De errores y maldiciones

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Pov. Selene

Ya tenía mi varita firmemente aferrada a mi mano, pero ya que estaba en territorio de los leones no sería conveniente empezar a lanzar hechizos a diestra y siniestra por lo que me obligue a tranquilizarme. Pero ahora tenía que lidiar con estas sanguijuelas, pegados a nosotros.

Esperaba que una visita a Dobby lograra relajarme por completo, y de allí le pediría que les hiciera un par de trucos a los chicos para poder escabullirme con Potter y hablar de lo que me importaba en este momento. Caminábamos por los pasillos hacía las cocinas con Ronald parloteando como perico mientras yo me concentraba en repetir constantemente que las maldiciones imperdonables eran malas y terminaría en Azkaban a menos que ocultara toda la evidencia, suspire por enésima vez, el sonido de las voces a mis espaldas se vio interrumpido por los aleteos y chillidos de una lechuza blanca que sobrevolaba nuestras cabezas buscando a su destinatario.

- ¡Hedwig! - gritó Harry, sumamente contento, me dio curiosidad por saber de quién sería la carta, pero apenas el Gryffindor la tuvo entre sus manos se puso nervioso.

- ¿Harry esa es la contestación? - Ron, de metiche y bocazas como siempre.

- ¿De quién? - esta vez fue Percy quien hablo y las neuronas de Weasley hicieron contacto como de milagro sabiendo que no podían decir de quien era la carta. ¡Tontos, Merlín los hace y ellos se juntan! ¿Cómo podían lidiar con estas cosas cuando no estaba una chica con cerebro cerca de ellos?

- Percy, no es educado indagar en asuntos de otras personas – tendría que distraerlos para darles una oportunidad de irse a leer lo que fuera eso en privado – Ya les han dicho que la mayoría de las clases estaremos juntos Gryffindor-Slytherin quiero decir, que suerte la suya, así no estarán tanto tiempo sin ver a Nico.

- ¿En serio? -pregunto Jason y escuche de fondo como Ronald se golpeaba la cabeza contra la pared, me alegra saber que le entusiasma la idea de estar juntos en clase.

- Así es, tenemos Cuidado de Criaturas Mágicas, Pociones y Defensas Contra las Artes Oscuras. Suena como un año muy prometedor – los dos leones comenzaban a irse lo más discretamente que les era posible – Si necesitan ayuda con las clases pueden decirlo, las clases pueden ser un poco pesadas y la verdad los profesores no son siempre tan comprensivos de las dificultades para aprender, a los Gryffindor especialmente se les hace difícil la clase con Snape. Mientras pongan atención y lean correctamente no deberían tener problemas.

Ellos se miraron con preocupación, pero supuse que solo era porque serían tan malos estudiantes como Longbottom, asumiendo que estaba en lo correcto, tal vez Slytherin tendría una buena oportunidad para ganar la copa este año.

- Quizá necesitemos ayuda con eso – hablo el rubio – Por cierto ¿Dónde nos entregan nuestros libros?

Les mire como si de pronto les hubiera crecido otra cabeza. – Los libros se compran antes de iniciar las clases y deberían de estar en sus baúles – les explique despacio intentando digerir al mismo tiempo la información de que estos chicos habían entrado al colegio sin nada útil.

- Bueno, veras, tenemos dislexia así que no podríamos con los libros normales – les mire con algo similar a la incredulidad ante el comentario de Jackson.

- ¿Alguien más sabe sobre esto? - ellos asintieron y respondieron al mismo tiempo.

- Dumbledore – por supuesto que ese mago tendría que conocer ese detalle, lo sabe todo.

- Deberían ir a hablar con él, probablemente ya tenga la solución a esto ¿Cómo llevaban las clases en su otra escuela? – cuestione con honesta curiosidad.

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