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Yugi en verdad estaba realmente mal, estaba probando una cucharada de su propia medicina, Vaya que realmente dolía.

Dolía más que una inyección en el culo o que te pegues en el dedo meñique del pie, eso ya no era nada al dolor que sentía Yugi en ese momento.

—Ya llegue…— fue lo único que escucho en la planta de abajo, no dijo nada, al final Yami iba a ir a donde estaba él y seguramente se bañaría, se vestiría y al final se iba a largar a quien sabe donde dejando a Yugi completamente solo…

—3… 2… 1… entra— dijo Yugi señalando la puerta, que fue abierta por su pareja.

Yugi inmediatamente se levantó y tenía planeado irse de ahí pero la mano de Yami lo detuvo, agarrándolo del brazo.

Yugi volteo con una mirada seria y fría —¿Qué quieres Sennen?— pregunto de la misma manera que lo veía.

—Nuestros padres llamaron…— dijo sin tacto alguno de sentimiento. Algo que realmente llamo la atención del menor, sorprendiéndolo, Yami suspiro, sabia que tenia que explicarle —Quieren saber como va nuestra relación, Motou— dijo con sencillez, alzando sus hombros y soltando a Yugi de una.

—¿Cuando? ¿Donde? Y ¿A que hora?— preguntó algo nervioso y alterado.

—Hoy, en mí mansión, a las siete de la noche…— respondió Yami, recordando los datos que le habían dado sus propios padres.

—Supongo que tenemos que actuar, ¿No?— pregunto Yugi, pero algo dolido, ah que digo, "dolido".

—Si, creo…— hablo de inmediato Yami rascando su nuca con un tenue color carmín, impregnado en sus mejillas.

—¿Crees?— dijo Yugi alzando una de sus cejas, confundido —¿Que quieres decir con eso?— volvió a preguntar sin quitar su semblante y su duda.

Yami se había golpeado internamente —Nada, olvidalo, Motou— habló frío y se metió al baño para darse una ducha y reflexionar sobre lo que acababa de decir. —Maldicion…— susurro —Deberá de esperar un poco más todo esto…— dijo para comenzar a tallar su cabellera y su cuerpo.

Por otro lado estaba Yugi, confundido por aquel "creo" que había dicho Yami… acaso él… ¿Lo seguía amando?. Eso realmente que le hizo feliz e hizo que sus latidos empezaran acelerarse.

Yugi se dio una cachetada —No, no, no, Yugi… tú no puedes enamorarte de Sennen, lo odias y eso jamás cambiara…— se susurro para si mismo.

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Eran al rededor de las 6:15 de la noche, ambos tricolores estaban listos, solo tenían que esperar la limusina que pasaría por ellos.

Yami vestía un elegante traje negro con una blanca camisa que no estaba del todo a otoñada por lo que dejaba ver un poco de su pecho.

Yugi, vestida con unos pantalones de vestir gris, una camisa color violeta, un chaleco blanco y una corbata medio atada color rojo. Aquel traje hacia resaltar las curvas de aquel chico, en verdad que tenia buen cuerpo a pesar de ser algo pequeño, al lado de Yami.

Ambos estaban en la sala en espera de la limusina, ambos se estaba contemplando mutuamente pero sin ser descubiertos unos por el otro, ambos se comían con la mirada, ambos se imaginaban haciendo cosas incoherentes en sus pensamientos, ambos fingían aburrimiento… pero ambos se deseaban… bueno por parte de Yugi "deseaba a Yami".

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Siete y media, ambos tricolores ya estaban en la casa del mayor, los Sennen.

Yuuko Sennen, esposa de Aknamkanon y madre de Yami, vestía con un elegante vestido largo color negro con despliegues en la parte delantera, adornos muy bien fijados de color blanco en la parte de la cintura y bordado espectacular como si esto dieran a entender que el vestido era de manga larga.

Aknamkanon, esposo de Yuuko y padre de Yami, vestía en un elegante traje gris, con zapatos negros y corbata roja con ligeras líneas de color blanco, apenas y se podían distinguir.

Amy Motou, esposa de Rei Motou y madre de Yugi, vestida con un adorado vestido rojo pastel algo corto, y con escote en la parte de atrás, zapatos de tacón del mismo color y el vestido portaba con una tela en la parte de atrás pareciendo que fuera una capa del vestido.

Rei Motou, esposo de Amy Motou y padre de Yugi, el vestía con elegante traje blanco con camisa azul y sin corbata con zapatos negros.

Los cuatro presentes estaba platicando alegremente, esperaban impacientes a sus hijos y ver lo "felices" que eran ya que con un año de casado ya debieron de haber hecho los "primeros dos pasos" o bueno eso pensaban.

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La cena había iniciado bastante bien, ambos tricolores actuaban perfectamente que eran realmente "felices". Se daban uno que otro mimo como abrazarse, que Yami besara los nudillos de su apreciado hikari. Claro no le molestaba ya que al final era su esposo ¿No? Podía hacer hasta más pero al parecer la incomodidad de Yugi por la repentina cercanía de su pareja lo hacia sentir extraño, demasiado nervioso y que las veces que Yami le hacia mimos a este se sonrojara increíblemente, cosa que Yami le daba un punto a favor, al parecer no tenía que tardarse ya nada para "aquella" sorpresa... Pero como soy la autora y puedo hacer lo que se me da la gana Yami no pensaba en algo… y si son efectos de mi loca mente por culpa de mi estúpida fiebre por si se preguntaban…

La cena los llevo a ir al jardín, al parecer sus padres les tenían una sorpresa a sus amados hijos.

—Yami querido y Yugi mi niño…— comenzó a hablar Amy, madre del menor sonriendoles con dulzura y proseguir con sus palabras —Sabemos perfectamente tanto tus padres querido Yami como nosotros que no han ido a su luna de miel…— hablo de manera picara la mujer y río junto con Yuuko, madre del mayor.

Ambos tricolores ya sabían para donde iba todo esto.

—Eh, señora Motou, no creo que en verdad sea necesario que…— hablo Yami pero fue interrumpido por una palmada en su espalda por parte de su padre, Aknamkanon.

—¡No seas penoso hijo mio!— dijo alegre y un tanto borracho aquel señor de cabellera azabache.

—Padre… apestas a alcohol…— susurro avergonzado Yami, pues Aknamkanon no solo lo rodeaba a él por el brazo si no que también a Yugi que tenia una sonrisa algo forzada y algo simpática.

—No seas necio Yami, tu madre y yo tuvimos una buena luna de miel… aquel en don— fue interrumpido, pues un zapato fue a dar directamente en la cara del señor.

Todos los presentes voltearon a ver a la causante que le había aventado aquel zapato, encontrando a una sonrojada Yuuko  y llevándose a su esposo noqueado adentro de la casa.

—Bueno…— prosiguió, ahora, el padre de Yugi, que por suerte de ambos todavía no estaba del todo borracho. —lo que queríamos darles es un viaje, tanto los padres de Yami como nosotros, decidimos darles este obsequio como su primer aniversario juntos— dijo feliz.

Ambos tricolores estaban más que sorprendidos.

¿Que pasaría con aquella pareja y con la sorpresa de Yami?

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Tome una pastilla, me dormí y al despertarme… llego esto a mi mente enferma xdxdxd cofcofasdfgasdggh muero (x.x)

BandidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora