To Die Is To Awaken •Sysack•

Andy

Hace dos meses mi mamá fue diagnosticada con cáncer en el estómago, fue la peor noticia que ha recibido mi familia. Apenas me enteré me negaba a aceptarlo, mi mamá era la alegría en el hogar y esto no nos podía estar pasando, no a nosotros.

En este momento es muy díficil que mi mamá reciba un buen tratamiento debido a que no tenemos mucho dinero. En cuanto a las fundaciones....ellas solo quieren ayudar a los niños así que dejan pasar casos cómo los de mi mamá.

—¡Andy!—Mi mamá estiró sus brazos apenas me vió entrar en la habitación y yo le correspondí el abrazo.

—Mamá....—Me separé del abrazo y pase mi mano por una de sus mejillas—Estás muy pálida ¿empeoró?

—No lo se—Mi mamá me sonrió—Gracias por preocuparte.

—Por favor dime que lo que pagó mi papá alcanza para la quimioterapia.

—No, el doctor dijo que no es suficiente. Igualmente no te preocupes, agradesco demasiado el esfuerzo que los dos hacen.

Seguía sin entender cómo ella podía seguir sonriendo en un momento cómo este, definitivamente era una mujer admirable. No estaba seguro si lo hacía para que no nos preocupáramos o si de verdad tenía esperanza en poder salvarse.

—¿¡Qué!? Si estudió medicina es porque le interesa salvar la vida de las personas ¡NO SU MALDITO DINERO!

—Andy por favor...necesito que sigas siendo ese chico dulce que vi crecer. No te derrumbes por mí por favor, no ahora cuándo me tienes más que orgullosa—Tomó mi mano y me miró para intentar calmarme.

—¿O-Orgullosa?

—Te faltan seis meses para graduarte de la universidad Andy, es el mejor regalo que nos puedes dar a mí y a tu padre.

—Si es que sigues viva para verlo...—Susurré intentando que no me escuchara, no quería herir sus sentimientos—Escucha mamá, empecé a buscar un trabajo para poder ganar dinero que irá exclusivamente para ti, quiero que te mejores—Ella me miró emocionada, no pude evitar sonreír.

—¿¡Enserio!?—Su mirada se iluminó, al parecer había traído esperanza a su vida.

—Si, conseguí trabajo en una prisión y aunque posiblemente me pongan turnos por la noche no voy a dejar de lado la universidad.

—Ese es mi muchacho—Volvió a abrazarme, solo esperaba no decepcionarla y poder conseguir dinero suficiente para salvarla.