Capítulo 3

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Había sido un largo viaje, el caballo aún estaba agotado y el pobre animal sentía que si daba un solo paso más se rendiría para dejar seguir a su dueña sola

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Había sido un largo viaje, el caballo aún estaba agotado y el pobre animal sentía que si daba un solo paso más se rendiría para dejar seguir a su dueña sola.

Suzume sabia que muy pronto el animal se rendiría enfrente de ellos y no queria eso.

—Deberia venderlo y conseguir otro señorita. No creo que pueda resistir mas el viaje.

Ella se volvió a negar.

Shoko tenia razón, el caballo probablemente ya no resistiría mucho tiempo y lo mejor seria venderlo en alguna aldea para comprar otro que tuviera mayores energía pero se negaba a venderlo tan fácilmente. Este caballo era uno que su madre le había regalado cuando aun rondaba en el mundo humano, prácticamente era el hermano del caballo de su excelencia Hijiri.

Había pasado tanto con ese caballo y lo había protegido innumerables veces de un ataque de algún demonio.

Se derrumbó al pie de un árbol y el caballo por sin se detuvo para tomar mucho bocados del verde pasto que había bajo sus pies.

Desajusto la funda de su espada de la cintura y la colocó aun lado de ella.

—¿Cuánto falta Asuka?—preguntó sacando de las alforjas las últimas frutas que le quedaban.

—Estamos aún día de llegar señorita.

Sintió alivio al escuchar esas palabras, habían viajado tanto tiempo que ya había perdido el conteo de los días. Ya faltaba tan poco que deseaba levantarse y montar una vez más al pobre caballo pero se contuvo.

Debia descansar bien asi no tendría que porque aligerar mucho su caminar para al día siguiente.

—Iremos a traerle un poco de comida señorira Suzume. Por favor espere aquí.

Shoko y Asuka salieron volando como los pájaros que buscaban comida para sus hijos, los primeros años de su vida se había sentido sola pero cuando au madre revivió y la dejo al cuidado de esas dos niñas no se sintio tan sola en sus rondas nocturnas ni en sus batallas contra algunos demonios.

Esas niñas habían sido una pequeña luz en su soledad.

El caballo blanco que tenia se acerco a ella alegremente y la empujó delicadamente con su hocico en una forma de jugar.

—Dormire un poco no te vayas a alejar mucho estamos en una tierra que no conocemos y cualquier cosa podria atacarnos.

La joven sacerdotisa se acomodó contra el tronco del árbol para cerrar los ojos y descansar un poco.

Durmió cómodamente.

Y al despertar vio a su caballo relinchando totalmente aterrado y por fin se dio cuenta de que un horrible demonio la sujetaba con fuerza con una sola mano.

—Al fin despertaste mocosa.

El demonio apretó la mano y provoco un gran dolor en todo su cuerpo sentía que podria aplastarla en cualquier momento pero sin importarle eso no mostró ninguna expresión de dolor en su rostro solo le podria divertir más a ese monstruo.

Después de la tormenta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora