Capítulo 4

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Las semanas siguientes a la llegada de Dashiell han sido todo un reto, no es que el chico sea malo, si no que Alizee se ha empeñado en emparejarnos, y no es que él sea feo, pero simplemente a mí no me apetece ahora mismo tener una relación con nadie, mucho menos con mi compañero de turno, me parece poco profesional.

– ¡Hey! Emily que haces hoy por la noche

– estaba considerando seriamente tener una cita con mi cama y la comida

– hay una reunión en la casa de Dean esta noche, nada grande, pero será agradable, tal vez podrías venir...

– y ser abandonada ahí sola, no gracias

– podrías invitar a Dashiell apuesto a que estaría encantado

– paso, gracias, en otra ocasión será

– humm... como quieras pues

Ciertamente no tengo ganas de salir, así que mejor me voy a mi casa y paso el rato con mis tíos, podría convencerlos de ver una película decente, ellos siguen viendo esas cosas aburridas y comedias baratas, quiza algo de accion les hara bien, mientras conduzco a casa hago una lista mental de peliculas que podriamos ver.

– estoy en casa

– como te fue hoy

– bastante bien, si quitamos a Alizee tratando todo el tiempo de conseguirme una cita

– ¿el chico nuevo?

– el mismo, insiste tanto que el terminara creyendo que es lo que desea cuando en realidad no es así

– pues él se lo pierde, eres una chica muy linda

– claro, pero tú lo dices porque eres casi mi madre, tienes que decirlo

– eso también, pero ese no es el punto

– sabes que tengo razón, por cierto, donde está el tío Ed

– salió a comprar la cena, no debe tardar... tu madre ha llamado otra vez, dice que quiere hablar contigo, que la llames cuando tengas tiempo

– ¿realmente tengo que hacerlo?

– yo diría que sí, después de todo es tu madre

– sí, una madre que no he visto en más de quince años

– Emily, ella no te corrió, tú te fuiste porque así lo quisiste

– pero debes admitir, tía, que ella no me lo impidió, ¡por dios! ¡era solo una niña!

– creo que ella solo queria darte tu espacio... igual deberías llamarla, tal vez paso algo, digo ella no había llamado tan seguido los últimos años, de hecho, apenas lo hacia

– está bien, la llamare mañana, de todos modos ya es tarde hoy

Subí a mi cuarto, y me fui directo a la ducha, me gusta tomar duchas largas cuando necesito pensar, la ducha me relaja y me ayuda a aclarar ideas. Y ahora es justo lo que necesito, necesito saber que hacer porque, si bien es cierto que tanta insistencia me tiene intrigada, aun me cuesta creer que ella de verdad lo haga, quiero decir, ella no parecía preocupada con el hecho de que me fuera de casa y solo tenía diez años, aunque me haya ido a casa de mi tia y no con algun extraño o que fuera por mi cuenta, no sé qué pensar. Tampoco como sentirme al respecto.

Es cierto que nada me ha faltado, excepto mi madre, claro, pero mis tíos me han dado todo lo que cualquier niño pudiera desear, y me han dado amor, sin embargo, yo siempre espere que ella viniera a buscarme, quien me pidiera que no me fuera, pero ella solo se limitó a llorar y verme partir.

Recuerdos de ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora