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Si bien Barry siempre contagiaba de alegría a todos, su sonrisa nunca es tan sincera como cuando esta con Oliver.

Los fines de semana que anhelaba para estar a su lado, cuando sus ciudades necesitaban ayuda de los héroes vecinos, sus entrenamientos o salidas casuales, esas veces que el llegaba de imprevisto con algun detalle o el como el se paseaba por su oficina con ofreciendo un cafe, e incluso  los mensajes de medianoche cuando no son capaces de verse. El solo escuchar de el en las noticias era más que suficiente para mostrar una cara de bobo enamorado todo el dia

Oliver resultaba perfecto a sus ojos en todo sentido.

Siempre lo habia hecho.

Desde antes de conocer al vigilante. Y en cada una de las facetas que atraveso para ser el hombre que es hoy. No existía ni un solo detalle que no amase.

Asi que después de pasar la mañana en la playa, y media tarde caminando de su mano a traves de la selva que adorna la isla.

No podía borrar su sonrisa.

No cuando sus manos parecían encajar a la perfección. Y el contraste entre ellos resulta más que armonioso.

- Todo aqui es muy bonito - comenta, cuando ve un colorido pajaro volar.

- Tu eres muy bonito - Barry rie y se abraza a el. - Hay una gala, en un par de semanas. Lo anual con la alcaldía. Quiero que me acompañes

- ¿Que? Oliver, ¿estas seguro?

- De lo unico que estoy seguro es que quiero que estes en cada aspecto de mi vida - dice dedicándole una sonrisa, justo antes de besar su sien. - Por cierto, esta noche no cenaremos en casa, hay que salir.

El castaño asiente y aprieta su mano con cariño - Mira Ollie, es un ara glaucogularis 

- No tengo ni idea de que eso es Barry - se ríe para envolverlo en sus brazos, con los torsos juntos caminando tal cual enamorados, a la par que escucha al forense hablar de la subespecie del guacamayo.


Su día transcurre con una normalidad que resulta sencilla de acostumbrar, tuvieron una pelea con pistolas de agua por toda su casa de descanso, con poca ropa de por medio dejaron una partida de monopoly incompleta e incluso les dio tiempo de nadar en el arrecife antes de ir a un pequeño y confortable restaurante.

- ¿seguro que me veo bien Ollie? - pregunta por enésima vez. El sereno que anuncia las bajas temperaturas del anochecer le causa un escalofrió al menor. El rubio ve a Barry una vez más, el skinny jean negro que recorre sus largas piernas, la camisa blanca de algodón y el típico modelo de suéter azul marino. 

- Bear, si buscas que te adule una vez más, lo conseguiste. Eres precioso con lo que sea tengas encima - el castaño se sonríe, Oliver le besa castamente antes de guiarlo al restaurante.

El balcón en el que se encuentra su mesa les da la perfecta vista de la costa, y las pequeñas lucecitas con escasa iluminación le da un aire romántico. Los platos se acaba, y la gente se retira de a poco. Vino tinto permanece en sus copas y la sonrisa no se borra de sus caras, puras trivialidades y aun asi el tiempo no parece pasar entre ellos.

- Barry, el instructor de buceo me recomendo un club nocturno, ¿te parece si vamos a verlo?

- ¿un club? Si recuerdas que no me puedo emborrachar, ¿cierto? - se rie el metahumano, dando un trago más a su copa - Pero sin duda quiero saber lo que un Oliver ebrio tiene para decir - dice como si realmente creyese eso

- Como sea, pasame ese mapa por favor. Creo que esta cerca - Barry le sonrie, antes de desplegar el pequeño triptico, y ver caer una pequeña joya a su regazo.

Barry traga duro.

Oliver se pone de pie, rodeando la pequeña mesa hasta llegar con su pareja, le da una sonrisa coqueta con nervios escondidos, y se arrodilla frente a el.

Toma su mano, mientras con la otra sostiene un anillo recién tomado de sus piernas, el rubí reluce sumergido al centro del aro plateado.

- Siempre se te vio mejor el rojo - sonríe de lado el arquero - ¿Recuerdas esa vez en Starling? Tu eras solo un mocoso a punto de ser arrollado porque no sabia como leer un mapa. Cuando vi esos ojos verdes por primera vez, no quería aceptar todo lo que significa.  Porque eres la única persona capaz de ejercer ese efecto sobre mi, no se como lo haces, pero me conoces mejor que nadie, una mirada tuya es mas que suficiente para llenarme de una paz, de esperanza, de esa sensación que tengo algo mejor en mi vida, de que te tengo a ti pase lo que pase. Porque desde que te conozco has sido mi soporte y mi motivo para salir adelante. Contigo, soy feliz. No puedo prometerte mucho, y sin duda no soy bueno con las palabras, solo puedo decirte que te amo, y pedirte, Bartholomew Henry  Allen que te cases conmigo. Porque no quiero que pase ni un dia en el que no vea esos bellos ojos verdes.

Unas lagrimillas salen por sus ojos, su risa nerviosa no se oculta ni siquiera cuando intenta cubrir su gran sonrisa con su mano, asiente repetidamente y ese anillo llega a su dedo anular no haciendo mas que marcar una promesa.

- ¿si? - pregunta sonriendo de lado a lado 

- Si, Oliver, si, siempre si - dice sin dejar de asentir, lanzandose a los brazos de su ahora prometido, un abrazo que parece eterno les envuelve, y  sus labios se unen bajo un te amo




𝗻𝗼𝘁 𝘄𝗵𝗶𝘁𝗵𝗼𝘂𝘁 𝘆𝗼𝘂 | olivarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora