ramé

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Ramé. Una palabra de origen desconocido para mí. Significa "Algo desastroso; pero bello." , y no tiene traducción a ningún otro idioma.
Es una palabra tan especial, que siempre que la escuchaba; únicamente se me venía un nombre a la cabeza. Alguien alguna vez la había mencionado frente a mí, refiriéndose a mi existencia completa. Pero prefería no recordarle. Lo había lastimado demasiado ya.
Jamás me curaría de esto, ¿Verdad? No importaba qué tanto lo intentase; no podía dejar de pensar en aquella mirada que parecía azabache, pero si te detenías a observarla, se convertía en el más dulce marrón que hayas visto. Por lo menos no en esta vida.

Tal vez estaba exagerando, Bueno, definitivamente lo estaba. Pero tengo tantas cosas en mi cabeza, que ya no sé que pensar, o a quién hacerle caso; a mi razón, o a mi parte más sentimental.
No estaba acostumbrado a esto, al amor.
Toda la vida había sido el típico chico frío que se sienta en el último banco, ya saben, a quién todo el mundo denomina fuckboy, ese tipo de cosas.
Pero; existía algo en ese ser que logró cambiar absolutamente todo lo que hasta ese momento creía indiscutible.

Aún no estaba acostumbrado a este sentir, y aunque jamás lo admitiese, no era tan asqueroso como creía. Pero la sola idea de la vulnerabilidad me asustaba muchísimo.

Me mantuve en mis pensamientos los 10 minutos antes de que sonara mi alarma, señal para que me levantase para ir colegio.

Me cambié de ropa, guardé rápidamente
Mis útiles, y un par de libros. Acto seguido, me puse mi mochila y bajé rápidamente las escaleras con el fin de hacer el desayuno para mi hermana y para mí.

Al querer concretar esa acción y acto seguido, alzar la cabeza, me encontré con mi padre cortando pan.

Mis ojos se abrieron como dos platos, y antes de que pudiese abrir la boca siquiera, mi padre habló.

-Estoy haciendo esto porque quería ofrecerte una ¿Disculpa?, siempre he sido muy severo contigo y tu hermana. Todo esto de tu madre me afectó muchísimo, Lo siento, John. Por favor deja que yo prepare el desayuno. Tú ve a despertar a tu hermanita.- Largó.
Mi expresión era tanto de confusión como de incredulidad. Pero mucho más de alivio.
Nunca había sido bueno expresando mis sentimientos. Y vaya que había tenido problemas por ello.
Pero en aquel momento, el único impulso que seguí fue el de abrazar a mi padre, y agradecerle. Tal vez en un tiempo tendría algo más que confesarle.
Caí en cuenta de que se me estaba haciendo demasiado tarde, así que fui prácticamente a la velocidad de la luz al cuarto de mi hermana a despertarle. Vaya que tiene el sueño pesado esta chica.
Luego de un par de forcejeos y algún que otro soborno, logré que se despertase y cambiase relativamente rápido. Un logro, básicamente. (Aunque sus negociaciones hayan sido demasiado ingeniosas para una niña de primaria).
Volvimos a la cocina luego de luchar por el baño, para desayunar. Mi papá estaba de muy buen humor, y realmente me transmitía buena energía, una cosa algo rara; debo decir. Al terminar, dejamos nuestras tazas en el lavavajillas y llevé a la pequeña al colegio, no sin antes despedirme de mi padre, que me deseó la mejor de las suertes para un examen que tenía hoy. El cual, a decir verdad, no era demasiado importante.
Caminar con mi hermanita al colegio es algo que siempre me gustó hacer, a pesar de que casi siempre crea que es una pesada, sabe que la aprecio. A mi manera.
L

legamos al edificio, la despedí con la mano, ya que tuve que entrar a la velocidad del rayo, o de otro modo me pondrían falta. Y ya tengo demasiadas, creo que podría quedarme libre si sigo faltando.
-¡Miren quién se dignó a venir! Exclamó en un tono sorprendido y algo burlón,Laff.
-Oh por favor, seguro tienes más faltas que yo. Fingí indignación, para luego soltar un par de risas.
Hercules se unió a la conversación de manera espontánea, principalmente para acotar lo "Despeinado" que estaba.
-¿Ah sí? Te reto a tener unos rizos pantene como estos. Dije mientras arrojaba mi cabello y reía.
-¡Team rizos!, -Exclamó Laff, levantanto una mano para que la choque con la mía.
-Hey, yo también tengo.
-Mentiroso. Y aunque fuese así, no tienes pruebas porque tu cabello es demasiado corto.
Herc rió.
-Oh oh, creo que viene la profe.
-Que flojera tener matemática en las primeras horas, si pudiera enviar una señal de humo para que nos rescaten, indudablemente lo haría.
-No seas tan dramático, a tí te va bien al menos.
-Meh, supongo que sí, no es como si fuese tan complicado. Pero igual te quita cualquier gana de seguir en existiendo por la mañana. En fin, hablemos de otra cosa, me da sueño hablar del colegio.-
-Y, oye Laff, ¿Qué onda con Adrienne? -Curioseó Herc con ánimos de cambiar un poco de tema a algo más interesante.
-Eh, en realidad terminé con ella hace unos días. Todo está bien y seguimos siendo amigos. Es una muy buena persona. -Contestó dubitativo al principio.
Esto mismo, ya me lo había contado, pero el hecho de que lo haya dicho justo en frente de Mulligan, le dio otro impacto para mí.
-Ah, ya veo... ¿Tú estás bien no? Me alegra que seas maduro como para tomar decisiones así. Cualquier cosa, John y yo estamos para tí.
Ambos sonrieron, y aunque yo también lo hice, me sentía entre medio de dos tórtolos.
No duró mucho, pues casi al minuto llegó la profesora. Ese día teníamos un examen, una especie de ¿Diagnóstico? Era más que nada para ver como andábamos a estas alturas del año, más bien dirigido a aquellos a los que más les costaba.
Límites, límites, y muchas letras. Era todo lo que había en mi hoja.
Luego de pensar y escribir mis respuestas, me dispuse a entregarlo. Ya que eran ejercicios relativamente simples, iba bastante confiado.
-Gracias, Laurens. Puede tomar asiento.
Hice caso, y acto seguido saqué mi celular y empecé a revisar mis chats, rezando hasta en árabe para que no me descubriesen y me me sancionaran.
-"217 mensajes de 10 chats" exclamé sorprendido, casi inaudiblemente.
Dos de Elizabeth, uno de Peggy, al menos dos millones de un par de grupos, y uno de Alexander.
Opté por abrir el de Eliza, ya que era el más reciente. Estuve a nada de pronunciar una grosería, los dos mensajes eran la invitación a su fiesta del sábado, ¡Me había olvidado por completo!, y, oh, genial. Ahora tendría que conseguir un disfraz.
Pasé un par más, ignorando los grupos inútiles del colegio en el que los vagos pedían la tarea hasta llegar al chat de Alex, el cual, casualmente, me había enviado un mensaje recordándome la fiesta de la Schuyler del medio. Contesté que asistiría, y luego hablamos de trivialidades hasta que tocó el timbre. Tragué saliva al ver a la profesora, que me observaba con una mirada bastante amenazante. Por un momento creí que iba a aplastarme la cabeza con un banco o algo, sólo espero que no me haya visto.
Guardé el teléfono el el banco y salí del salón junto con Peggy mientras charlábamos de trivialidades.
En el pasillo, me lo encontré, aunque parecía algo consternado.
-¿Te pasa algo?-
-Oh, no, rendí un examen importante hace poco.-
-Ahh, pero si te va super bien en eso, ¿Por qué te preocuparía? -Indagué sorprendido.
-Es que, es modelo del que me tomarán cuando aplique para la facultad, y si me va mal, significa que no podré entrar, lo cual arruinaría mi futuro, ¡Y me llevaría a vivir debajo de un puente por el resto de mi vida!- Dramatizó, luego de bajar la mirada, develando sus notables ojeras. Quién dudaría acerca de lo del examen. Esas ojeras eran marca Hamilton.
-Hey, relájate, mejor vamos a comer algo, tengo hambre, y ya parece que la falta de sueño te trae alucinaciones. -Bromée ladeando una sonrisa.
-¡Eso no es cierto!, Además, calidad sobre cantidad.-
-He dicho miles de veces que eso no aplica a las horas de sueño.-
Caminamos juntos hacia el patio, y aunque Alexander se veía más relajado, aún sentía que algo andaba mal.
Nunca había sido bueno hablando de sentimientos, así que opté por ignorarlo y creer en lo que había mencionado antes, un examen así pondría nervioso a cualquiera.
De todos modos, ¿Ya mencioné lo cansado que lucía? No paré de reprochárselo, en serio me preocupaba por su salud, aunque mis retos sonasen como bromas sonsas.
-Ya, fueron sólo dos noches, ¿Sí? Sé cuidarme.- Exclamó rodeando los ojos.
-De igual manera, pareces demasiado cansado. Tengo miedo de que toda tu cara se convierta en ojeras o algo así.-
Me golpeó el brazo rodando los ojos. A lo que respondí con una risita ahogada. Era tan irritante a veces, pero no de una forma que me molestase.
La gente me (Nos) miraba de forma extraña, principalmente a mí porque sabía lo raro que podría ser verme actuar de forma tan cálida con alguien. De todas formas lo ignoré.
¿Saben? Había comenzado a superar aquel miedo a mostrarme vulnerable frente a otra persona, a abrirme, mostrar lo que soy. Y si bien en aquel momento no lo admitiría ni lo dejaría salir, estaba creciendo. Y no sólo yo, sino también algo más. No sé qué nombre tiene, pero lo buscaré constantemente, hasta poder descifrarlo.
Durante esa pausa pequeña, podía ver a Alex comer su barrita de cereal y embarrarse la cara. Parecía un niño pequeño.
Lo miré de nuevo, y se me escapó una risa casi inaudible, por la cual también obtuve reproche de su parte.
Pero, aún había algo malo ahí. No estaba actuando del todo normal, pero decidí ignorar eso y creer en lo que anteriormente había comentado acerca del estrés.
El resto del día transcurrió con más o menos normalidad, riéndo con mi círculo, durmiendo en clase, recibiendo retos, (Que aunque menos del promedio que estaba recibiendo por día, eran retos al fin y al cabo), hasta que llegó la hora de la salida. Según yo, la hora dorada.
Lee gritó algo como "Feliz finde" y nadie respondió además del profesor del salón de al lado. Bastante triste si me preguntan.
Genial, ¿Ahora qué?
Mañana tengo la fiesta de Eliza y de verdad no tengo ganas de salir. Pero, aún así existe la posibilidad de que la pase bien... -Qué difícil es tomar decisiones, mejor hubiera nacido como una ameba.- Dije para mí, casi maldiciendo.
Fue ahí cuando se me ocurrió preguntarle a Alex si planeaba presentarse o qué, así que esperé a que su curso saliese para preguntarle. Al cabo de un rato,  lo veo y cuando me acerco a saludarle, veo a Eliza a su lado, lo cual fue un shock ciertamente, no sabía que ellos dos de hecho se conocían.
Ahí mismo, luego de saludarlos, le pregunté a Alex qué disfraz usaría, y si le importaría ayudarme a elegir. La misma pregunta fue para Eliza, claro está.
-Um, planeaba pedirle a Alex que nos disfrazásemos de salero y pimentero, pero lo pensé mejor y, creo que voy a ser Cenicienta. El traje de salero no me favorecía, ¿Entiendes?- Exclamó riendo la joven.
Y sí, esos trajes nunca sacan lo mejor de uno, así que Schuyler tiene razón, punto para ella.
-¿Salero y pimentero? Dios mío, de haberme preguntado te habría dejado de hablar directamente...- Exageró el pequeño. -Más que nada porque, ya conseguí mi disfraz de pirata, y nada me haría ver más cool que eso.-
-¿Así que el único idiota que todavía no tiene idea soy yo?-
-Se podría decir que sí.-
-Damn.-
-Damn indeed.-
Luego de charlar un rato más con ellos emprendí mi viaje, ya con un par de ideas para mi disfraz; las cuales iba planificando en el transporte público. ¿Quieren acaso una lista? ...
¡Okay, ya que insisten!
La primer idea que tuve, fue de pulpo. Pero eso llevaría demasiado tiempo y mucho material. Así que queda descartada.
Luego, pensé en un tritón, pero honestamente me da vergüenza andar topless en una fiesta a la que todavía no sé si quiero ir, porque, ya saben, sólo hablo como con 3 o 4 personas...
... Pero bueno, terapia de choque. ¡Maldigo estos genes de impulsividad!, Todo es culpa de Henry y sus niveles altos de adrenalina.
El número 3 es, de peter pan. Que es lo que terminaré usando seguramente, ya que 1) Tengo un conjunto verde oscuro, y mi hermanita tiene spray anaranjado para el cabello.
Al entrar a mi hogar, terminé de decidirme y me tiré en el sillón a escuchar The young veins y a dejar que la dulce voz de Ryan Ross me calmase.
Ryan Ross había sido en mi vida un ícono muy importante, y con alguien con quien siempre me identifiqué. Él escribe su música como cualquier otro, y a nadie inspira tanto como a mí.
De un momento a otro me encontraba boceteando una coleta de caballo y un lunar, mientras sonaba Dangerous blues.

Why do the clouds all turn grey just for you?

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2021 ⏰

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