<Narra Jimin>Asfixiado.
Sentía una presión en el pecho que no me permitía respirar.
Así me encontraba fuera de la habitación, escuchando los gritos y el intento desesperado de las enfermeras y el doctor por mantener la vida de su paciente.
-¡Despejen!
Una descarga. No hay pulso.
-¡Aumenten el nivel de descarga!
Segunda descarga. Tae no respondía.
-¡No responde, Doctor!-
Mi respiración era casi nula, quería gritar, pero no podía hacer más que escuchar.
-¡Vamos, sólo un poco más!.
Cerré los ojos y traté de visualizar a Tae en frente de mí, sonriéndome y diciéndome que todo estaría bien.
Tae por favor...
-¡No hay pulso, Doctor!
No me dejes...
-¡Hay pulso, Doctor!, ¡El paciente reacciona!
La voz de Tae me envolvió
-Mejores amigos por siempre, Jiminnie.
...
-Lo más probable es que el joven Kim sufra algunos efectos secundarios, debido al tiempo que su cerebro pasó sin oxígeno- El doctor que había traído a Tae de vuelta a la vida, nos hablaba a Yoongi y a mí, de una forma tan seria y formal, que me inquietaba.
-¿Pero él se encuentra bien?- Preguntó Yoongi, ya que no me veía capaz de formular la pregunta.
-Por ahora hemos logrado estabilizarlo, pero un paciente que entra en coma es impredecible.- Se acomodó los lentes y luego se dirigió a mí- ¿Se siente bien, joven...?- No terminó la pregunta, ya que obviamente, no sabía mi nombre.
-Jimin, Park Jimin- Extendí mi mano hacia él, en forma de saludo. Sus manos eran enormes a comparación de las mías.
"Tienes manitos de bebé, Jiminnie. Me gustan, son muy suavecitas y pequeñas"
La voz de Taehyung me golpeó cuál puño en el estómago. Le echaba de menos.
-Namjoon, Dr. Kim Namjoon- Su sonrisa dio paso a dos tiernas margaritas, las cuáles hacían que su rostro pareciera la de un niño pequeño.
-Muchas gracias, Doctor. Gracias por devolvernos a Taehyung.- Después de un momento tan horrible como ese, sonreí.
...
Habían transcurrido ya dos semanas desde el gran incidente en donde casi perdimos a Tae.
Yoongi había tenido que volver a su empleo y venía a visitar a Tae cada vez que le era posible. Por otro lado, yo había llamado a la Academia de baile para hablar respecto a mi ausencia. No había querido entrar tanto en detalles, así que solo dije que un familiar estaba muy enfermo y debía cuidarlo. Comprendieron mi situación y dijeron que estarían esperando mi regreso.
Sí, bailaba. Comencé a los dieciséis años de edad y a mis veintitrés, ya era considerado un bailarín profesional en la sección de danza contemporánea.
Cabe mencionar que Tae y YoonGi siempre iban a mis presentaciones.Desde lo sucedido con Tae, la máquina que marcaba su ritmo cardíaco ya no me era molesta, de hecho, era como música para mis oídos.
-Hey, dormilón- Toqué su rostro, con la intención de saber su temperatura corporal. Por mi parte, sentía mucho frío.- ¿Cuándo piensas despertar, Taetae?.