#7

558 57 10
                                    

Ya no había marcha atrás, todo estaba listo, aquellos papeles estaban firmados por una persona, solo faltaba que la otra firmará, dando a conocer lo afirmado por la primera y que esta de acuerdo con los términos que se ha "ganado".

Yugi por un lado miraba cada cinco minutos dichos papeles, que estaban sobre la meda del living.

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀

Aquella noche Yugi no podía dormir, estaba en duda y temía por el futuro que le tocaba.

Se levanto de su cama, quería volver a verlo a la de ¡Ya!. No aguantaba mucho, necesitaba verlo y no saber de él después de quince días sin saber nada, si pasaba un día más explotaría tarde o temprano.

Tomo su chaqueta, tomo sus tenis y se las coloco para ir corriendo calle tras calle, visitando a amigos que tuvieran contacto con su Yami. Ya no aguantaba y las piernas poco a poco le flaqueaban y poco a poco su cansancio se notaba más.

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀

Les diría donde estaría Yami en estos momentos pero arruinaría algo de aquella "sorpresa".

Yami tenía todo perfectamente calculado, solo faltaba aquella firma de su hikari. Sólo que esperaba que no hiciera una barbaridad.

—Sigo diciendo que estas haciendo mal las cosas— hablo una voz algo grave a sus espaldas.

—¿Me lo dice el sujeto que casi arruina su relación, solo por querer darle también una sorpresa? Por favor Yusei.— habló en un tono gracioso Yami, estaba de brazos cruzados viendo por el rabillo del ojos a su amigo.

—Si, fui un idiota esos tiempos, casi perdía al amor de mi vida pero remedie las cosas antes de que se dieran, Yami por favor para con esto de una buena vez— rogó su amigo, Yami solo rió levemente y volvió su vista a aquel paisaje que se teñía de un color anaranjado, mientras el sol se ocultaba en aquellas colinas.

—¡Chicos, es hora del almuerzo!— grito una voz algo cercana a ellos.

Yami bajo su mirada y cerro sus ojos, mostrando una sonrisa suave.

—Solo te digo que no pararé hasta ver los papeles firmados por Yugi— dijo y salio de aquel lugar pasando de lado del azabache.

El contrario miro al contrario irse de allí.

—Eres un idiota, Yami— habló un frustrado Yusei, rascando su nuca —Espero y después de esto no se enteren sus padres— miró el paisaje que veía en un instante Yami y suspiro pesadamente yendo a donde fue Yami hace un momento.

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀

Los días seguían pasando y Yugi no tenia la remota idea de donde carajos se encontraba Yami.

Estaba rendido, ya no sabia en donde buscar, tomo los papeles y siguió su vista en ellos.

—No puedo…— habló triste. —¡Maldigo seas Yami!— ya estaba en su limite, había explotado y en un momento haría una locura.

No tenia que rendirse, deseaba una explicación por aquel tipo con el cual estaba casado.

Yugi miro por ultima vez los papeles que estaban sobre la mesa y los tomo —Divorcio…— susurro a la nada y suspiro pesadamente —¿Qué tanto tramas Sennen?— se preguntaba pero no llegaba ninguna respuesta y en ese momento recordó las palabras de Yami.

♡Flash Back♡

—¿Crees que es fácil?, no puedo hacer nada… te estoy dando demasiado espacio, te estoy dando demasiada libertad para que me vengas con este tipo de mierdas…— habló molesto, su ceño estaba fruncido.

—Entonces ¿¡por que carajos no te divorcias de mi!?— preguntó molesto Yugi.

—¡¡¡Porque te amo!!!— grito tomando los hombros del menor y zarandearlo un poco.

La confesión del mayor lo tomó por sorpresa, no sabía que decir o como reaccionar...

Yami se separo un poco de Yugi

—No quiero perderte y no quiero estar separado de ti… es por eso que no quiero el divorcio…— susurro, su mirada estaba baja y ya no podía con el dolor que se cargaba —No porta si no sientes algo por mi… solo te propongo un año y… si es que quieres nos separamos…— habló el de orbes carmín, mirando a su hikari.

—Esta bien, un año y ya…— dijo decidido el menor —Pero si te hartas antes de tiempo, lo quiero en ese mismo instante…— habló decidido.

Yami suspiro reginandose a las condiciones del menor y asintió a su petición.

♡Fin del Flash Back♡

Yugi arrojo los papeles que le impedían pensar mejor.

—¿¡Por qué mierda haced esto!?— preguntó furioso y lágrimas de sus brillantes ojos amatistas comenzaban a resbalar, mojando su rostro.

Cayó de rodillas y se dispuso a llorar, de nuevo; sin consuelo alguno.

—¡Eres un pinche idiota, SENNEN!— gritó adolorido, se abrazó así mismo con el fin de seguir llorando, ahí en aquella soledad quien era la única que lo acompañaba en aquel momento.

BandidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora