Si lo piensa bien, sabe que omitió la primera impresión que tuvo de John Seo; como si se hubiera hundido en sus recuerdos tal como una caracola se hunde en la arena. Pero, como empujada por el mar, emergió de pronto en ese momento.
Cuando lo conoció fue violento y repentino. Eran los primeros días del cursado de su segundo año de preparatoria y el calor estaba presente en los pasillos. Él iba caminando directo hacia su siguiente clase cuando una mano tomó su brazo y lo giró, desviándole de su camino. Tuvo que alzar la mirada para encontrarse con un rostro amable con cabellos más largos de los que usualmente veía.
— Buenos días, mi nombre es John Seo y soy nuevo en la ciudad. Perdón si mi coreano es un poco tosco, pero estoy un poco perdido y este colegio es muy grande — el muchacho se encogió de hombros, como divertido con su propia torpeza.
TaeIl lo miró un par de segundos porque aquel sujeto le estaba hablando de manera informal. Pero hizo una reverencia y formó una sonrisa.
— Mi nombre es Moon TaeIl y me encantaría guiarte por el lugar.
Pronto, Johnny –como le gustaba que le dijeran– había conseguido un montón de amigos aunque siempre le decía a TaeIl que era un chico tímido. A sus dieciséis años era ligeramente más alto que el resto de sus compañeros y eso, junto con su olor a libertad y sol eterno, lo hacían bastante atractivo y llamativo. Se hizo amigo de un sujeto llamado TaeYong y de un japonés llamado Yuta; pero siempre corría hacia él cuando se cruzaban en los pasillos o lo buscaba durante los almuerzos.
TaeIl no tenía muchos amigos porque era un chico más bien introvertido que se dedicaba a estudiar. Así que nunca había tenido un celular porque, sencillamente, no le veía la necesidad a tener uno si veía a sus padres antes y luego de ir a la escuela. Cuando Johnny se enteró de eso y que no tenía cuenta en SNS o Facebook, le pareció de lo más curioso y estuvo fascinado con ese aspecto de él durante micjo tiempo.
Incluso si no tenía un teléfono móvil, muchas veces Johnny llamaba a su casa y aunque siempre le decía que quería respetar su política de preferencia de las charlas personales, cuando quería invitarlo a su casa o cuando le decía que lo hacía porque simplemente quería escuchar su voz; a él le alegraba bastante. Así que cuando se compró su primer teléfono, el primer número que agendó fue el de Seo YoungHo.
Las largas charlas en las vacaciones dónde Johnny volvía a su país natal se volvieron muy comunes. Por suerte podían usar esos servicios de mensajería gratuitos con los que se llamaban sin gastar miles de wones. La diferencia de horarios hacía que muchas veces su madre se apareciera con esa expresión de "¿En serio sigues hablando con él?" y generalmente TaeIl respondía con una sonrisa apenada.
Los tiempos para verse personalmente se fueron acortando a medida que TaeIl ingresaba a la universidad y Johnny se preparaba para sus exámenes de ingreso, pero las llamadas seguían presentes y se hacían pequeños espacios para verse tanto como podían.
— Hyuuuuuuung, sé que hace mucho no nos vemos, pero hoy los chicos han venido repentinamente... — rascó su cabeza porque él realmente quería que psaran tiempo a solas, pero tenía a sus dos amigos jugando con la Wii en su sala de estar y podía escuchar sus maldiciones en distintos idiomas incluso desde ahí.
— No hay problema, YoungHo-yah, hace mucho no veo a TaeYonggie ni a Yukkuri, así que mato tres pájaros de un tiro — sonrió sujetando aquella gran botella de Coca-Cola que había cargado para acompañar una pizza.
Johnny, como muchas otras veces colocó su brazo alrededor de sus hombros y TaeIl levantó la vista. Había crecido mucho y como pasaban tiempo sin verse, parecía que cada vez que volvía a verlo había crecido un poco más. ¿Desde cuándo se sentía tan pequeño a su lado?
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marea / johnil
Hayran KurguEl mar parece tranquilo y plácido, pero cuando la marea arremete contra la arena, puede tumbar los corazones desprevenidos. ❥ nct. ❥ school!au + slice of life!au + romance. ❥ jonhil.