Tomó con una mano las tres flechas que se habian clavado en el árbol y vio como Inuyasha descendía del cielo montado en aquella vaca de tres ojos.
—Mire Señorita Suzume—ella asintió viendo como el niño salia corriendo a recibir al hanyō—es bueno que ya este de regreso joven Inuyasha.
El albino sacó la espada y una funda en donde la guardó entregándosela al niño que apenas había logrado tomarla sin que se le cayera.
Suzume lograba sentir una pequeña y extraña presencia venir de la espada.
¿El herrero habría añadido algun poder a la espada normal que antes poseía?
Ella se acercó guardando sus flechas y tomando el arco. Miró el rostro alegre de Ren y sonrió para luego ver a Inuyasha que miraba como el toro se alejaba de regresó a la montaña.
—Deberíamos continuar—mencionó, girando sobre sus talones—es momento de regresar a nuestro viaje.
No esperó una respuesta y tampoco la necesito al ver a Inuyasha y a Ren a sus lados, mirando de regreso a las montañas que habían sido su objetivo.
Fue corto hasta lograr llegar al primer punto del cual habían girado a la montaña.
Cada uno iba muy sumido en sus pensamientos en especial el niño que sentía que no podía llevar la espada por mucho más tiempo, lograba sentir mucho poder sin importar que fuera humano.
No logro sostenerla mas y las alejo de él lo mas rápido posible deteniendo a los adultos.
—¿Qué ocurrió?—fue Suzume la que se acercó a Ren alejándolo de la espada—¿qué le hizo el herrero a la espada, Inuyasha?—el albino solo se había quedado mirando la espada en el suelo con bastante atención—¿Inuyasha?
—Le dije al anciano Totosai que era un niño normal, no importa que fue elegido para ser entrenado como ninja sigue siendo humano.
—¿Qué fue lo que agrego a la espada?
El silencio se hizo presente colocando a la joven miko en un estado nervioso, se acerco a él y lo tomó por los brazos apretando la tela de su traje.
Ren era un niño humano.
¿Cuánto poder tendría aquella espada?
—Es igual a cuando mi espada se rompió, después de ser reparada pesaba tanto que apenas si podía levantarla. En el caso de Ren es que si no logra dominar el poder de la espada “sangre escarlata” cada vez que la sostenga cuanto más tiempo la empuñe sus manos quemarán y podría ser dominado hasta morir—Suzume retrocedió, agarró la espada desde su funda y tomó a Ren de la mano siendo seguidos por la atenta mirada de Inuyasha.
Ella caminó hasta llegar aún gran campo verde, desenvaino la espada y se la paso a Ren que apenas logro esquivarla y esta se clavó en el suelo.
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Después de la tormenta
FanfictionEl demonio cayó aún costado de ella, y el cuerpo inerte de otro cayó pero este había muerto no por una flecha había muerto por la espada de su compañero. Otros dos demonios cayeron y fueron por una espada y el ataque de un pequeño zorro. Su viaje...