeza.
Dicho esto, me levanté de la silla en la que estaba sentado, y justo cuando estaba a punto de girar la perilla para abrir la puerta; se me ocurrió invitar a Theodosia a salir, ya estaba por verse el hermoso atardecer que hay en Nueva York, y quería que ella lo viera...
...Conmigo.
Así que sin vacilar, saqué mi celular de mi bolsillo, y la llamé.
-¿Hola? Dijo con su notable acento británico.
-Sí, Theo? Soy Aaron.
-Ahh, hola! ¿Qué pasa?
-Me preguntaba si querías salir a caminar dentro de una hora.
-Hm... Suena bien, ¡Supongo que sí!
-Entonces, te espero en la heladería.
-Ehh, está bien, buenas tardes Aaron... Dijo para luego colgar sin dejarme ni siquiera contestar.
"No sé como hace esta chica para tenerme así de intrigado, es la primera vez en mucho tiempo que me siento así."
Pensé mientras suspiraba, aliviado.Aproveché la hora que me quedaba para arreglarme un poco y terminar de estudiar para biología.
De pronto, se hizo la hora, y salí tan rápido que llegué antes que ella.
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¿Es normal? [Lams Modern AU]
FanfictionJohn Laurens, un joven de secundaria algo problemático y despreocupado, y Alexander Hamilton, aquel "Niño Prodigio", comenzaron a mirarse más constantemente desde su desagradable e incómodo encuentro. Tanto, Al punto al que comenzaron a preguntarse...