Norteño

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A la mañana siguiente cuidando de cada detalle, Jorah arropo a Daenerys. Antes de abandonar la habitación el Mormont quería tener la seguridad de que la madre de los dragones estuviese bien abrigada y el sueño fuese reparador.

Sabía de ante mano que el frio del invierno era muy duro en la isla y en especial se estaba sintiendo este invierno. Por más que tuviese ganas de quedarse junto a Daenerys no podía permitírselo.

La cercanía entre los dos cada día iba creciendo más, el calor de su propio cuerpo iba incrementando pero era muy consiente que este de un momento a otro podía traicionarlo y sucumbir ante los encantos la dragona. Había dado su palabra y aunque lo deseara no podía permitir que sucediera.

La nieve se acumulaba afuera haciéndose más densa y pesada de retirar.

Ser Jorah sabía que los dothraki no iban a poder soportar aquel gélido clima por mucho más tiempo, qué decir de los inmaculados. Las armaduras eran totalmente inútiles para protegerlos de este clima.

Si querían vencer al ejército de caminantes blancos tenían que encontrar las mejores armas y el mejor terreno para hacerlo.

— Ser Jorah —

La mano del hombre se quedó inmóvil sobre la repisa de la biblioteca mientras que con cuidado se girando para encontrarse con la mujer de rojo.

— Veo que se levantó muy temprano. —

—No hay tiempo que perder — contestó el en un tono uniforme volviendo su vista al dorsos de los libros para poder agarra uno en particular. — Estuve meditando sobre su teoría, my lady

—No es mi teoría...— intervino ella sin dejar de observarlo fijamente. — Pero es bueno que lo haya pensado. — se acomodó de tal forma contra la biblioteca que podía ser observaba por el rabillo del ojo del hombre. — Usted es clave para que se pueda llevar acabo. La madre de dragones presta mucha atención a cada una de sus palabras. Ninguno de sus consejeros puede compararse con usted.

Lo que nadie sabía sobre Jorah era que las historias de guerreros y amores eran su especialidad. Quizás y solo quizás aquello podía explicarse en gran parte por la forma de sentir del oso. Ya había dado muestras de aquel amor inmenso que profesaba por Daenerys, pero él siempre había sentido al amor de una manera diferente a los hombres que conocía, a todos los hombres excepto a su padre. Con los años pudo comprender que la muerte de su madre había arrojado Joer al Muro y así dejar a Jorah a cargo de todo. Y es que el Lord Comandante Mormont había sufrido en silencio por mucho tiempo luego de la muerte de su esposa. Una mala broma del destino o una cruz sobre los hombros Jorah sin quererlo habían hecho que aquella historia de amor de amor fuese la primera destrozar en su vida. Si quería pensarlo de una forma más trágica, Jorah se sentía maldito.

—Azor Ahai fraguo él mismo su espada. — Comentó mientras su vista aún se encontraba sobre una de las hojas, sus ojos aún estaban a la caza de algo en especial — Supongamos que la espada sea de acero Valyrio como me ha dicho, aunque pensándolo mejor podría ser también de vidriadragon. Si seguimos con esta hipótesis se puede suponer que todo es una gran metáfora. Me refiero a que cada uno de los elementos tuvo que haber sido un logro para poder influir en la creación de la mística espada. — Hizo una pequeña pausa demostrando que aun dudaba de las palabras de la sacerdotisa roja — Daenerys podría conseguir cualquier espada, de cualquier material, pero la profecía dice que se forja y la reina no ha blandido ninguna espada, menos ha creado una. — Los ojos azules se encontraron con los de Melisandre — Tengo entendido que Jon Snow ha mandado hacer espadas de vidriadragon. ¿Por qué él no podría ser Azor Ahai? — cuestiono.

—No voy negarle que he tenido mis dudas propias dudas Ser. — Ella se separó de la biblioteca para dar paso a su explicación — Le recuerdo que la primera espada se rompió en el agua. Nuestra reina ha perdido su flota a manos de Euron Greyjoy. Su segunda caída ha sido en Altojardín a manos de Jaime Lannister, quien representa un león — Melisandre se volvió acercar a Jorah sin quitar su vista de la de él— Para que la profecía se cumpla, ella tiene que haber atravesado el corazón de un ser amado y nuestra reina mató a su primer esposo Drogo, a quien amo.

The Bear SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora