He empezado a arreglar el altillo, a colocar mis cosas.
La verdad se me ha pasado el día tan rápido que al caer la noche estaba terriblemente agotado.
Por suerte he conseguido organizarlo todo en un solo día. Lo cual no me sorprende, tampoco es que tenga demasiados objetos personales en mi vida.
Un ordenador, un buen equipo de música, y material de trabajo es todo cuanto necesito.
Antes de cenar mis padres han entrado en mi habitación. Tenían un regalo para mí.
¿Lo adivináis?
Mi padre cargaba un trípode y un marco, mientras mi madre llevaba un rollo de papel de lienzo. También traían un maletín con un set de pinceles y pinturas, dos paletas, y un libro de aprendizaje.
Me he enfurecido con ellos.
No sé por qué pero tenía que hacerlo a pesar de que el regalo me ha encantado.
Les he dicho que no me iban a comprar con regalos, que era un intento patético por su parte, que eran patéticos.
Les he dicho que los odiaba y que no sabía como podían dormir por las noches después de todo el daño que le habían causado a su hijo.
No se esperaban mi reacción, se han entristecido, lo he visto.
Cuando han salido por la puerta, me ha parecido ver que mi madre estaba llorando.
He tenido ganas de ir con ellos y decirles que lo sentía, decirles que les perdonaba, que entendía los motivos de esta mudanza y que me había portado mal al tratarlos así.
Decirles que me importaban y que les quería. A ellos y a Violet.
Pero no hice nada de eso, abrí la puerta de par en par y les grité que por mi podían irse al infierno.
Y luego cerré de un portazo.
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La Casa de los Spencer
HorrorLa casa de los Spencer nunca fue del gusto de los habitantes de Arcadia City. Horribles crímenes sucedieron años atrás. Nadie olvida pero nadie recuerda. Nathan, un joven estudiante recién instalado en la ciudad y con un talento innato para el dibu...
