Oso

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En aquel estado de semiconsciencia el hombre podía sentir como Drogón sobre volaba el castillo. Faltaba poco para fuese la hora del desayuno de los hijos de Daenerys como así también del resto de los habitantes de allí.

Se giró en la cama para cubrirse hasta arriba de la cabeza, el frio intenso podía sentirse y pese a ser un hombre del norte, el haber estado tanto tiempo afuera de su tierra comenzaba por hacerse notar.

En aquel momento en el que se disponía a cerrar los ojos para descansar cinco minutos más fue interrumpido por una pequeña y dulce risa.

Jorah arrugo el entrecejo intentando abrir los ojos.

Se sentía con una pequeña molestia en la cabeza y demasiado cansado.

Pese aquello sabía que no podía haber escuchado mal, alguien más se encontraba compartiendo su habitación.

La cabeza de Jorah busco entre los recuerdos de la noche anterior y así saber que era lo que había o no había pasado.

Era consiente que durante el proceso de curación había bebido demasiada bebida blanca y que el alcohol no le había golpeado hasta mucho tiempo después, justo en el momento en el que....

— ¿Khaleesi? — preguntó en un tono temeroso mientras estiraba su mano por arriba de la cama en busca de un cuerpo.

¿Aquello lo había soñado o había sido real?

El miedo empezó por apoderarse de su cuerpo. Había soñado con aquello tantas veces que quizás todo había sido producto del alcohol, las heridas y adrenalina de la batalla. Porque no de la fiebre. Aun no estaba muy seguro de las manos de su sanador.

Algo dentro de la cabeza de Jorah por fin pudo acomodar las piezas del rompecabezas y sus ojos se abrieron en un segundo mientras se incorporaba en la cama rápidamente para verificar lo que sus manos le habían anunciado. Estaba solo dentro de las pieles.

Sus ojos captaron la figura de Daenerys al borde de la ventana mirándolo fijamente con una pequeña sonrisa en los labios.

La madre de los dragones aun lucia el vestido oscuro pero sin la capa roja a sus espaldas.

¿Cuánto tiempo llevaba despierta? ¿Por qué lo estaba observando? ¿Había pasado algo más de lo que su cabeza recordaba?

Jorah fue aflojando lentamente su entrecejo para dar paso a la formación de una sonrisa calidad en sus labios, sus manos algo nerviosas fueron a sus finos cabellos para acomodarlo. Un sentimiento torpe lo llevó a querer verse lo más presentable que se podía estar en ese momento de la mañana.

¿En qué punto de la relación se encontraban ahora?

Para su buena o mala suerte, el norteño se había quedado dormido antes de que algo mayor sucediera.

— Buenos días Ser Jorah —

Daenerys lo saludo desde su posición aun manteniendo aquel contacto visual. Su rostro se veía bastante tranquilo y relajado, parecía como si la guerra no estuviera sucediendo.

Le recordaba a un tiempo lejano, aquel tiempo en el que recién habían comenzado aquella travesía juntos en busca del trono de hierro.

Jorah aun en aquel estado de en sueño no pudo hacer más que mirarla mientras volvían a su mente algunas de las imágenes de la noche anterior.

Aquel primer beso había desencadenado a otros que iban superándose en pasión y lujuria, llevando al cuerpo del hombre a recordar lo ardiente que se encontraba cuerpo y el ajeno. Pero aquello había terminado de una manera abrupta o por lo menos eso hasta ahí habían llegado sus recuerdos.

The Bear SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora