La cortina estaba levantada y, aunque había un par de nubes tapando el azul del cielo, unos pocos rayos de luz conseguían escapar del muro de nubes para entrar e iluminar lo poco que podían la cara de Enzo.
El chico estaba tumbado en la cama. Dormido. Esos juguetones rayos de sol le sacaron del profundo sueño que estaba teniendo. Enzo se incorporó y se llevó las manos a la cara intentando así quitarse la pereza, pero había algo que le impedía volver a la realidad. Había vuelto a tener ese maldito sueño con Alice donde después de estar cogidos de la mano, su amada, sin despedirse ni decir nada, se desvanecía entre la oscuridad. A Enzo le extrañó mucho aquello. Hacía mucho tiempo que no volvía a soñar con esa pesadilla, aunque ese término se le quedaba corto a Enzo para describir lo que sentía al vivirlo.
Desde la noche de san juan donde se besó por primera vez con Alice, los dos jóvenes habían empezado a estrechar aún más la relación hasta tal punto de ser una reconocía pareja en el barrio y entre sus amigos y conocidos.
Empezaron como simples desconocidos cuando apenas tenían ocho años y ahora, a sus diecinueve años, llevaban un año de relación.
Empezaron quedando a escondidas, vigilando que nadie les viera para que la gente no pensase ni especulase lo que no era. Se iban a los parques más alejados de su zona y, en las partes con más vegetación que los tapara, se sentaban en un banco a hablar de sus cosas y a besarse como verdaderos enamorados. Ella le contaba sus días y los cotilleos más suculentos que tenía con sus amigas y él, le contaba con toda la ilusión del mundo sus proyectos para cuando estuviera en la universidad.
Los de se entendían y compenetraban. No sabían si eran o no la media naranja del otro, lo que sí sabían eran que día tras día se iban necesitando más uno al otro.
Poco a poco la cosa fue regularizándose. Cada vez les daba menos vergüenza lo que dijeran o pensaran los demás y caminaban juntos de la mano por las calles más transitadas del barrio. Iban a merendar, a pasear, al cine... lo que más les gustaba era ir a tomar café juntos, porque, mientras Enzo sujetaba su taza para calentar sus manos en pleno invierno, ella las recubría con las suyas mientras vestía unos guantes rosas para que sintiera que la chica de rizos, aquella chica de la cual descubría un universo nuevo cada vez que la miraba a los ojos, estaría siempre a su lado. Diese igual la estación, el día o incluso el planeta en el que estuvieran porque siempre iban a estar juntos. Siempre...
Una vez levantado y recién salido de la cama, Enzo fue a lavarse la cara. Paseo por la cocina pasando por el salón, pero no encontró a nadie. Tampoco encontró a sus padres en su habitación ni en ningún otro rincón de la casa. Pensó que tal vez habrían salido a dar una vuelta ya que tenían el día libre los dos. Se acercó a su escritorio, desenchufó el móvil del cargador y al desbloquearlo vio que eran las seis y media de la tarde.
El chico se alarmó. Había empezado ese mismo año la carrera en la universidad junto a Matt y tenía que buscar información para un futuro proyecto para clase. Aún no había empezado ni a visitar las páginas web más frecuentes de noticias que solía visitar. Tenía que darse prisa.
Actualmente estaba cursando ingeniería industrial junto a Matt. A los dos siempre les había gustado el tema de diseñar máquinas para mejorar la productividad en las fábricas. Eric estaba jugando becado en un equipo de futbol muy importante como defensa y apenas podía verle. A Marc en cambio, sí que le veía, aunque siempre era en la cafetería porque trabajaba de camarero. Cristina se apuntó a una agencia de modelos y de vez en cuanto grababa un anuncio o una campaña de ropa, pero a ella lo que le gustaba de verdad era desfilar y diseñar sus propias prendas. Alice recuperó una cámara de fotos vieja que su madre tenía escondida en una caja de la mudanza aun sin deshacer. A raíz de ellos, fue interesándose por la fotografía y solía hacerle de fotógrafa a su amiga modelo.
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Perdido en su mente
RomanceEsta novela corta relata cómo vivió Enzo su relación de amor a lo largo de los años. Es un viaje solo de ida, a través de la vida de un joven, que se enamora locamente de una chica. En este libro sentirás y revivirás lo que sintió y vivió un Enzo en...