Capitulo 9

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Dios,  se veía tan  lindo...




-Si -respondí tímida-


-Ven, acompáñame -el extendió su mano-


-Bien –respondo, no muy confiada, pero me aferro de ella-




Caminamos juntos, en un profundo silencio procurando no despertar a nadie en casa y bajamos a la par tomados de la mano hasta llegar al fondo de uno de los tantos pasillos de la casa. A la derecha, la puerta del jardín y allí me guía caminando hacia adelante mío. Tirando de mi mano al hacerlo.


 Harry abrió con sumo cuidado la puerta del patio trasero cediéndome el paso a mi primero.




-Confía en mí, Britanny -me ofreció una sonrisa de confianza-


-Bien –repetí pasando saliva y ofreciendo una sonrisa apretada-


Me incomodaba en un principio cuando tomaba mi mano otra vez pero luego, me acostumbraba y comenzaba a relajarme un poco más, sin estar pensando mucho en lo que estaba haciendo.


Salimos al patio y nos dirigimos a la reja llena de plantas entrelazadas y arbustos en ellas. Él sacó una tenaza del borde de su jean, justo entre el elástico de su bóxer y la piel en su cadera y corto en un costado, al lado del muro blanco impecable, para que no se note mucho el espacio cortado. Él tomó del  costado de la reja y las abrió más para darme el paso primero, luego salió él detrás mío y ocultó la cortada de aquellos alambres. Soltó la tenaza justo en ese lugar, atrás de un arbusto que había allí y que tuve que pasar por encima mi pierna para salir al exterior.


Aun me quedaba helada y tildada pensando en: ¿Una tenaza?


Harry no se detiene en ello. Pero, yo sí. Él no, el sigue caminando, seguro de sí mismo como si no pasara nada mientras que yo pensaba en todo.




-¿Hacía adónde vamos?


-Tu solo confía en mí –sonrió, misterioso, con sus ojos verdes brillantes e iluminas rostro bajo la luz poseyente de la luna llena de la noche-




Nuevamente, su mano viaja en la mía esta vez, con timidez. Ahora, yo miraba el cielo estrellado, la luna llena y deslumbrante. Un suspiro escapa por mi parte.


El clima estaba cálido y no tenía frío con mis shorts grises y mi musculosa blanca.


Solo TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora