8.2

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—Estás loca ¿lo sabías?

—Loca por ti, vamos cariño, quedate conmigo, yo te haré feliz.

Ella se acercó a él y le acarició sus rizos pero él se apartó.

—No me toques.

-¿Qué? ¿Acaso te da miedo fallarle a tu rubio idiota?

—No lo llames así.

Dobson sonrió cínicamente.

-¿Cuánto tiempo más me tendrás aquí?

-El suficiente para que a tu rubio le de una crisis nerviosa y la bebé, ya sabes, no lo logre.

Brian sentía su respiración errática, sostenía una pequeña ecografía entre sus manos, y con esta contra su pecho susurró —Papi volverá por ti princesa —sus ojos picaban con el simple hecho de pensar que su esposo e hija podrían morir.

***


Otro día más, ambos sentían que no eran capaces de soportarlo.

Brian sentía miedo al no saber como estaba Roger.

-Vete de aquí, él te necesita.

El rizado parpadeó repetidas veces sin poder creerlo.

Se levantó y se fue rápidamente. Dejándola a ella sola en el lugar.

¿Por qué tomó aquella decisión? No lo hizo porque se arrepintiera de todo lo que había hecho, eso seguro, lo hizo para que Brian viera como ella estaba a punto de demostrar de lo que era capaz.

Por que que en este momento, Roger tenía los nervios de punta, y seguramente él no era el único que iba a sufrir las consecuencias de aquello.

***


El vientre le dolía demasiado, lo cual le parecía extraño, porque Katie estaba muy quieta. No la había sentido en toda la mañana.

Eso no quitaba el hecho de que sentía unos dolores horribles cuando trataba de incorporarse.

Roggie temblaba y lloraba, según el último mensaje que había recibido, Brian había escogido quedarse con Anita, no creyó eso, sin embargo, la mente hace malas pasadas, e imaginarlo a el, solo con ella hacía que su corazón se oprimiera.

Después de dar un montón de vueltas en la cama, no se aguantó más el estar acostado, se levantó con mucho cuidado, y caminó hasta el baño, allí se vio en el espejo y tenía un aspecto cansado ya que tenía el cabello revuelto y los ojos rojos con unas marcadas ojeras.

Se recargó en el lavabo empezando a ver todo borroso por las lágrimas y el cansancio.

Un dolor bastante fuerte en su vientre y espalda baja le hizo soltar un alarido. Y otro aún más fuerte llegó al poco tiempo junto con una patada que lo desestabilizó por completo.

Sus piernas cedieron junto con sus brazos, el filo del mueble impactó contra su gran vientre y otra punzada le atravesó la espalda.

No tenía fuerzas para levantarse del suelo, ni siquiera para gritar.

El mareo lo invadió de nuevo y sin esperarlo, todo a su alrededor se volvía negro.

We Will Have A Baby! {Maylor-Mpreg} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora