Al verla jugando con los niños logro comprender que era ver como un mal recuerdo cuando aun Kikyo no había muerto.
Esta escena era idéntica a la de la vez pasada, lo único que lo diferenciaba era que ella no le había pedido unirse a los juegos como lo había preguntado Kikyo. Aun no lo podía creer, que Kikyo hubiera tenido un hijo con Naraku le molestaba, no porque siguiera enamorado de ella lo enojaba porque nunca se lo había dicho.
Había vivido enamorado de Kikyo sin saber que había tenido un hijo con el mayor enemigo.
Desde lejos la vio cantar dos canciones antes de despedirse de lo niños con una sonrisa algo que había retenido mientras estaba en la cabaña.
Mantuvo una pequeña conversación con ella y la vio alejarse arreglando la funda de su espada que llevaba en la cintura.
Se la hacia raro ver a una sacerdotisa con una espada había estado acostumbrado asociarlas con el arco y la flecha después de mucha convivencia con Kikyo, Kagome y la anciana Kaede.
—Que extraña.
Ese era el pensamiento que tenia de Suzume, era una extraña sacerdotisa en su comportamiento, su apariencia casi idéntica a la de Kikyo y su pésima reacción.
Y lo peor era que no podía borrar la nostalgia que sentia al verla.
—Deja de pensar en ella Inuyasha. ¿Por qué te importa tanto esa sacerdotisa?
Bajo del árbol y a grandes saltos llego a la cabaña de la anciana Kaede. Al adentrarse logro ver como Suzume conversaba con Rin con bastante tranquilidad hasta que la sacerdotisa la vio y le dio una sonrisa de bienvenida.
Su sonrisa se mantuvo hasta que logro ver algo detrás de Inuyasha entonces borro la sonrisa.
—Ire con la anciana Kaede a ayudarle con las hierbas.
Ella cruzo por su c con bastante rapidez que solo logro ver un poco de su traje y el largo cabello negro que lo tenia atado igual al de su madre, mientras las dos niñas la seguían unos pasos atrás.
Sintio como si Kikyo se alejara de él.
Y odiaba esa sensación.
—La señorira Suzume es hermosa, ¿verdad?—cruzó miradas con Rin que tenia sus ojos cerrados y su manos sobre sus mejillas sonriendo—cuando sonríe se ve aún mas linda.
No iba a negarle eso a Rin.
Ella una sacerdotisa bastante linda pero seguía siendo rara.
Se sentó un poco alejado de Rin y cerro los ojos preparado para dormir después de todo ahora le tocaría un largo viaje hacia las montañas, de seguro Kikyo le había dado a Suzume la ubicación de algun pequen templo en las montañas donde podria purificar la perla.
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Después de la tormenta
FanfictionEl demonio cayó aún costado de ella, y el cuerpo inerte de otro cayó pero este había muerto no por una flecha había muerto por la espada de su compañero. Otros dos demonios cayeron y fueron por una espada y el ataque de un pequeño zorro. Su viaje...