El día había llegado. Por fin, después de haber estado estudiando durante cuatro largos años, el día había llegado. Enzo había estado trabajando en ello durante los últimos dos años de carrera y ahora tocaba mostrar, frente a un jurado y media universidad, su proyecto final de carrera.
Estaba nervioso, no había dormido en toda la noche y llevaba un mes entero preparándose para la puesta en escena. Preparando la presentación, perfilando el proyecto y dándole los últimos toques a lo que iba a ser, el guion de su magnífica actuación. Aparte de nervioso, estaba emocionado. Tenía la oportunidad de mostrarle al mundo algo muy suyo, algo que le había costado mucho trabajo y con el que esperaba sorprender a sus profesores, que eran quien lo iban a juzgar, mientras exponía su proyecto. Se había preparado unas pequeñas hojas con notas por si se quedaba en blanco y no sabía cómo o qué explicar durante la presentación. Aunque el cansancio le pesaba en la espalda y la presión le estaba pasando factura, su cara y su presencia mostraban claros signos de confianza en sí mismo. Sabía que nada ni nadie podría arruinar su presentación y su rostro lo reflejaba. Al igual que sus ojos. Unos ojos llenos de pasión por el trabajo que había llevado a cabo.
Llegó a la universidad, dejo la bici aparcada cerca de la entrada y se sentó en una de las primeras filas del recinto donde, él y algunos sus compañeros, iban a presentar también sus proyectos. Él tenía la confiada que el suyo iba a destacar más que el del resto. Ese día, se puso su mejor camisa. No pretendía ir formal pero tampoco muy dejado. Su objetivo era impresionar al público y dar una buena imagen. Quizá venia algún emprendedor, que estaba buscando jóvenes promesas a verlo, y podrían darle la oportunidad de hacer realidad esa pequeña, pero ambiciosa idea con la que llevaba trabajando tanto tiempo.
Era el último en exponer así que mientras estaba sentado, viajaba en su mundo interior, su burbuja, su zona de confort. Allí los nervios eran menos peligrosos y hacia que el tiempo pasará más deprisa. Intentó dejar la mente en blanco para evitar que la presión y las ganas de subir al escenario le pudieran pasar una mala jugada. Matt, que estaba sentado detrás suyo, le dio un pequeño meneo para rescatarlo y llevarlo de vuelta al mundo real. Enzo se giró, alarmado, no se esperaba que Matt lo moviera de esa forma.
-La presentación está a punto de acabar. Ve preparándote-. Le dijo su fiel amigo con un pulgar hacia arriba.
Enzo movió la cabeza con gesto de gratitud. Unos pocos nervios se dispersaron. Saber que tenía el apoyo de su amigo lo tranquilizó.
El chico antes que él acabó de exponer. Se había trabado un par de veces durante la exposición y no había resuelto todas las dudas y preguntas que le habían hecho sus profesores. Parecía cansado. Unas ojeras en su rostro mostraban que aquel estudiante llevaba unos días durmiendo poco, seguramente preparando aquella mediocre exposición. Cuando el escenario se quedó libre, un profesor cogió el micrófono y, de pie y mirando al público, habló a través de los altavoces que habían distribuidos por el recinto.
-Último alumno: Enzo, de ingeniería industrial. Último año.
Era su turno. Se levantó, inquieto, y de un salto subió al escenario a preparar su presentación. Mientras subía por las escaleras unos molestos nervios empezaron a hacerle cosquillas en el estómago. Puso en orden todo el material que tenía para vender su proyecto. Una vez el público se cayó empezó a exponer y poco a poco, los nervios, fueron desapareciendo.
Empezó por explicar de qué iba su proyecto. Después de la introducción, explicó cómo funcionaba aquel motor que había desarrollado con un software informático y lo mostró funcionando en una simulación gracias al programa. Se trataba de un motor eléctrico con el que pretendía almacenar y distribuir energía a una o varias máquinas en las fábricas actuales. Era cien por cien eléctrico y no suponía ningún problema para el medio ambiente. Su sueño era que, algún día, todo funcionase con energía limpia y renovable, cosa que pretendía conseguir gracias a aquella idea.
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Perdido en su mente
RomanceEsta novela corta relata cómo vivió Enzo su relación de amor a lo largo de los años. Es un viaje solo de ida, a través de la vida de un joven, que se enamora locamente de una chica. En este libro sentirás y revivirás lo que sintió y vivió un Enzo en...